2.- Intentalo

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Un escalofrió le recorrió apenas termino de leer el mensaje, ¿Pero que se creía? rápidamente tomo el teléfono y respondió <<Mide tus palabras, creo que el niño no sabe con lo que juega, sigue así y te quemaras>>

A lo que el tarado le respondió <<Me encanta quemarme, y no estoy jugando, esta vez no Jade, afuera después de clases>>

<< ¿Quién te crees? ¿Mi padre? ¿Te han enseñado modales?>>

<< ¿Ahora quieres modales? ESTUVE UNA SEMANA DETRÁS DE TI ¿Qué más quieres? >>

<< ¿Yo? simple, nada de ti >>

<<No juzgues a un libro por su portada Jade, eso te lo enseñan de niño >>

<<Simplemente soy honesta, no tienes nada de lo que me podría interesar>>

<<Hablaremos pronto ratoncita, y hay veremos >>

Bufo frustrada, realmente no había nada, nada que pudiera interesarle de él, trato de calmarse y siguió prestando atención a la clase que para su suerte no habían avanzado mucho.

La clase finalizo, todos se levantaron para salir mientras Jade se quedó sentada en su puesto, el último en retirarse fue Adam quien tenía una sonrisa pegada en el rostro.

Una vez que se marcharon todos, la profesora se sentó a su lado, después de un rato de silencio por fin dijo − ¿Por qué estuviste faltando Jade? − Respiro frustrada mientras se despejaba su cabellera negra de su cara, la miro directamente.

— No quise asistir, estaba indispuesta.

— ¿Y esa indisposición se llama Adam? —la miro sorprendida, no fue capaz de articular las palabras de nuevo ¿Dos veces seguidas? ¿Pero qué estaba pasando con ella? La profesora al verla se rio y continuo— Te ha estado buscando toda la semana.

— ¿Y... ¿Sabe por qué? —pregunto curiosa.

—Mmm, lo que sé es que estaba estudiando enfermería, pero su pasión era medicina, hizo unos papeleos y se cambió de carrera, creo que quiere tu ayudantía —Linda casi dio en el clavo, pero ella no quería nada con gente como él, se creen el centro de todo el mundo, todos exactamente todos eran iguales.

Respiro profundamente y se levantó empezando a guardar sus cosas, una vez que termino la quedo mirando y con voz firme dijo—No lo sé, todos son iguales, no congeniamos, es como el agua y el aceite, está científicamente probado.

—Jade, siempre he apelado a tu buen juicio, siempre ayudas a tus compañeros —volvió a bufar mientras se agarraba el pelo un poco distraída.

— ¿Y de quien fue la idea?

—Del decano —No sé cómo no le extraño esa respuesta, es más la esperaba. Una vez dicho esto camino hasta la puerta hasta que la escucho añadir —Jade, eres la mejor alumna de la promoción, ¿En quieres que pensáramos?, solo dime que lo pensaras.

Se dio vuelta para verla a la cara— Lo pensare, pero tengo mis razones personales, espero que comprendan, Buenas tardes profesora.

Salió de la sala enojada, dirigiéndose prácticamente corriendo al despacho del decano, una vez que llego vio a rosa, se acercó a ella y le dijo de manera demandante pero tranquila− Necesito ver al decano ahora, por favor.

—La estaba esperando señorita Jade, espere un momento y la atiende —Asintió mientras se dirigía a los asientos de espera.

Se sentó en una silla apartada de la gente, con los ojos cerrados, cruzo sus manos sobre su vientre intentando calmarse.

En modo de defensa©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora