Capitulo Especial #2

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Olvidarla para hacerla feliz.

POVS ADAM

[…] —Perdóname —dijo tomando su rostro entre sus manos para obligarla a ver sus ojos verdes. Jade sintió su respiración subir apresuradamente además de un cosquilleo en su cara. Sin embargo recordó la causa del tan añorado perdón, sintió la rabia recorrer su cuerpo aplastando la sensación anterior pero antes de responderle lo hicieron los demás.

— ¡Adam! —le gritaron al unisonó su amiga lo empujo para que él se alejara de ella.

— ¿Adam? —lo llamo mirándolo directamente a los ojos, tratando de contener la rabia que sentía, y juntando coraje para no desistir de aquella idea prosiguió hablándole— después de esta semana acaba el semestre y ya no te daré ayudantías, eres el segundo de la clase, lo conseguiste, ahora enfócate en la mujer que escogiste que me imagino, tienes claro que es una zorra y bueno en tu hijo, les deseo lo mejor lo mejor a los tres, no, espera miento, solo al pequeño —Adam no le dijo nada, solo la quedo mirando herido para luego irse cerrando la puerta de un tirón. […]

¿Qué se podía hacer, decir o pensar luego de oír aquellas palabras? Para Adam solo quedaba tirarse en su soledad.

En aquella soledad que él mismo se había buscado, si las cosas ya se estaban arreglando con aquel inconveniente de no recordad algo, todo se había ido al traste con el partido donde se descontrolo.

Creyó que había pasado las semanas más difíciles preparándose para aquel examen, ahora se daba cuenta de su error, perder a Jade no se sentía ni la mitad de bien de lo que podrían imaginarse.

Todo aquello parecía una de las peores pesadillas que ha tenido la desdicha de tener, lo cierto era que esta vez no despertaría.

Las palabras de la única mujer que sinceramente amaba se colaba en su mente repitiéndose una y otra vez, lastimándolo, hiriéndolo, robándose cada gramo de felicidad.

¿Cómo hacer para que ella reaccionara? Estaba seguro que nunca pudo haber tocado a Simone, desde que vio indirectamente a Jade no había podido quitársela de la mente, estar cerca de su boca producía una gran agonía sin poder besarla…

Agobiado por aquellas palabras, bajo rápidamente las escaleras sin mirar atrás, estaba claro que la única persona que quería escuchar lo había mandado al mismísimo diablo.

Entro dentro de su vehículo con la esperanza de desaparecer de aquel lugar que significaba tantas cosas para él. Condujo sin rumbo por varios minutos, ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor. El volumen alto de la radio evito que escuchara sus pensamientos así como el insistente teléfono que no había parado de sonar en todo el trayecto.

Se detuvo en un parque que le encantaba demasiado, su lugar de refugio, su escape, aquel parque que no se encontraba tan lejos de aquel restaurant de comida china que una vez asistió con Jade.

Sonreía con melancolía, si cerraba los ojos podía volver a sentir nervios, los ojos de Jade estudiando cada parte de su cuerpo, los silencios extremadamente cómodo, el leve sonrojo de su “ratona”, aquella increíble fuerza con la que se defendió de sus ideales.

Cuando descubrió que ella era su hermosa, no podía creer la ironía de la vida, su cerebrito y Jade eran las mismas personas, eso lo desquicio mucho más, por eso verla sentada en la mesa hablando y mordiendo su labio desesperadamente, lo hacía querer besarla sin freno.

Claro ahora que llevaban más tiempo hablando, podía controlar sus instintos animales.

Bueno, excepto ahora, Jade estaba irremediable enojada con él.

En modo de defensa©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora