20.- La venda ha caido

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Al llegar al departamento se dio cuenta de que no había nadie, algo raro pero supuso que Ahria andaría con West.

 Adam ya se había ido y no volvería, se había acabado. Como les había costado despedirse, después de entregarse una vez más en esa cabaña siguieron abrazados mirándose, pese a que ninguno quería volver y decir “adiós” a lo que sentían no tuvieron más remedio, él tenía asuntos que hacer y ella arreglarse para su cita.

Sonrió al recordar lo de la noche anterior, al imaginarse su tacto una descarga eléctrica la recorrió, bueno puedo vivir con el recuerdo se dijo a si misma dejándose caer al otro lado de la puerta con un gran suspiro lleno de melancolía.

Prendió su teléfono el cual no tardo en sonar, contesto enseguida viendo que era Chris.

-¿Jade? – escucho que la llamaba algo desesperado

- ¿Quién mas podría ser Chris? – le respondió riendo, extrañamente ese chico le hacía reír a más no poder.

- ¡Sí! – Se escucho su risa junto a un grito de victoria  - Por fin me salió la llamada, es que no podía contactarme contigo - rio Chris contagiándola - ¿Estás bien?

- Sí, de maravillas – sintió como sus mejillas comenzaron a arder – es que no estaba acá, no... Tenía cobertura pero ya llegue –mintió un poco total ¿El no lo sabría o sí? Rio jade entretanto se dirigía a su pieza dejándose caer en su cama.

- Bueno, ¿Estas lista para nuestra salida? - le respondió tan alegre como siempre – Me lo has prometido y si tengo que llevarte obligada lo hare.

-Que si Chris ¿a qué hora vendrás? - le pregunto.

- En una hora más, ¿te parece?  

- Si, de maravillas nos vemos – le dijo animada

- Excelente, hasta luego pequeña.

Corrió a la ducha enseguida se habían quedado hasta tarde en la cama con Adam y ahora que lo pensaba él hambre se empezó  apoderar de ella, entonces reacciono ¡No habían comido nada desde la noche!  Ninguno  parecía tener hambre, estaban tan ensimismados con ellos que no les importo que vergüenza sintió.

Al enjabonarse nuevamente se ruborizo, pensar que Adam la había recorrido y que nunca más lo haría le mandaba señales contradictorias a su interior, por una parte se recriminaba hacer hecho aquello, conoció algo maravilloso y nunca más podría poseerlo, era como darle un dulce a un bebe y quitárselo.

Salió para ponerse el vestido rojo, aquel con el que salió en la celebración del partido, se hiso una coleta alta dejando que sus rulos oscuros se formaran lentamente, se pinto suave, puso los zapatos de plataforma y cuando estaba en los retoques escucho la puerta. Abrió casi enseguida para ver a un muy arreglado Chris en un traje quien la quedo viendo embobado.

- Hola - le dijo riendo nerviosamente, él era su nuevo comienzo.

- Hola - rio – estas… estas… más que hermosa – le susurro con sus ojos comenzando a brillar - ¿vamos a comer? - Asintió tomándolo del brazo mientras salía.

Llegaron a un bar bailable con la división de un restaurant. Pasaron a comer al restaurant riendo, Chris sabia como hacerla reír y tenía unas historias realmente interesantes para ella, estudiaba derecho y al igual que Jade ya solo le quedaba un año. Una vez acabaron se dirigieron al bar para tomar algo y bailar más tarde, se sentó en un piso alto mientras bebían algo y seguían conversando animadamente.

Chris no se propaso con ella, le hacía ver sus intenciones, pero nunca cruzo la distancia personal de Jade, algo que por más que se repetía "dale una oportunidad" había algo que la paraba más aquel hombre que estaba sonriéndole tan dulcemente parecía saberlo.

En modo de defensa©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora