23.- Por fin soy yo

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Estaban comiendo en una mesa solo la familia gracias a su padre ya que había oído que su madre quería incluir a Nill y a su familia.

La gran conversación y alegría en la mesa estaba centrada en Adam que trataba de diferenciar a las gemelas, no dejaba de mirarlas para encontrarle ese algo diferente y ellas le seguían el juego, haciendo los mismos gestos, decían las mismas palabras, y se tocaban sincronizada menté su vestido y zapatos logrando confundirlo más aun.

Adam era muy carismático, tenía a toda a su familia sucumbida a sus encantos. Después de un rato decidió hablar con su padre, pidió permiso le dio un beso casto a Adam y llamo a su padre que la siguió enseguida.

No era que no se quisieran o su comunicación fuera desagradable pero él y los teléfonos no se llevan muy bien que digamos, por lo que lo evitan a toda costa.

-¿En qué piensas?- la llamo su padre, iban caminando por las afuera de la casa como de costumbre.

- En que me siento bien- sonrió mostrando todos sus dientes - completamente bien

- Casi me asustas – le regaño mirándola preocupado – pero es verdad te noto más contenta

- Papá tengo que decirte algo, es mas... una sorpresa – titubeo

-No me digas que voy a hacer abuelo - su padre la estudio con cierta gracia

- Pero que tienen todos con eso - rodo los ojos divertida - No padre, con Adam... - estaba debatiendo la idea de si decirle que solo había pasado una vez con Adam, aunque como padre decirle que su hija ya no era virgen podía ser una calamidad y no quería que Adam saliera corriendo...

- No quiero detalles por favor, ni me lo quiero imaginar- dijo con los ojos abiertos, aunque por su cara Jade creyó que ya se lo imagino.

Paro su paso para que la viera y una vez que tuvo su atención le canto, la misma canción que desde que tenía memoria le cantaba, su favorita.

Su sonrisa era fascinante, años que Jade no lo veía sonreír así, que por un lado se sintió culpable que dejara de cantar solo por un una hombre.

- Papá, Adam hiso que tenga ganas de cantar otra vez - le comento con una sonrisa tímida, su padre se acerco a ella y con algunas lagrimas apozadas la abrazo, ella le devolvió enseguida el abrazo lo extrañaba y le encantaba hacerlo tan feliz.

- Parece un buen muchacho – suspiro atrayéndola más a él dejándole un beso en su cabello antes de soltarla

- Lo es, no... Se la he hecho fácil - se detuvo mirándolo con su ceño fruncido – de hecho nuestra relación no ha sido para nada fácil - completo recordando todo lo pasado.

- Me imagino, tú no eres fácil - le dijo señalándola con el dedo. Ella lo miro sorprendida -¿Qué? Eres mi hija por eso te lo digo.

-Porque soy tu hija no deberías decirlo – se quejo - ¿Qué ya das todo por él?

- ¿Celosa? – le pregunto divertido

-Claro que si, eres mi padre – grito – deberías de estar siempre a mi favor

-Siempre lo estaré  - su padre rio mientras la atraía a él y seguían caminando por las afueras de la casa.

Continuaron hablando alegremente su padre se sintió orgulloso de que pasara primera, de que Adam fuera el segundo, evito hablar de las cosas que pasaron con Simone, se entero que la boda había sido una buena forma de publicidad a la empresa, que su madre estaba ayudando a organizarla cosa que no la extraño, que todo iba bien en casa pero sobre todo, estaba contento que ella cantara, estaba realmente radiante.

En modo de defensa©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora