33.- Mi desquite.

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Llegaron al Hotel, siendo uno de las primeras personas al ingresar, Jade antes de evitar cualquier cosa, como encontrarse con gente ya deseada o no, se dirigió enseguida al salón donde sería la ceremonia, arrastrando a Adam con ella.

No deseaba más inconveniente o comentarios de cualquier tipo, anhelaba encerrarse en sí misma y repeler todo lo que este día significaba. Era libre sí, pero no estaba a gusto con todo aquel gentío que la miraba de diversas formas.

Al cruzar las puertas su vista se vio cegada por unos momentos, blanco, todo absolutamente en aquel lugar era blanco, esa era la vista que le regala el lugar, todo en distintas tonalidades, pero al fin al cabo de color blanco.

El de los cuentos de hada pensó, al ver la esencia que le brindada la luz con la decoración, lograba el efecto de transportarte a donde tu imaginación te llevara.

Y en ese momento para Jade, se encontraba en un palacio inmaculado, dando una sensación de bienestar lo que más necesitaba en ese momento.

En vez de aislarse en si misma pensó en disfrutar, muchas emociones para un día, no quería estresar más su vida.

¿Para qué hacerla más complicada con una mentalidad negativa?

Con Adam comenzaron a probar el coctel que los garzones ya comenzaban a repartir, mientras esperaban que este se llenara y llegaran los novios.

Al llegar Lana con su cuñado y las gemelas se fueron todos a sentar a su mesa esperando a sus padres que no demoraron en llegar detrás de ellos.

Como siempre Jade, no pudo evitar malcriar a sus sobrinas, pues cada una disfrutaba estando cargada sobre Adam y ella.

A cada rato tenía que aguantarse las burlas de James sobre cuando le daría sobrinos o mejor dicho, de cuando se dignaría agrandar el núcleo familiar.

Ante todos estos comentarios que Lana secundaba, evitaba no mirar directamente a Adam pues este al escuchar sobre el tema le brillaban los ojos con ilusión.

En parte era su culpa, aquella jugarreta fue divertida, claro, en los primeros cinco segundos pues Adam se lo había tomado muy enserio, sin juegos ni comentarios.

Paso a 7 farmacias distintas en busca de aquella prueba de embarazo ¡jade tuvo que hacerse 7 exámenes de orina! Y no contento con eso fue de urgencias al hospital obligándola a hacerse uno de sangre, que al par de horas se enteraron daba negativo.

El rostro de Adam se descompuso ante semejante noticia, como resultado Jade tuvo que hacerle mimos, y hablar pacientemente con el sobre el tema de los hijos, aun no era su momento.

Eso además de sacar un boleto asegurado al baño, pues con tanto liquido ingerido para aquellos exámenes no podía alejarse más de lo suficiente del.

 — ¿Me dalas un plimoto tía? —Pregunto Alicia con inocencia haciendo reír a todos.

—No, no es plimoto esh plimito — Corrigió Anastasia

—James, mira lo que le enseñas —se quejó Jade.

—Ellas solo me preguntaron —se excusó levantando las manos en señal de rendición.

—Es primito —escucho como Adam las corregía— y no sabemos cuándo, pero aquí entre nosotros tres, es su tía quién no quiere —les dijo en secreto, más fue audible para jade.

—Ya te oí Adam.

Este se preparaba para alegarle, no solo a Adam si no a James para que dejaran de exigirles aquel tema, cuando la música en todo el recinto se coló indicando que los novios estaban ingresando.

En modo de defensa©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora