Capítulo 5 - Momento esperado

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Juliana Prov:
Se suponía que Camila llegaria hace 20 minutos, me estoy dando vueltas de un lado a otro mientras que Natalia mi mira comiendo hamburguesas.

- Oye ¿No te quieres sentar? Es que me estás mareando con tanta vuelta - me dice haciéndome un lado en el sofá.

- Te dije que se iba a arrepentir, de seguro tuvo tiempo para meditarlo y decidió no salir con alguien tan desastrosa como yo - le digo recostandome con la cabeza apoyada en sus muslos, siempre tuve ese miedo, aunque no sé porque apareció precisamente con ella, durante los anteriores 3 años había un desfiladero de chicas y chicos saliendo de mi habitación y la de mi amiga, hace tiempo que no tenía una cita, pero con ella algo fue diferente cuando la ví, por primera vez no fue el deseo que me impulsó a algo, por primera vez quería conocerla, dilucidar sus secretos.

- Mira, si se arrepintió tienes dos opciones, o es una tonta de lo más ciega que hay por no darse cuenta del mujerón que tiene al frente - dice Nati dándole una mordida a su hamburguesa, pero no sigue hablando, se queda inmersa en sus pensamientos.

-¿Y la otra? Pendeja deja de comer y presta atención, estoy pasando una crisis y tú solo te preocupas de la comida - le digo quitandole la hamburguesa de las manos, ella sólo hace un puchero.

- Bueno, la otra es que le pasara algo a las quijicas de sus amigas y que ella esté en eso, digo, como dijiste que vivía con ellas - me dice intentando quitarme su hamburguesa, es una cerda, tiene la cara toda manchada y estoy segura que esta no es la primera que se come desde que llegamos.

- Quizás debería llamarla - digo mirando mi celular, tengo todas mis esperanzas puestas en este pequeño aparato.

- No pendeja, llamarla significa que perdiste tu dignidad, mejor espera a que ella dé señales de vida, bueno y si no las da estoy dispuesta a fingir ser tu novia para que ella se ponga celosa - es una tarada pero la quiero.

- Ya quisieras ser mi novia - le digo riéndome, en ese momento resuenan unos golpes en la puerta, Natalia se para antes de que yo pueda reaccionar, intento detenerla, pero no alcanzo, por metiche se va a llevar la vergüenza de su vida, pues además de tener la cara manchada, anda sólo en sujetador y en un short que yo creo que se confunde con ropa interior.

- Hasta que por fin llegas, ya se estaba desesperando, más te vale tener una buena explicación - dice mi amiga.

- Bonito, muy bonito que me recibas así, pero yo vengo por tu amiga ¿Lo que tienes en la cara es mostaza? - escucho la voz de Camila, de inmediato Natalia se va corriendo, la escucho gritar desde la puerta de su habitación.

-TE ESTÁS DISPUTANDO EL PRIMER LUGAR DE MI LISTA NEGRA CON EL MINION COME MOCOS - no puedo evitar reír y me pongo de pie, en la puerta sigue parada Camí, retorciendo sus manos con nerviosismo.

- Hola - le digo parada frente a ella, ella me sonríe, antes de contestarme me abraza y esconde su cara en mi cuello, su respiración hace que me erice completamente, aún así correspondo a ese abrazo.

- Hola, perdóname, no fue mi intención llegar tarde - por alguna razón su voz suena un tanto apagada, yo la obligo a separarse de mí y le tomo las mejillas haciendo que me mire a los ojos.

- Hey, no te preocupes ¿Pasó algo? Si quieres no salimos y nos quedamos acá o a tu casa - le digo acariciando sus mejillas, ella sonríe ante el tacto, cierra los ojos y sonríe, lleva su mano a mi mejilla y guía mi cabeza hasta que nos besamos, es pausado, cálido, con ternura, cuando nos separamos ella vuelve a sonreír.

- No, vamos, que te quiero llevar a un lugar especial para mi - me toma de la mano y empieza a caminar a su carro, estoy feliz porque ella apareciera, no sé porque me daba una felicidad tremenda que no se arrepintiera, pero eso no quita que a ella le pasara algo, se le nota, va manejando en silencio, yo pongo mi mano a la altura de su rodilla, para que ponga atención, ella se estremece, anda con unos shorts de jeans que hace que piel tiemble bajo mi tacto.

-¿Qué te pasa Camí? Sé que te pasa algo, confía en mí - ella resopla, detiene el auto y se recarga en el volante.

- Makis tuvo un accidente y estoy preocupada por ella - dice sin sacar su cara, aprieto mi agarre y hago que me mire.

- Debes ir a casa, si quieres me pido un Uber y tú te vas a ver a tu amiga, podemos tener una cita después - le digo con toda sinceridad, no quiero que por mí se quede preocupada de su amiga.

- No, iremos a nuestra cita, porque si llego a casa Makis me mata, además quiero tener mi cita contigo - me dice poniendo marcha de nuevo al carro, después me mira de una manera extraña - Ahora quita la mano de ahí que no está produciendo algo muy inocente.

Creo que trago muy duro y mi cara se queda como un mapa, ella se ríe de mí cara y vuelve a emprender la marcha, en unos instantes llegamos a un sushi al que por una vez pasé por fuera, lo que tiene de especial es que hay una pequeña galería de arte para quien la quiere ver.

- Wow - es lo único que sale de mi boca, siento que ella me toma la mano y me guía dentro, hay un apartado con cosas deliciosas, ella me hace una señal para que me siente, creo que aún no salgo de mi estupefacción.

-¿Te gustó? - me pregunta con los ojitos iluminados, siento que tienen un mundo dentro que  quiero descubrir y me hace remecer enormemente.

- Me encantó, hace algún tiempo quería venir, pero no encontré con quien venir - antes de que ella se fuera a sentar tiro de su mano para dejarla pegada a mi, lentamente subo mi mano hasta su mejilla para poder besarla, con calma, con cariño, cuando nos separamos le sonrío, ella se va a sentar con las mejillas teñidas de rojo, se vé adorable.

Durante la cena hablamos de un sinnúmero de cosas, de los sueños, de los planes al porvenir, ella me habló de su amor por el arte, yo le hablé de mi amor por la música y el baile, sin darnos cuenta son horas y horas de conversación, donde nos reímos sinceramente, ella se olvida de sus preocupaciones y yo me encargo de darle el mejor momento que le pude dar, sin darnos cuenta recorremos toda la galería de arte tomadas de la mano, ella me da una calma tremenda, calma toda la furia que podría existir en mi cuerpo, calma todos mis demonios.

Sin darnos cuenta ya es muy tarde, ella me lleva a casa y aún no podemos parar de reírnos, ya estamos frente a mi casa y aún no tengo el valor de bajarme de este carro, por inercia mi mano se vuelve a posar en su rodilla y la miro con ternura.

- Gracias por la noche increíble - veo que tiene las manos apretadas con fuerza en el volante.

- Juli, ¿Qué te dije? - su voz suena extraña.

-¿Qué? - sus ojos me miran con deseo, su mano reclina mi asiento y cuando vuelvo a ser conciente está sobre mí besando con anhelo, mis manos recorren sus piernas hasta cerrarse en su cintura, donde la pego completamente a mi, su lengua entra en mi boca con desespero y sus manos aprietan mis pechos, un fuerte gemido sale el fondo de mi ser.

- No hagas eso - me dice en un susurro con la respiración agitada.

- Me estás matando - le digo empezando a repartir besos por su cuello, tiene un olor que me encanta.

- Juli, a tu habitación, ahora - me dice entre gemido - Que no te puedo hacer gritar en un carro.

Me está quemando, Camila Esguerra me está quemando, sus mejillas sonrojadas, sus labios hinchados y sus dorados ojos encendidos por el deseo, me va a llevar al infierno y me traerá de vuelta al cielo.

N/A:
Tengo tiempo, estoy feliz y si quieren otro capítulo me avisan, quizás alcanzo a escribir otro para hoy

Besos en Guerra - (Ventino) [Jumila]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora