Capítulo 26 - Tengo miedo de no poder cuidarla.

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Makis Prov:

-La cagamos, ahora si la cagamos – le digo a Cami, ella está llorando desesperada, la única persona fuera de nosotras que estaba para ella ahora mismo la estaba pasando mal, la única persona de la que se ha enamorado de verdad en su vida había sido agredida y nosotras ciegas por la rabia nos arrojamos contra el blanco equivocado y habíamos desatado una guerra que ya no podíamos parar.

- ¿CREES QUE NO LO SÉ? NO PODÍA PENSAR VIENDO A JULI TODA GOLPEADA, NO PODÍA - me grita completamente frustrada, las lágrimas le salen, no sé en qué momento empezamos a discutir, pero esto nos sobre pasó, esta es una guerra podemos salir perdiendo, podemos perder a nuestras novias, podríamos perder la vida si es que ellas son más astutas que nosotras, podemos perder todo y solo por actuar de manera irracional.

- ¿CREES QUE PARA MI FUE FÁCIL VER A NATALIA GOLPEADA CON LAS COSTILLAS ROTAS? ¡¡¡NO!!! ME DOLIÓ EN EL ALMA VERLA ASÍ, PERO DEBIMOS HABERLO PENSADO MEJOR ¡POR LA MIERDA! -le grito, Olga se fue a buscar unos bocadillos para relajar el ambiente, no se fue hace más de 5 minutos y ya terminamos gritándonos, de seguro Olgui tarde por lo menos unos 20 minutos.

- ¿AHORA YO TENGO LA CULPA? – me toma fuertemente del cuello de la blusa, haciéndome retroceder hasta chocar con la pared.

- ¡NO TE ESTOY DICIENDO ESO! SOLO TE ESTOY DICIENDO QUE LA CAGAMOS, LA CAGAMOS PORQUE PODEMOS PERDER TODO, PUEDO PERDER A NATALIA Y TU A JULIANA, TODO POR UN ENOJO Y UN CALENTÓN DEL MOMENTO, NO PENSAMOS Y ACTUAMOS COMO IDIOTAS EMBRAVECIDAS, DECLARAMOS UNA GUERRA DONDE TENEMOS MÁS QUE PERDER A QUE GANAR ¿ENTIENDES? LA CAGAMOS, YA ESTÁ – le digo soltándome de su agarre para irme deslizando lentamente por la pared hasta quedar sentada en el suelo con la cara escondida entre las manos, un grito desgarrador sale de mis labios, Cami solo se arrodilla frente a mí para poder abrazarme.

-Lo sé, yo también tengo miedo de no poder protegerlas, tengo miedo de que por nosotros ellas corran peligro – me dice acariciando mi cabeza, me moriría si le pasa algo a Natalia, me iría al demonio, no puedo perder a esa chica, ella aún no es mi novia, pero quiero que lo sea, ya siento que lo es.

- Lo tenemos que arreglar, tenemos que arreglarlo – le digo dejando salir las últimas lágrimas salir.

-Lo haremos, ahora volvamos con nuestras chicas, ellas no necesitan – me dice, sin más que agregar nos vamos al hospital, pasamos a buscar a Olgui, ella no hace más que seguirnos y nos lleva de inmediato al hospital, no espero nada y me voy a la habitación de Nati, ella por fin está despierta, me mira con los ojitos llenos de lágrimas, puedo imaginar que le duele como el demonio pero es que no me puedo contener, solo corro hacia ella tomo sus mejillas y le doy un beso, ella suspira y me lo devuelve con toda delicadeza, sus labios se mueven al compás con los míos mientras que lengua pide permiso sutilmente para entrar, quiero hacerlo lo más delicado posible, no quiero que le duela nada, pero ella no piensa lo mismo, me toma de la nuca para profundizar el beso mientras que su lengua recorre con avidez mi boca, empiezo a pasar mis pulgares por sus mejillas para hacerlo lo más tierno posible, además el aire se me está haciendo escaso, así que casi forzosamente me tengo que separar de ella, suelta un gemido en señal de protesta, intenta volver a besarme pero sutilmente la detengo.

-Sé que no es el mejor momento, pero quiero preguntarte algo, Natalia Afanador ¿Quieres ser mi novia? – sus ojos se vuelven a llenar de lágrimas y con una efusiva afirmación me habla.

-Si, si quiero – me dice para volver a atacar mis labios, mientras la beso no puedo dejar de pensar que la voy a proteger, sea como sea.

Camila Prov:

Cuando entro a su habitación me doy cuenta de que sigue dormida, tiene un rostro completamente angelical, es casi como si me diera la paz que se me esfumó en esa reunión de mierda, empiezo a pasar suavemente mis dedos por sus pómulos, por sus labios, esos labios que no hacen más que volverme loca, que me hacen perder la razón, que me hacen perder el juicio, es casi por inercia que mis labios se posan sobre los suyos con la mayor suavidad posible, cuando me separo la veo removerse con una sonrisa en el rostro.

-Si voy a despertar así me voy a lastimar más seguido – dice ella con los ojos aun cerrados, su sonrisa me deja boba, después caigo en cuanta de todo lo que dijo y me dan ganas de darle un zape para que reitre lo dicho.

-Vuelves a decir eso y te juro que la que te manda al hospital soy yo – le digo mirándola seriamente, ella me sonríe de la manera más linda posible, me hace saltar el corazón de mil maneras diferentes, ya no puedo negar que estoy completa y perdidamente enamorada.

-Quiero protegerte, pero no sé cómo, no sé cómo evitar que alguien te haga daño – le digo acariciando su frente con total devoción, ella me mira como si su mundo fuera yo, me mira como si fuera la mejor persona del mundo cuando en realidad no lo soy, pero intento serlo para ella.

-Solo quédate a mi lado, quédate aquí u me sentiré segura – me dice con la voz enronquecida, quizás por el tiempo que lleva durmiendo o por el dolor que debe estar sintiendo, solo pienso en ese momento que su voz es el sonido más lindo del mundo.

-Te amo preciosa, te amo como no tienes idea, te juro que tengo miedo de no poder protegerte – le digo con la voz quebrada, tengo miedo del daño que le pueda hacer mientras esté metida en mi vida, pero tengo más miedo a perderla, es algo que definitivamente no soportaría jamás.

-Yo también te amo, pero por favor, no hables como si te estuvieras despidiendo – me dice ella con cierto miedo en la voz, ahora sí que las cague, la asusté.

-Te voy a decir algo preciosa, es que no puedo dejarte, nunca podré dejarte, porque me enamoré como una idiota de ti, me perdí en la profundidad de tus ojos, me perdí en la dulzura de tus labios, me perdí en la suavidad de tu tacto, en tu tersa piel, estoy completa y perdidamente enamorada de ti, tanto así que mi mayor miedo no es la muerte, mi mayor miedo es llegar a perderte – le digo mirándola fijamente a los ojos.

-Te amo pequeña, te amo como no tienes idea -me dice para cogerme con firmeza de las mejillas y atraer mis labios a ella, posa sus suaves labios sobre los míos, mientras que su lengua se pasa delicadamente por la comisura de mi labio instándome a darle paso, sin dudarlo le doy permiso y el beso se vuelve profundo, necesitado, recorro su boca con avidez impregnándome de su sabor, quitándome el miedo de llegar a caer, quitándome el miedo de llegar a perder mi vida en esta casería, ella me está dando el valor de cazar a las personas que asesinaron a mis padres, que me empujaron a esta vida, aunque sé que esto es altamente peligroso, porque son buenas, probablemente si las busco para matarlas, la que termine bajo tierra sea yo, pero haré lo que sea porque mi Juli no corra peligro, aunque eso implique tirar mi vida al bote de la basura, mataré a las panteras para que Juli pueda tener una vida sin riesgos.

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Les vengo a compartir mi felicidad, acabo de termina todo conchesumadre *-* literalmente casi tengo el título en las manos.

Besos en Guerra - (Ventino) [Jumila]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora