Juliana Prov:
-¡NATALIAAAAAAAAAAAAAA! – grito con todas mis fuerzas a mi mejor amiga que está abajo, la escucho correr desesperada escalera arriba, ya nos recuperamos completamente de la paliza que nos dieron, por ende, eso significa volver al trabajo, a la universidad, ya no hay excusas para que nos consientan, así que por lo menos ahora nos toca cocinar a nosotras, en eso estaba mi mejor amiga, intentando hacer un desayuno mínimamente decente, digo mínimamente porque si de cocinar dependiera la vida de Natalia, ya se hubiera muerto.
- ¿Qué pasó? ¿Te estás muriendo? ¿Te abandonaron? – me pregunta jadeante llegando a la puerta de mi habitación, simplemente estaba en el ordenador viendo el correo encriptado que me había llegado.
- ¿Por qué me dejarían estúpida? Soy un bombón relleno que cualquiera desearía, hasta tú, no lo niegues, sé que estás con Makis para ocultar el deseo que tienes por mi – me digo guiñándole el ojo mientras le lanzo un beso.
-Me descubriste, eres el amor de mi vida, la persona que deseo hacer mía cada noche y cada día – me dice con el rostro completamente neutral, de la nada ambas explotamos en risa, es que es inevitable, lentamente entra a mi cuarto y me palmea el muslo para que me mueva – Hazme espacio culo grande.
- ¿Tienes clases hoy? – le pregunto haciéndome a un lado para que se recueste a mi lado, recuesta la cabeza en mi hombro mirando el laptop.
-Si, pero en como 4 horas más ¿Y tú? – me pregunta de vuelta.
-No, la profesora se enfermó y solo tenía un par de prácticos que se suspendieron por no tener lugar, así que hoy es día libre, pero te voy a dejar, así aprovecho de ver a Cami – le digo, ella pone su dedo en la pantalla de mi ordenador, es su forma de preguntarme qué pasa, solo puedo resoplar con fuerza.
-Es un correo del jefe, quiere una junta importante con nosotras hoy en la noche, al parecer todo lo que pasó el otro día significó una declaración de guerra en todo su esplendor, quiere tratar los pasos a seguir – le digo, ella de inmediato pasa sus brazos por mi cintura y esconde la cabeza en mi cuello.
- ¿Crees que esto se convierta en una cacería? – me dice con la voz apagada, puede que ella sea la mayor de las dos, puede ser la que nada le afecta, pero este tipo de situaciones la descolocan, la hacen volver a ser una niña asustada a perder todo lo que ama, porque en efecto, yo y las chicas es lo único que tiene, en realidad que tenemos.
-Probablemente, pero ya te he dicho, nosotras nos vamos hasta el infierno juntas – le digo rodeándola con el brazo, nos quedamos abrazadas por unos minutos.
-Tengo miedo de que esto afecte a Makis o incluso a Cami, no soportaría que algo les pasara por nuestra culpa – su voz se escucha casi como de ultratumba al estar escondida en mi cuello.
-Yo también, pero no dejaremos que eso pase, primero nos morimos o en su defecto, las matamos a ellas, a esas personas que nos buscan, sabíamos que esto pasaría, que nuestro estilo de vida nos llevaría a esto, que nos pondría en peligro eventualmente, solo tenemos que procurar que nuestro riesgo no se extienda a ellas – le doy un par de besos en la cabeza - ¿Quieres ver una película?
-Quiero desayunar, pero ya me dio pena y se me quitó el apetito – me dice apretándome más fuerte, solo me dedico a hacerla cariño en la espalda y el cabello por varios minutos – Ya no quiero desayunar, solo abrázame y dame amor.
- ¿Cómo que no quieres desayunar? No me hagas patearte ese bonito trasero Natalia – escucho decir a Makis parada en la puerta de mi habitación, al lado de ella está Cami quien nos mira con expresión graciosa.
-Si no supiera que son como hermanas estaría horriblemente celosa – dice Cami con una sonrisa, por suerte llevamos tiempo hablando de películas y cosas así, además de tener cerrado el correo, veo que la pendeja de mi amiga mira a su novia con un evidente puchero mientras abre los brazos con las manos extendidas abriendo y cerrándola.
-Mi abracito – dice con una voz bastante infantil, miro a Cami y le hago un puchero imitando la voz de mi amiga.
-No se vale, yo también quiero abracito – en inevitable que suelten unas carcajadas, simplemente se abalanzan sobre nosotras, siento que Cami reparte besitos por toda mi cara, finalizando con un rápido beso en los labios.
- ¿No vas a ir a la universidad perezosa? – me pregunta recostada sobre mi entre mis piernas.
-No tengo clases, además no es de perezosa que no había ido, recuerda que me atacaron y estaba lisiada – le digo tocando su nariz con la mía, sus rojos labios me llaman a besarlos, en ese momento me pongo a pensar en ¿Cómo demonios cabemos 4 personas en una misma cama?
-Eso te pasa por torpe, deberías dejar de meterte en problemas – me dice para darme un rápido beso, el cual alargo tomándola del cuello para se quede un poco más junto a mí.
-Te dije que eras torpe Pérez – me dice Natalia, creo que por fin me doy cuenta de que está toda roja y me Makis maliciosamente besa su cuello.
-Tú eres la torpe Afanador, además no es que yo me meta en problemas, los problemas se meten conmigo – digo con una cara de completa seguridad, esto hace que las tres personas coladas en mi habitación suelten unas estrepitosas carcajadas.
Ese día se hizo especial por las razones equivocadas, pero terminó siendo especial por lindas razones, aunque igual tuvieron que ir a clases, pasamos gran parte de la tarde juntas, yo pasé gran parte del día éntrelos brazos de Cami, calmándome con su calor, con su linda risa, con sus bellos ojos, tranquilizando mi corazón con ella, hasta que llegó la hora de ir al despacho del jefe, vamos consientes que probablemente esto termine por ser un desastre total. Estamos sentadas en estas cómodas sillas donde tantas veces esperamos nuestras misiones, esperando a nuestro jefe, que fuera de todo también es nuestro amigo y creo que el hecho que ellas nos golpearan lo hizo enojar y mucho.
-Hola Juancho – dice Natalia con sacándome de mis pensamientos, lo miro frente a mí con una maldita carpeta.
-Hola chicas ¿Ya están mejor? – pregunta él totalmente serio, está enojado, aunque no lo quiera demostrar.
-Si, todo bien, pero Juancho, al grano, lo siento, pero es que esto no me gusta, lo que está pasando últimamente no me gusta nada – le digo soltando un resoplido abre una carpeta.
-A mí tampoco me gusta nada de lo que está pasando, ustedes con el grupo de La Leona siempre han tenido su rivalidad, pero nunca había tenido la necesidad de un enfrentamiento directo, de un ataque con saña que el único objetivo era dañarlas y me atrevo a decir que incluso la intención era matarlas – nos dice mirándonos con detenimiento, como si esperara nuestra reacción, pero únicamente estamos en silencio.
- ¿Esto qué y cómo nos implica Juancho? – pregunta Natalia con seriedad, está completamente ida y yo estoy completamente nerviosa y jodida.
-Esto implica una declaración hostil, una guerra, ustedes les van a responder con la misma mano, lo que tienen que hacer es buscarlas y matarlas, cuando se les asigne la siguiente misión haremos que ustedes tengan un encuentro casual, del cual ellas no podrán escapar, tendrán todos los medios para poder rastrearlas, solo tienen que poner cuidado que ellas no les pongan las manos encima antes de que ustedes le corten la garganta – dice él con rabia, le afectó más de la cuenta la paliza que nos llevamos gratuitamente, lo hizo enfurecer.
-Entonces esto es la guerra – digo con calma, sabía lo que era, sabía desde el momento que salimos vivas de esa maldita suite que esto era una declaración de guerra, que esto tendría consecuencias, que no solo seriamos asesinas por lo justo, sino que también seriamos cazadoras persiguiendo una presa, que nos convertiríamos en unas simples depredadoras.
-Ellas las declararon – dice Juancho con voz implacable.
- ¿Cuándo empezamos? – miro el nombre de Cami en el chat abierto.
-Mañana en la noche, tienen que hacerlo lo antes posible – dice, cierro los ojos para poder escribir con un nudo en la garganta
Juli:
Hola bonita, sabes que te necesito, te necesito mucho, por favor, ven a mi casa, por favor ven a verme, te necesito.
Cami:
En 40 minutos llego, no te preocupes, ya llego a abrazarte.
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Besos en Guerra - (Ventino) [Jumila]
RomanceCamila Esguerra y Juliana Pérez sintieron una atracción de inmediato, cuando se vieron en la universidad de inmediato sintieron cosas muy fuertes, pero La Leona y La Pantera se odian a muerte, dos asesinas a sueldo enfrentadas por el trabajo ¿Podrá...