Camila Prov:
Debo admitir que me asusté al recibir el mensaje de Juli, pensé que quizás le había pasado algo, pensé que quizás estaba en peligro, así que no dude en decir que iría, en menos de exactamente 40 minutos estuve frente a la puerta de Juli, toqué el timbre con ahínco, desesperada porque abrieran, desesperada porque fuera ella la que abriera y no alguien dando malas noticias, la que me abre es Natalia, viene un tanto dormida.
- ¿Cami? ¿Qué pasó? – me pregunta tallándose el ojo, hace un intento por mirarme, pero ni siquiera puede mantenerlos abiertos.
- ¿Está Juli? - le pregunto tratando de mantener la calma, pero esta niña no despierta.
-Si, está arriba – dice dándome paso, antes de que llegue al pie de la escalera me ella me habla de nuevo - ¿Y Makis?
-Está en la casa, Juli me habló de improviso, no quería dejarla sola, pero Juli dijo que me necesitaba – le digo, ella de inmediato abre los ojos de manera impresionante.
- ¿Está sola? – me pregunta, está como procesando la información, solo asiento, se da vuelta toma las llaves de su carro y empieza a moverse a paso decidido hacia afuera, no me lo puedo creer.
- ¡NATALIA VAS EN CALZONES! – le grito, pero ni me pela, solo se va, escucho acelerar el auto, la puerta se cierra con el impulso que tomo cuando la mejor amiga de mi novia salió, de inmediato siento que alguien se posa tras de mí, siento sus manos en mi cintura que me aprietan contra su torso.
- ¿Cómo que Natalia salió en calzones? – me pregunta Juli con el mentón en mi hombro, sentir su calor y ver que está bien me relaja, en ese momento me permito soltar una risa por lo que acaba de pasar.
-Creo que todavía no despertaba y saber que Makis estaba sola en casa le pareció inconcebible, así que tu mejor amiga ha ido al rescate de mi mejor amiga en una camiseta que no le tapa nada y en calzones – entrelazo mis dedos con los suyos sintiendo que a su lado todo encaja, en ese momento me doy cuenta de algo - ¿Te pasó algo? ¿Te duele algo? ¿Qué necesitas amor?
-Te necesito a ti – me dice dejando besos en mi cuello, me hace salir de la escalera para tener los dos pies en el suelo raso.
-Pero amor, de verdad ¿No necesitas nada? ¿Te falta algo? – le pregunto preocupada, de verdad estoy intentando comprender la urgencia, intentando entender sus palabras, lentamente me voltea hasta que estoy completamente de frente a ella, sus manos me vuelven a tomar de la cintura dejándome completamente pegada a cuerpo.
- ¿Qué no entiendes? Te necesito a ti, a Camila Esguerra – dice para tomar mi nuca y estampar mis labios sobre los míos, sus labios succionan mi labio inferior invitándome a besarla con vehemencia, coge todo el cabello de mi nuca y abrió mi boca con la de ella, su lengua empieza a hacer un recorrido completo de mi boca haciéndome soltar un fuerte jadeo, no puedo creer con la necesidad que con la que me besa, empiezo a delinea ¡r sus caderas con mis manos , siento el pecho pesado, la respiración me es completamente errática, es tanto el ardor que siento en el pecho que obligadamente tengo que separar nuestros labios, no contenta con eso la escucho protestar en un gruñido, así que empieza a repartir húmedos besos en mi cuello haciéndome temblar cada vez que su lengua hace contacto con mi piel.
-Juli – suelto en un suspiro mientras enredo mis manos en su cabello, la siento hacer una leve presión sobre mi cuello, termino por soltar un leve gemido, al parecer esto hace que Juli toma el valor de mover las manos hacia mi trasero y darme un suave apretón.
-Mi amor te necesito – me dice abrazándome mucho más fuerte, aspirando el olor de mi cabello, yo acaricio su cabello, es algo que me da tremenda calma.
-Ya estoy aquí, estoy aquí para ti – le digo haciendo a un lado su cabello para besar su mejilla, se separa un poco de mí para recargar su frente en la mía.
-Déjame hacerte el amor, esta noche quédate conmigo y déjame hacerte el amor – su voz suena necesitada, me enternece el corazón.
-Cállate y bésame Juliana Pérez – le digo haciéndola bajar su cabeza para besarla con vehemencia, sus manos bajan con rapidez a mis muslos para alzarme, no dudo en enrollar mis piernas en su cintura, me pierdo en sus labios, en la dulzura de su boca, en la suavidad de su lengua, no me doy cuenta de que me está llevando a la habitación, hasta que siento la suavidad del cobertor en mi espalda.
-Ere hermosa – me dice para meter su mano bajo mi camiseta levantándola lentamente, el calor de sus manos hace que se me ponga la piel de gallina, pero cuando sus labios entran en contacto con mi vientre es imposible que cualquier gemido pueda ser contenido, ella con apresuro se desprende de mi camiseta y de mi sujetador, su boca va directo a mi pecho, donde toma posesión de uno de mis pezones, mientras que el otro pecho es atendido por su ávida mano que masajea con vehemencia.
-Esto no se vale – le digo dejando escapar un gemido, aprieto mis piernas en su cintura para voltearnos quedando yo sentada sobre su vientre , por suerte y bendito sea su ingenio, estaba lista para dormir, eso significa, una camiseta y ropa interior, solo me preocupo de deshacerme de esa diminuta camiseta que tapa mi vista y que me niega tocar a Juli como quiero, me preocupo de delinear su silueta con mi dedo, haciendo que ella arquee su espalda a medida que mi dedo va pasando por su cuerpo, hasta que llego al borde de su ropa interior, no dudo en dejar un camino de besos hasta llegar a dónde está mi dedo, tomando el borde del elástico con los dientes para empezar a bajarlo, la escucho soltar un jadeo, me toma firmemente del brazo para volver a recostarme sobre ella, girándonos para volver a quedar ella encima.
-Adoro tus ojos -me dice dándome un fugaz beso para después besar mi vientre mientras retiraba las últimas prendas de ropa, rápidamente vuelve a subir para darme un fuerte beso.
-Adoro tus labios, me hacen viajar a otro mundo – le respondo a lo que me dijo hace unos instantes, su mano se aferra a mi muslo cuando se lo digo, ascendiendo con suaves caricias hasta llegar a mi centro, contengo un fuerte gemido que lucha por salir cuando sus dedos me penetran suavemente.
-Te amo – dice ella cuando mi mano viaja a su centro para acariciarlo con delicadeza, las penetraciones son suaves, los besos fuertes, las pieles están calientes y nuestras manos están ávidas de deseo porque la otra llegue al orgasmo, siento que las piernas me empiezan a temblar, estoy muy cerca, pero no soy la única, ella está igual, pero ya no puedo más, la mano que no la acaricia se clava en su omoplato.
- ¡JULI! -grito cuando el avasallador orgasmo me ataca.
- ¡MIERDA, CAMI! – grita ella para después morder mi cuello, se retira lentamente de mi para abrazarme con fuerza.
-Te amo, te amo tanto que no sabes lo que te voy a extrañar – su voz se quiebra, eso hace que me ponga alerta.
- ¿Cómo es eso de que me vas a extrañar? – le pregunto preocupada, levanto su rostro escondido en mi cuello, quiero que me mire, sus ojos están inundados por las lágrimas.
-Hay algo que no te he contado y todo depende de mañana, pero quiero que sepas si no te dije esto antes es porque quería protegerte, si pasan de las 12 de la noche y no te he contactado, ven a mi habitación y saca una carta que está en mi mesita de noche, de lo contrario será mi propia boca la que te cuente todo, pero pase lo que pase, quiero que sepas que te amo, te he amado como nadie y te amaré hasta que se me olvide mi nombre, si llega a pasar algo tienes que tener en cuenta que eres a la persona que más extrañaré, que en cualquier parte del mundo y en cualquier horario serás la despedida que más me duele – me deja impactada, no pensé que esto fuera una despedida o el intento de eso.
-No te despidas, por favor no te despidas, yo también te amo como a nadie, por favor no te despidas – le digo con la voz quebraza, me aferro con manos y piernas a su cuerpo, tengo miedo, siempre he temido a perderla por mi trabajo, pero resulta que ahora también la puedo perder por un secreto de ella, no quiero perderla, no puedo perderla.
ESTÁS LEYENDO
Besos en Guerra - (Ventino) [Jumila]
RomanceCamila Esguerra y Juliana Pérez sintieron una atracción de inmediato, cuando se vieron en la universidad de inmediato sintieron cosas muy fuertes, pero La Leona y La Pantera se odian a muerte, dos asesinas a sueldo enfrentadas por el trabajo ¿Podrá...