Capítulo 11 - Seguridad.

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N/A:
Punto uno, estoy pensando seriamente en tirarme a huelga hasta que mis historias favoritas se dignen a actualizar .

Camila Prov:
Quedé en blanco cuando me preguntó si quería ser su novia, estaba en mi lugar favorito, con una de mis personas favoritas, yo tenía clara mi respuesta, pero esta no quiso salir de mis labios, estaba perdida en sus ojos, al parecer ella se dio cuenta porque tomó mi cara y me besó con calma, mis piernas se cierran en su cintura, sus labios se mueven con suavidad sus labios sobre los míos, mis manos van a su cintura para atraerla a mí, solo la escucho jadear cuándo empiezo a pasar mi lengua por sus labios, su puño se cierra en mi cabello para terminar de profundizar el beso, mientras que su otra mano va a mí cintura, el aire escasea así que no queda otra que separarnos, la miro con detenimiento, me parece impensado que esta mujer que tengo al frente me sostiene, literal y figuradamente.

- Respóndeme por favor - me dice en un susurro.

- Claro que sí, si y mil veces si - le digo para volver a besarla con calma, apenas nos separamos ella me sonríe, con esa sonrisa hace que mi corazón se salga de mi pecho, nunca en la vida había sentido tal cosa, nunca había necesitado a alguien que me diera fuerzas, menos a alguien que me alborotara completamente, alguien que me diera esperanzas en un mundo donde lo único que hacía era matar, Juliana tiene algo especial, durante gran parte de la tarde solo jugamos en el agua, solo salimos de ese lugar de ensueño para ir a comprar comida, después de todo esta mujer se puede morir de todo menos de hambre.

- No puedo creer que aceptaras ser mi novia - le dice Juli sentada a mi lado con las piernas metidas en el agua, estamos sentadas al borde del lago.

- ¿Por qué? - le pregunto, ya estoy sonriendo como boba otra vez, es que no puedo evitar hacerlo cada vez que la tengo al lado.

- Eres un sueño Camila Esguerra, eres adorable, demasiado encantadora, además de ser muy linda, eres una mujer perfecta - me dice y sin poder contenerme tomo su cara para besarla.

- Eres todo lo que necesitaba Juliana Pérez, me diste algo que creí perdido hace años - le digo sin poder contenerme.

- ¿Qué es eso? - me pregunta ella sonriendo, no sabe que cada vez que lo hace me derrite.

- Esperanza - le digo con simpleza, ella me vuelve a sonreír, es una necia, no sabe que con eso me enamora, tomo su mejilla y le doy un beso con tranquilidad, aún tengo la ropa un poco mojada y sin querer empiezo a temblar, ella se da cuenta y me abraza.

- Parece que ya es hora de irnos, no quiero que te resfríes - me dice acariciando mi mejilla.

- Habló la que nunca se enferma - le digo sarcásticamente, ella me sonríe mostrando todos sus dientes.

- La verdad no, nunca me enfermo - me dice muy orgullosa.

- Te odio - le digo resoplando, ella me toma la cara y me besa de manera intensa, sus dientes tiran de mi labio inferior y su lengua entra con ferocidad, se separa abruptamente de mí dejándome boqueando, esta mujer está loca.

- Me quieres - me dice con una sonrisa, se pone de pie y me ofrece la mano - Vamos, te voy a dejar a tu casa - yo me pongo de pie y la miro con ternura.

-¿Puedo dormir contigo? - le pregunto haciéndole ojitos - Es que Makis está insoportable y quiero estar contigo.

- Entonces a mi casa será ¿No quieres pasar a buscar ropa o algo así? - me pregunta tomándome la mano para empezar a caminar.

- No, no quiero, ya es de noche y el Minion tiene que estar furioso porque no fui a clases - le digo haciendo un puchero.

- Makis es como tú mamá - me dice riéndose, pero es verdad, esa mujer es de temer.

Besos en Guerra - (Ventino) [Jumila]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora