Capítulo 51: Hazme el amor

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Sus labios me cautivaban, me volvían demente, me sentía en las nubes igual que las veces anteriores en las que nos habíamos besado. Sus brazos se envolvieron en mi cintura, y mis manos en su cuello.

-No llores por él, no lo merece-susurró separándose una pulgada de mi, para limpiar las lagrimas que yacían en mis mejillas y volvió a besarme, tan dulcemente que creí olvidarme de todo, de Brad, de mi madre, de Martah, de Amber enferma y del mundo completo.

Justin estuvo minutos enteros besandome así, dulcemente y separándose de momentos para besar cariñosamente mis mejillas y mirame a los ojos.

Como me sucedía siempre que él me tocaba sin que lo esperara, sentía estar en un sueño del que temía profundamente despertar.

-Eres preciosa-murmuró sobre mis labios haciendo que mi piel se erice hasta la última pulgada, y cuando volvió a besarme, su lengua se introdujo a mi boca, y sin saber como, me encontraba cayendo suavemente de espaldas al sofá color cafe del living.

Los labios de Justin se posaron en mi cuello, proporcionándome besos alrededor de este y luego en mis mejillas otra vez, besó mi nariz y luego cada uno de mis parpados. Mi cuerpo tembló violentamente ante su toque y ante los nervios y anticipación que me producía el hecho de que él estuviera sobre mi.

-Justin-susurré cuando estuvo otra vez cerca de mis labios.

Sus ojos fueron a los míos, miel ahora pareciendo chocolate observándome con confusión, una pequeña luz de decepción se cruzó por su mirada y supe que era porque creía que lo iba a detener.

-Hazme el amor-susurre

Justin parpadeó frenéticamente, como si estuviera intentando procesar mis palabras.

-Pero, cariño, tu eres...virgen-dijo dulcemente, acariciando mi mejilla.

Su forma de llamarme "cariño" como jamás lo había hecho me hizo estremecer, y el hecho de que él me observara con esa mirada de advertencia y que no se hubiera arrojado a mi sin dudarlo, como un gran porcentaje de la población masculina lo hubiera hecho, me hizo quererlo aún más.

-No importa, bueno, si a ti no te importa, quiero decir-balbuceé nerviosa.

Él sonrio, una sonrisa enorme y relajada.

Ese hombre no podría ser más jodidamente hermoso, aún si lo quisiera.

-Aunque es tu cumpleaños, sería el mejor regalo que me puedas dar

-¿En serio?-susurré, algo sorprendida.

Él asintió.

-Quiero ser el primero

-Tambien quiero que seas el primero

Su sonrisa se hizo mas grande y sus labios se acercaron a los míos.

-Quiero que sepas, que una vez que lo hagamos, seras mía-susurró mirando mis labios.

Mi estómago se revolucionó con la idea de pertenecer a Justin, y entonces Brad y todas mis preocupaciones desaparecieron de mi cabeza por el resto de la noche.

-Quiero ser tuya Justin, lo quiero mas que nada-me sinceré.

Él cerró los ojos y suspiró con una sonrisa, como si escuchar eso fuera lo que había estado esperando por mucho tiempo, y luego de mirarme una vez más, llevó sus manos a su espalda y se quito la camiseta en un movimiento rápido, en el que me quedé observándolo hipnotizada.

El aire escapó lentamente por mis labios al tener a la vista a su pecho trabajado y sus infinitos tatuajes frente a mis ojos.

El hecho de que su cuerpo de anchos hombros y grandes músculos se encontrara sobre mí revolucionó mi cuerpo entero.

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora