El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|

Capítulo 59: ¿Qué voy a hacer sin ti?

-Oh, para eso querías retrasar a Amber-murmuré impresionada.

-Que niña más lista-rió en mi oído.

Me uní a su risa a lo bajo y volteé para tenerlo enfrente.

Acaricié su mejilla izquierda y lo observe.

Había pasado más de un mes desde mi cumpleaños, y se sentía tan extraño el hecho de que Justin y yo fuéramos tan compatibles, ambos disfrutábamos mucho del tiempo junto al otro y no había manera en el infierno en la que pudiera aburrirme de él.

Joder, Justin era...Justin, era el maldito hombre mas perfecto que había conocido en mi vida, él definitivamente superaba mis expectativas y por eso no podía creerlo, porque no podía entender como alguien como él pudiera fijarse en una niña sin experiencia como yo.

Definitivamente, estaba volviéndome loca el tenerlo allí, para mi.

Me hacía querer más, no quería irme, no quería dejar de pasar mi tiempo con él, no quería dejar de tener sexo con el.

-¿Te pasa algo? Te ves triste-murmuró él ladeando la cabeza.

-Es solo que...-suspiré y apoyé mi cabeza en su pecho-te quiero

-Yo también te quiero, mucho-lo oí sonreír y luego sus labios se presionaron en mi cabeza.

-¿Estarás bien sin mi?-bromeé para romper la tensión, oí su risa a lo bajo y sentí sus manos acariciando mi espalda.

-No lo se, me será muy difícil, ya sabes, trabajar, pensar...existir sin ti molestando por ahí todo el día-dijo divertido, continuando con mi broma.

Solté una risa y levante mi cabeza para observarlo.

-Mi molestia es como...es como un don-dije con falsa seriedad-la gente cree que quiere librarse de mi, pero luego nota que me necesita para vivir-agregué.

El asintió en acuerdo.

-Estoy de acuerdo, me sucede exactamente lo mismo

Ambos reímos por lo estúpido de nuestra conversación.

Eso era lo genial de Justin, el podía ser tan maduro, culto y eficiente en cualquier cosa del mundo, y luego convertirse en un bromista infantil y sonrisas fáciles Justin, él que más me gustaba.

Sonreí y lo bese, delinee su labio inferior con la punta de mi lengua y él gruño, apretó sus manos en mi cintura y caminó en línea recta hacia al sofá sin dejar de besarme.

Me dejó con cuidado en el sofá, boca arriba y él sobre mi, sosteniendo su peso con sus brazos.

-Los sofás me traen hermosos recuerdos-susurró con una sonrisa divertida.

Me sonrojé ante sus palabras.

-También a mi, creo-ladeé la cabeza e intente ignorar el violento cosquilleo en mi estómago al verlo tan cerca de mi.

-¿Crees?-abrió exageradamente sus ojos, mirándome con fingida indignación.

-Sip, no fue tan bueno como crees-me encogí de hombros.

Él rio sin abandonar su expresión de sorpresa.

-Eres una mentirosa, tu lo disfrutaste tanto como yo

-Mhh no tanto-arrugé la nariz.

Justin volvió a reír y hundió su rostro en mi cuello, haciendo que mi entrepierna se apriete dolorosamente.

-Te quiero tanto-murmuró y suspiró despacio, su aliento chocaba con mi piel y enviaba choques de adrenalina a todo mi cuerpo.

-Y yo a ti-dije a lo bajo, en un hilo de voz.