Epílogo

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El clima cálido, el sol poniéndose, y mi madre riendo a carcajadas de las cosas que Elizabeth decía.

Suspiré con una sonrisa y recargué mis codos en la mesa de madera que mi madre había colocado de manera improvisada en el jardín para la pequeña reunión de ese día.

El verano se iba una vez más, pero el clima cálido había decidido acompañarnos por esa tarde de sábado, habíamos organizado un almuerzo en casa de mamá para festejar que luego de varios años sin descanso, ella había podido tomarse vacaciones.

También era motivo de festejo familiar que ese mismo día, era nuestro aniversario número tres.

Habíamos decidido cambiar de lugar nuestro almuerzo, y hacer una barbacoa en el jardín, el día lo ameritaba.

No podía borrar la sonrisa de mi rostro mientras observaba a mi madre charlar animadamente con Elizabeth, ellas tenían edades bastante similares, y luego de algún tiempo parecían ser buenas amigas.

Justin se acercó a nosotras con Amber a su lado, quien traía un pastel cubierto de crema de varios colores, con la frase "¡Felices Vacaciones!" escrita en letras torcidas y disparejas.

Los miré apretando mis labios, e intentando ocultar una sonrisa.

¿Amber haciendo un pastel?

-Es para ti Clarise, felices vacaciones-dijo Justin, poniendo sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón y sonriendo de lado.

-¡Que hermoso! ¿Lo hicieron para mi?-juntó sus manos enternecida mientras Amber colocaba el pastel frente a ella.

Justin asintió con la cabeza, y caminó cerca de mi para sentarse a mi lado, lo seguí con mis ojos sin poder ocultar mi expresión de sorpresa.

Amber frunció el ceño.

-En verdad, papá no ayudó en nada, sólo estaba allí fastidiando y poniendo mis nervios de punta

Justin pasó su brazo por mis hombros, atrayéndome contra su cuerpo, y envolviéndome con su calor y su fragancia, su mano libre fue a mi rostro, llevándolo contra el suyo y dándome un rápido y casto beso en los labios.

Le dirigí una sonrisa de tonta enamorada, mi corazón aún no dejaba de volverse loco cuando él hacía esas cosas.

-Si no fuera por mi ni siquiera hubieras podido prender el horno-se quejó él, cuando su rostro se alejó del mío.

Quise reír de sólo imaginarlos descifrando cómo cocinar un pastel.

-Existe google-respondió Amber encogiéndose de hombros y se unió a nosotros en la mesa.

Elizabeth empujó levemente la mano de Justin, que estaba sobre mi hombro, reclamándole en tono de diversión que dejara de molestar a Amber.

Mi amiga le enseñó la lengua a Justin, haciendo que él gruña a lo bajo porque nadie lo defendía.

Mi madre y yo sólo reíamos observando la interacción tan divertida entre ellos.

Era una agradable nueva costumbre el ver a Elizabeth allí, luego de meditarlo por largos meses, Justin había decidido volver a contactar a su madre, y aunque no fue tan natural como las cosas entre Justin y Amber, y tampoco fue nada fácil, ellos habían recobrado su relación.

Y Justin, mi Justin

Mis ojos se perdieron en él, en la forma en la que regañaba a Amber porque no quería que utilizara un cuchillo muy afilado para cortar el pastel, fruncía el ceño, pero sus ojos brillaban y su cabello despeinado demostraba su actitud despreocupada y distendida.

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora