El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|

Capítulo 27: ¿Por qué no me dijiste que Amber estaba ebria?

Sus manos se apretaron en mi cintura y sus dientes tironearon de mi labio inferior.

Gemí.

-Eres hermosa-susurró sobre mi boca y volvió a unir nuestros labios

-Justin-susurré y oí un gruñido salir del fondo de su garganta. Él tiro de mi cintura hacia arriba, sentándome en la mesada de la cocina, sus manos ahuecando mis mejillas y su cuerpo pegado al mío.

¡No podía creerlo, estaba jodidamente besando a Justin! Y era perfecto

Él apretó aun más sus manos en mi cintura y paseó su boca por mi cuello, mordiendo y chupando mi piel.

Gemí otra vez.

Sus labios eran alguna especie de maravilla mundial, suaves y salvajes a la vez, se sentía como estar besando nubes de algodón.

-Emma-jadeó

Sus dientes mordieron mi...

-¡Emma! Maldita sea, ¡despierta!

Mis ojos se abrieron de golpe

Fruncí el ceño ¿qué mierda?

-¿Que haces aquí?-gemí al ver a Amber de pie a mi lado.

-Pues, son las, hmm-miró su reloj y sonrió-9 de la noche, y ya he vuelto de la fiesta de Ty, fue un fiasco así que me volví al rato-rió.

Estaba ebria, podía verlo a kilómetros.

-Pero...¿Justin?-fruncí el ceño frotando mi frente, sus besos, sus malditos besos ya no estaban allí.

-¡Justin Justin!-dijo ella moviendo las manos.

¿Estaba imitando un acento italiano?

Me senté sosteniendo mi cabeza.

No entendía absolutamente nada. Rebobinemos.

Primero, mamá, Martah y Amber se fueron, bajé, Justin me explicó literatura, subí escapando como conejo asustado, pensé en él como una imbécil por más minutos de los que me gustaría admitir, me senté en la cama y...me quedé dormida.

Mierda.

Todo había sido un hermoso, hermoso sueño.

Debí saberlo en el momento en el que le confesé que me gustaba.

Bueno, y desde el momento que él dijo que me deseaba.

Joder.

Solté un suspiro de frustración.

Que mierda.

-Si, Justin-suspiré, más para mi

-¿Acaso te le tiraste?-preguntó ella burlona, golpeándome en el brazo con su codo en un gesto de insinuación.

Rodé los ojos.

Que pesada.

Fruncí el ceño y la miré.

-¿Tu padre te ha visto así?

-Nop, me trajo Grece-rió.

-Mierda Amber, ya casi es la hora de la cena y...-mi boca se abrió en una gran 'O'-¡hoy viene Brad!-grité y salté de la cama, ella me miró confundida, como si estuviera en su mundo.

Abrí la ducha del baño de su habitación y tome un pantalón negro de tiro alto y un top blanco, quería tomar otra ducha para acomodar mis ideas.

-Tu quédate aquí, no te muevas-dije señalándola, la obligué a sentarse en la cama y cerré la puerta de su habitación con llave.

Dios sabe que pasaría si alguien entrara, o peor, si ella bajara.