Capítulo 11: Estúpido y sensual Brad

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Maratón 2/3

Tenía un círculo morado en el lado derecho de mi cuello.

Un chupetón.

Tapé mi boca con ambas manos y gemí frustrada.

¿Qué se suponía que debía hacer?

Estúpido y sensual Brad.

Tomé el cuello del saco de Justin e intenté esconderlo lo mejor que pude.

-Ya-dijo Amber y jaló de mi brazo llevándome fuera de la casa

Ambas caminamos a paso apurado hacia la acera de enfrente, donde el Señor Bieber se encontraba apoyado en el costado de su elegante carro gris, con los brazos cruzados sobre su pecho, y el semblante tenebrosamente serio, usaba una camiseta con mangas completamente blanca, que iluminaba su rostro conjuntamente con el sol de la mañana, además de unos jeans desgastados de un celeste bastante claro, y zapatillas completamente negras. Unas RayBan negras ocultaban sus preciosos ojos color miel.

Demonios, él sí que era demasiado jodidamente sexy para su propio bien.

Y para el mío.

-Hola papá-saludó Amber, como si la segunda palabra fuese la cosa mas asquerosa y extraña que hubiera pronunciado en su vida.

No se si era intencional pero cuando decía la palabra con P, Amber hacía que sonara completamente sarcástico.

-Hola nena-respondió, con una voz profunda y ronca escapando de su garganta.

Oh por supuesto, ¿de que otro lugar podría haberlo sacado Amber?

Mis partes íntimas palpitaron ante su tono de voz y su forma de decir "nena", aunque no tuviera ninguna intención sexual, todo en él parecía expeler testosterona, sin siquiera intentarlo.

Al mismo tiempo mis piernas temblaron de ansiedad ante el miedo de que él pudiese visualizar mi pequeña marca, y por qué no, de vergüenza al recordar que la noche anterior él había mencionado cuán responsable me creía para dejarme a cargo de llamarlo para que viniese por nosotras.

Joder

Emma, te luces a veces.

-Justin-sonreí titubeando un poco, sintiéndome incómoda al llamarlo por su nombre de pila, se sentía extrañamente íntimo poder mencionar su nombre.

-Hola Emma-masculló con voz dura, y supe que la había cagado, pues se escuchaba bastante molesto.

Ambas subimos a la parte trasera del auto, y al desbloquear mi teléfono noté cuan preocupado estaba el Señor Bieber, tenía 12 mensajes de un número desconocido, que no podía ser otra persona que el padre de mi amiga.

"Emma soy Justin, ¿ya paso por ustedes?"

"Es Justin, ¿están bien?"

"Linda, son las 6:30, comienzo a preocuparme ¿puedes llamarme?"

Y muchos mensajes similares, me sonrojé y removí en mi lugar al releer el tercero, era estúpido sin dudas, porque casi todos los padres de mis amigas me decían linda de una forma cariñosa, pero en este caso, se sentía distinto.

Bueno, se sentía distinto porque mi mente no paraba de repetir:"¡Dice linda! ¡Cree que eres linda!"

Por suerte aún quedaba una parte racional de mí, que me recordaba cuan infantil estaba siendo.

Descarté mis pensamientos de niña de 12 años obsesionada con un chico, y mirando mi teléfono decidí agendar su número por si acaso.

"Justin"

Cuando había terminado de escribir su nombre, me castigué mentalmente y presioné editar.

"Padre de Amber", coloqué esta vez, como si estuviera poniendo un límite a mis fantasías, y guardé mi teléfono.

Cuando el auto se detuvo por una luz en rojo decidí hablar.

-Hm Justin, yo...quisiera disculparme-hablé a lo bajo, realmente apenada por haberlo hecho preocupar, siendo que pudimos escabullirnos a la fiesta solo gracias a su ayuda.

-¿Por qué?- preguntó sin voltear, ninguna expresión en su voz, cómo si quisiera que supiera bien lo que había hecho.

Joder

-Porque yo...-suspiré-me quedé dormida y fué por eso que no respondí sus...tus mensajes-mentí y el asintió.

Cristo, que mentira de mierda ¿quién se duerme en una fiesta?

Debo decir, que por si aún no lo han notado, no sé mentir muy bien.

Luego de unos segundo que parecieron una eternidad, él volteo con una sonrisa, regresando a su estado de despreocupación con el que lo vi en algunas ocasiones de la noche anterior, y suspiré aliviada, porque al parecer esa respuesta le había bastado.

Mi alivio se disolvió en cuestión de segundos, y casi al mismo tiempo que se disolvió su hermosa sonrisa después de que sus ojos se posaron en mi cuello.

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora