El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|

Capítulo 18: Tómame, secuéstrame y házme tu esclava

Maratón 2/3

Mi corazón se detuvo.

¿Había oído bien? ¿Ella estaba insinuando que Justin se preocupaba por mi?

Balbucee un conjunto de palabras inentendibles mientras ella me observaba.

Me tomó unos segundos procesar sus palabras y enseguida me sentí terriblemente mal por ella.

-Joder Amber, no digas idioteces, por supuesto que tu padre se preocupa por ti-dije por fin encontrando mis palabras y tomando sus manos bajo las mías.

Ella chasqueó la lengua, como si no creyera lo que le decía.

-Lo dudo mucho, es decir, si realmente lo hiciera ¿por qué sólo se preocupa por verme algunas veces en el año? Unas llamadas telefónicas no suplantan su presencia como padre

-No lo sé-murmuré siendo sincera-pero podrías preguntárselo...ahora está aquí-me encogí de hombros y apreté sus manos dándole apoyo-aún así no dudes de que se preocupa por tí Amber, pues si lo hace por mi que apenas me conoce, ¿como podría no hacerlo contigo?

Realmente no creía que él se preocupara por mi, es decir, tal vez en la forma en la que el padre de una amiga puede hacerlo, pero no quería plantar ideas equivocadas en mi cabeza.

Ella rodó los ojos, quitando sus manos de las mías.

Maldita sea. Mi mejor amiga podía ser tan testaruda como la mierda a veces.

-Como tú digas-murmuró arrojándose a su cama.

Bufé a lo bajo, porque odiaba que intentara quitarle importancia y actuar como si nada estuviese pasando.

Apagué la luz y me tumbé a su lado, quería dormir, pero me costó bastante teniendo en cuenta que el Señor Bieber no salía de mi cabeza.

A la mañana siguente me paré de un salto, ¡saldría con Brad! Y por si no se nota, estaba algo emocionada por eso. Abrí la ducha del baño de la habitación de Amber y me metí bajo el agua caliente.

Mierda era relajante.

Salí luego de unos 20 minutos con una toalla envuelta en mi cuerpo y otra en mi cabello.

Amber seguia durmiendo, rodé los ojos, si fuera por ella dormiría toda la vida.

Maldita perra floja.

Me puse un short ceñido de color negro, un top color rosa pastel y sobre éste, un sweeter beige bastante suelto que me encantaba, tomé mis vans negras y una cadenita dorada.

Sólo me puse un poco de máscara en mis pestañas y luego algo de perfume. Alisé mi cabello y en las putas dejé bucles naturales.
¡Lista!

Sonreí satisfecha ante mi imagen en el espejo y salí de la habitación, para luego bajar las escaleras dando saltitos.

Decidí desayunar algo antes de encontrarme con Brad, pues faltaban algunas horas para verlo y no quería morir, pero realmente había despertado porque estaba un poco inquieta.

Oh

Me detuve en seco al ver al Señor Bieber en la cocina, estaba sentado en un taburete frente a la barra de la cocina, leía el periódico y tenía una taza de café en su mano, justo como la mañana anterior, solo que esta vez no traía traje, solo unos pantalones de chandal color gris, una camiseta blanca de mangas cortas que dejaba a la vista sus músculos y...

Mierda.

Tenía cientos de tatuajes.

¡Él hombre tenía tatuajes que lo hacían ver mas sexy aún!