Capítulo 3: Por nada del mundo me perderé esa fiesta

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Minutos después me encontraba en mi habitación, marcando el numero de mi mejor amiga.

-¿Que hay, nena?-pregunto mi amiga al contestar mi llamada.

-Amber-lloriquee y me dejé caer en la cama, derrotada.

-¿Que paso? ¿No te dejaron cierto?-se atropeyó con las palabras.

-No es eso, es que mamá me puso una condición para ir- me comenté mientras me tapaba la cara con mi mano libre.

-¿Cual?

-Que me consiga un estúpido profesor particular para ponerme al día con la mierda de literatura-gemí poniendome de pie, y comencé a revisar mi armario en busca de mis vestidos, enojada con mi misma y mi propio orgullo.

-¿Y? ¿Que le dijiste?

-Pues por supuesto que acepté- fruncí el ceño-Johnson no va a arruinar mi noche de sábado, por nada del mundo me perderé esa fiesta-

Ella solto una risa insoportablemente burlona.

-¿Ya terminaste?-pregunté enarcando mi ceja cuando la oí tomar aire.

Ella amaba reírse a mi costa.

-Lo siento, es que tu madre es mi jodida idola- dijo ella aun recuperándose de sus carcajadas

-Ja ja, si muy graciosa-rodé los ojos aunque no me viera, mientras miraba uno de mis vestidos.

-Oye, ¿y que si a mi no me dejan ir?-preguntó Amber quejosa.

-Le dije que aceptaba con la condicion de que me ayudara a convencer a tus padres, se hizo la dificil, pero luego acepto.-sonreí y arroje mi vestido ceñido color negro a la cama, enseguida sentí el orgullo golpear mi pecho-no tienes que agradecerme, ya se que soy la puta ama.

-No te creas tanto, aunque si me muero de ganas de ir-gritó y enseguida oí sus pasos pequeños recorrer su habitación.

Sin que lo diga, sabía que ya estaba buscando que ponerse.

-Lo se-mi sonrisa se ensanchó, y tome mis tacones negros con pequeños destellos, arrojándolos sobre el vestido.

-¿Ya sabes que te vas a poner?-preguntó

-En eso estoy-tome el vestido con una mano y sonreí victoriosa para mi misma, era un vestido corto, pero no como para no poder moverme y se veía bastante sexy.

Disfrutaba mucho de los momentos con mi mejor amiga preparándonos para alguna salida, era como si todos los problemas con los estudios y mi futuro salieran volando por la ventana y me abandonaran por un par de horas.

-Joder, debo revisar bien mi armario, mañana nos vemos-se apresuró con las palabras y oí ruido de cosas cayendo al otro lado de la línea, sabiendo, internamente, que si habitación era un desastre en ese preciso momento.

-Si-rodé los ojos recordando que otra vez tendría al hijo de puta de Johnson.

-Nos vemos, nena

-Adios zorra- colgué antes de darle tiempo a responder.

Arrojé mi telefono a algun lugar de mi habitación y dejé el vestido y los tacones en el tocador.

Mamá me llamo a cenar y luego de un rato estaba en mi cama, en ropa interior y apagando las luces, me esperaba un proximo y malditamente estresante día.

Mientras trataba de conciliar el sueño, me encontré pensando en el Señor Bieber.

¿Por que habría vuelto después de todo este tiempo? Pensé también en Amber, y en cuanto la había herido su ausencia, en Martha y su soledad, y mientras imaginaba miles de formas diferentes en que podría llevarse a cabo esa cena, y en la poca simpatía que me generaba ese hombre, me quede dormida.

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora