Capítulo 16: ¿Eres propensa a los accidentes o algo?

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Luego de conducir en silencio por un rato, se detuvo frente a un edificio, se acomodó la corbata que aún permanecía desordenada y dijo que enseguida volvía, para luego desaparecer dentro de la enorme estructura de concreto.

Esperé unos cinco minutos, me volteaba a mirar a Amber cada medio segundo, esperando que se despertara y matara mi aburrimiento, pero eso nunca pasó, la unica señal de vida de parte suya, fue cuando sus ronquidos se volvieron mas fuertes e insoportables.

Dios, que aburrido.

Entonces se me ocurrio una idea, tomé mi teléfono y seleccioné la camara de video, la apunté a Amber y tapé mi boca para no reír cuando ella decía incoherencias entre sueños y una gota de saliva caía de su boca abierta hacía su mejilla.

¡Que asco!

Solté una risa sin poder evitarlo y el sonido de la puerta a mi lado abriendose me hizo sobresaltar, detener el video y guardar mi iPhone rápidamente.

Justin se subió, cerrando la puerta y cubriendo el aire dentro del auto con su perfume otra vez, y puso el motor en marcha.

No me había percatado de que no había despegado mis ojos de él desde que había regresado, me encontraba estudiándolo detenidamente mientras él estaba concentrado en la carretera.

Tenía un cuello largo, ligeramente bronceado y con su cabello rubio perfectamente rapado en la parte trasera de su cabeza, los lados de esta también rapados, hacian que su cabello brillara bajo el sol, y luego una pequeña porción de cabello sólo un poco más largo arriba, que se le veía jodidamente bien, pero se encontraba ligeramente despeinado, y que le daba ese aspecto despreocupado que tanto me atraía.

Tenía un lunar en la mejilla derecha, unos labios rosados y maldita sea, totalmente besables.

Esperen, ¿eso que estaba viendo era un...pendiente? ¡Si! Definitivamente lo era, el empresario exitoso profesor de literatura hombre sexy, Justin Bieber ¡Tenía un pendiente!

Era pequeño, pero desde mi lugar podia apreciar perfectamente que era una calavera de color negro.

Mierda ¡que sexy!

Antes de poder detenerme me encontraba apreciando, otra vez, su cuello, y relamiendo mis labios internamente con la sola imagen de poder besarlo ahí...repartir besos mojados alredededor de su cuello y bajando por su pecho...

-Emma, lo lamento pero ¿puedes dejar de hacer eso?

Rápidamente subí mi mirada, sonrojada y mirando su ceño fruncido.

-¿Qué cosa?-murmuré

-Mirarme de ese modo-mojó sus labios y tuve una perfecta vista de su lengua, sabía que lo habia hecho porque de algun modo estaba nervioso, pero eso me había encendido.

Me pregunte como se sentíria besarlo, acariciar su lengua con la mía.

Joder, pensarlo me hacía estremecer furiosamente.

-Es decir, no es que me moleste, pero me desconcentra y estoy conduciendo. No quiero tener un accidente y no creo que tu tampoco quieras tenerlo-apretó los labios sin siquiera mirarme

¿Lo habia puesto nervioso?

Salté interiormente como una niña, avergonzada, pero feliz, y decidí tirar un poco de la cuerda.

-¿Por qué?-pregunté riendo nerviosa

-¿Por que qué?-frunció el ceño, como si deseara finalizar la conversación en ese momento.

-¿Por qué te desconcentra?-indagué mirándolo divertida

-No lo se-dijo a lo bajo-supongo que eres un poco intimidante-bromeó nervioso

El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora