El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|

Capítulo 68: Mantente alejada de él

Los nervios se apoderaron de mí, y de un momento a otro, pude sentir los latidos de mi corazón zumbando en mis oídos.

Y por sobre cualquiera de las cosas que podría haber hecho, me eche a reír como imbécil.

Justin me miró, su mano mojada aún descansando sobre mi mejilla y su ceño fruncido como nunca.

Me observó reírme como si hubiese perdido la cordura, y no lo culpaba.

Mi menté trabajo en su nada habitual modo híper-veloz y la mentira salió tan naturalmente que hasta yo me la creí.

-Fue una estupidez, en realidad, sabes como de despistada soy, bajé las escaleras sin mirar y me golpee con la columna del pasillo-dije, aún con una sonrisa-tú lo dijiste, propensa a los accidentes-le recordé, completando mi mentira y llevando el tema a otra parte.

Inteligente y rápido, muy muy extraño en mi.

Él disolvió su ceño fruncido al instante y una sonrisa traviesa tiro de sus hermosos labios.

-Deberías tener más cuidado, puedes herirte-elevó sus cejas quitando su mano de mi mejilla.

-Estoy acostumbrada-me encogí de hombros, y luego fruncí mis cejas-¿y por qué esa reacción? ¿qué creíste que había sucedido?-pregunté en tono divertido, pero en realidad quería saberlo.

Justin me miró, sus ojos color miel penetrando los míos café, entrecerrados, haciéndome saber que estaba midiendo lo que iba a decir.

-Yo llegue a creer que...-y antes de decir algo más, se quedó callado pero sin dejar de mirarme.

De un segundo al otro, apretó los labios y sonrió como si hubiésemos estado hablando del clima.

-Nada, olvídalo, hablemos del cumpleaños de Amber

Y así de fácil logro sacarme del tema, y entendí que no volveríamos a hablar sobre eso por el momento.

Hombre, él era hábil también.

-Sí, ese era el objetivo principal

Justin resopló y pasó una mano por su cuello.

-Estuve hablando con ella, no quiere hacer nada

Mi expresión se transformó.

¿Había oído bien? Amber-locaporlasfiestas-Bieber... ¿no quería festejar su cumpleaños?

Fruncí el ceño y me encontré en la necesidad de llamar a mi amiga y preguntarle qué mierda estaba pasando por su cabeza.

¡Eran sus 18 años!

-¿Por qué?-logré murmurar en mi confusión.

Justin soltó un suspiro, y con los brazos aún cruzados sobre la mesa, golpeó su dedo pulgar en su labio inferior una y otra vez.

-Ella cree que las cosas están jodidas en casa, Martah y yo casi no hablamos y ellas están teniendo un trato...difícil, no se siente de ánimos para festejar-dijo en voz baja.

Mi mirada se perdió en el movimiento de su dedo, cerré los ojos y me permití sentirme una mierda, porque mi mejor amiga estaba pasando por todo aquello sola, y yo ni si quiera me había tomado la molestia de malditamente notarlo.

Amber odiaba traerme problemas, a quien sea, odiaba mostrar sus sentimientos, bueno, odiaba sentir, era mucho más sensible que cualquier persona que conocía y también era fuerte y valiente como el infierno.

Supe que si ella había decidió no festejar su cumpleaños y no compartirlo conmigo porque sabía de ante mano que la obligaría a hacerlo, era porque las cosas estaban realmente jodidas.