Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.

43. Papá Paulo.

Capítulo 43.

Contenido explícito.

Narra Paulo.

A quién quiero engañar? Siempre disfruto más dominando la situación. Pinta de dominante sé que me falta, me acuerdo una vez hablando con Kichan él me decía que me hago el malo pero soy más blandito. Bueno, a demostrar si soy blandito o no. Estando arriba suyo muevo mis caderas al ritmo que a mí me gusta, primero lento y después fuerte. Lo agarro de los brazos y los apoyo fuertemente contra el piso.

No te muevas, que acá laburo yo -susurro cerca de su boca-

Él solo asiente sonriendo y me encanta. No hables, a papá Paulo le gustás así, calladito y obedeciendo. Todavía sentado sobre él me saco la remera, y todavía con sus manos sostenidas lo invito a tocarme todo el torso. De la agitación, estoy empezando a transpirar más de lo normal.

Tocá bien, si yo sé que te encanta.. Dale, tocame -lo animo-

Cuando está por contestar apoyo mi dedo índice en su boca. Lo muevo hacia los costados, haciéndolo negar.

Vos hoy no hablás, hacemos lo que yo digo... Estamos? -exclamo-

No se da por aludido.

Dije... Estamos? -empiezo a moverme más-

Y asiente. Ese dedo apoyado pronto lo introduzco en su boca y lo muevo en su interior, mientras sonrío. Me excita a sobremanera verlo así de vulnerable.

Así me la vas a chupar, verdad? Bien fuerte -digo suavemente-

Y vuelve a asentir sonriendo, mirándome provocador.

Ahora me vas a desabrochar el pantalón -expreso mientras bajo sus manos por mi vientre-

Desabrocha la hebilla de mi pantalón y después desprende el botón. Baja el cierre y da leves caricias a la tela de mi ropa interior.

Te gusta? Asentí... Cómo te gusta verdad? Te la voy a dar toda... -doy empujones hacia adelante-

Y asiente. Claro que asiente, si lo vuelvo loco. Lo que siento apoyado en mi parte trasera me lo confirma.

Te la voy a dar toda siempre y cuando hagas lo que yo te diga -le doy una leve cachetada-

Me levanto y quedo de pie. Retrocedo unos metros.

Ahora vas a venir para acá, y vas a saludar a mi amigo -bajo mi bóxer-

Veo que se levanta y como estoy unos cuántos centímetros alejado, se arrastra para alcanzarme. Lo freno.

No, no, no y no... Andá y volvé arrodillado hasta mí... Sino no vengas -digo mientras juego con mi miembro-

Estar completamente desnudo frente a él me hace sentir muy bien. Me encanta como me mira, pareciera apreciarme. Después de regular unos segundos, me hace caso, obviamente. Llega hasta donde estoy y comienza a besarme la entrepierna. Lo sostengo del cabello con fuerza y lo hago emitir quejidos de vez en cuando, cosa que me pone doblemente duro.

Te gusta verdad? Decime que te gusta -estiro de su pelo-
Si, me gusta -responde por lo bajo-

Frunzo el ceño y me agacho frente a él.

Te dije que hoy no hablabas... -lo empujo-

Cae acostado y me mira abriendo los ojos de par en par.

Ahora te voy a castigar... Por desobediente -me acerco-

Con una mano lo tomo de los hombros y con la otra empiezo lentamente a acariciar sus muslos. No sé en qué momento desapareció su ropa, pero no quiero averiguarlo.