Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.

55. Dos mas una.

Capítulo 55.

Narra Meza.

En cuanto sonó mi celular me alejé de Nico y de Paulo, quien luego de unos minutos de darle almohadazos a mi pareja y no recibir respuesta alguna decidió que era momento de irse. Le agradecí porque necesitaba estar solo con él. Me senté en mi cama, dándole miradas esporádicas a Nicolás, más él no conectó con la mía. Observé la pantalla de mi celular y sonreí.

Cómo estás, Mel? –pregunté, ansioso por poder ver a mi hijo y hablarle-
Bien, mi vida –respondió con una sonrisa de oreja a oreja- Vos cómo estás? Cómo te sentís? Ay no sabes lo que te extrañamos, papito -dijo emocionada-

Carraspeé un poco, aunque mi novio estuviera a unos metros míos sentí su mueca demostrando malestar.

Estoy bien, feliz... Cómo está mi gordo? -sonreí pensando en mi pequeño-
Justo cuando te escribí se durmió, pero quise llamarte igual –dijo enfocando a Stefano dormido sobre la cama-

Le di una mirada a Nico, quien frunció el ceño escuchándola.

Nos extrañás? -consultó-

Asentí sonriente.

Mucho, me hace falta mi bebote -respondí tratando de enfatizar en mi hijo- Adiviná con quién duermo –dije contento y dándole una sonrisa a mi novio-
Con quién? Ay, ya sé! Con el Huevo? Ay, mi amor, qué lindo que compartas habitación con él, se conocen mucho y se llevan tan bien... –dijo, y Nicolás comenzó a toser escuchando-

Largué una risita y negué.

No! Con Nico Taglia –sonreí ampliamente-
Qué lindo mi vida, no sabía que seguías hablando con él –dijo bostezando levemente por la diferencia horaria– Cómo está Caro? -consultó-

Hice una mueca.

Bien, en Holanda con Galo –respondí-
Su perro? -asentí- Ay que lindo, seguro se viene el baby dentro de poco -ríe-

Trague saliva intentando disimular mi nerviosismo y después de forzar una risa, observo como Nico solo mira sus manos en silencio y con la cabeza gacha. Media hora después continuamos charlando hasta que se quedó dormida con el celular en la mano, corté la llamada y miré a mi novio.

Estás bien chuchi? –pregunté-
Así que conocés mucho y te llevas muy bien con Acuña... –rodó los ojos y yo me acerqué-

Tomé asiento en su regazo y dirigí mis manos a su cara para comenzar unas leves caricias.

Dormís conmigo, tenés razón... Y hacés más cosas conmigo –rió orgulloso-

Sonreí.

Qué tipo celoso –le di un beso– Te molesta que ella me hable así, ya sé, perdón –pedí acariciándole el pelo y revolviéndolo con mis manos-
No, no... Está bien -me muestra una sonrisa débil-

Acto seguido me da un beso en la mejilla con una expresión pensativa.

Aunque... Si, un poco... Por qué tiene que decirte amor, mi vida? Vos sos mi amor y mi vida, no de ella –murmuró molesto-

Morí de ternura.

Diosssss, te amo Nicolás Tagliafico, capitán de todos mis palacios –reí mirándolo y divisé la comisura de sus labios tratando de contener la sonrisa y la seriedad-
Cuándo pensás decirle que no querés volver con ella? –preguntó sin rodeos mientras acariciaba una de mis piernas-

Suspiré. Porque si hay algo que tiene Nico es que sin vueltas dice lo que piensa. Otra vez la misma charla que teníamos cada cierta cantidad de meses acerca de mi matrimonio. Bueno, yo sabía que era ex matrimonio. Creo que Mel no lo tenía tan claro.