75. Que me abraces ésta noche.

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Capítulo 75.

Narra Paulo.

Por qué tomás? No tenés que manejar vos? -pregunté sacándole el vaso-
Me quedo a dormir en lo de un amigo, vigilante -intenta sacármelo pero lo esquivo-
La noche, el fernet -miro el vaso- Y vos, qué mejor que ésto? -reí y dí un sorbo-

Negó mirando hacia adelante y reclinó un poco el asiento. Después de que nos encontramos en la plaza, nos pasamos la mano a modo de saludo y todo se revolucionó en mí. No voy a negar que hasta último minuto pensé que no venía, pero todo cambió al escuchar su voz. Caminamos hasta su auto sin saber a dónde ir, ahí, en silencio. Hasta que se nos vino a la mente venir a un costado de la ruta, a las afueras de la ciudad. No es muy lejos por suerte y acá es todo tranquilidad.

No es micrófono, pasalo -se quejó-

Largué una risita y se lo dí.

Y? Qué tal tu cumple? -preguntó-
Bien, fué mi familia y un par de amigos también... Pero me faltaba alguien -susurré-

Dejó de tomar y me miró de reojo, borrando la sonrisa.

Estás mayor, cada vez más cerca de los treinta -se burló dando un trago-
Con ésta carita puedo decir que tengo veinte y me van a creer -me crucé de brazos-
Abrís la boca y parecés de doce -rió-
Ah si? -susurré acercándome-

Intenté besarlo pero hizo su rostro a un lado, casi tosiendo.

Qué? -lo miré frunciendo el ceño-
Leíste mi carta? -preguntó sin mirarme-
Si, la leí y la guardé... Pero no te creí una sola palabra -sonreí de lado-
Entonces no entendiste nada... Yo hablaba en serio -protestó-

De verdad me molestó su respuesta. Y su actitud. Qué le pasa?

Y por qué viniste? -pregunté indignado-
Porque sos vos! No te das cuenta que sos mi debilidad? Y ahora que te tengo acá me hacés pensar que lo nuestro puede seguir más allá de la distancia y toda la mierda que nos rodea pero no es así! -se lleva una mano a la frente- Ademas, si yo me despedí vos, vos también tenes que hacerlo -suspiró-

Miré mis manos unos segundos y salí del auto.

Qué haces? A dónde vas? -preguntó gritando-

No respondí y entré de nuevo pero al asiento de atrás.

Vos querés que yo me despida? -pregunté acomodándome-

Giró la cabeza y asintió, pasándome el vaso.

Vení, garchemos -dije sin mirarlo-

Agarré el vaso e hice fondo blanco. Me limpié la boca y se lo devolví.

Prepará más y preparate vos también para el mejor garche de tu vida -expresé serio-
Qué decís Paulo? No es gracioso -respondió sin dejar de mirarme-
Bueno, vos querés que me despida y yo lo quiero hacer cojiendo, qué problema hay? -levanté la voz y estiré mi cuerpo-

Alcancé la botella de fernet y empecé a tomar del pico sin darle importancia a las advertencias de Kichan.

Narra Tagliafico.

A través de Paulo supe que Maxi estaba en nuestra habitación y decidí darle espacio, no había dormido ahí anoche y era justo que pudiera descansar al menos hoy, por lo que me dirigí a la terraza con una botella de agua. Necesitaba sentarme a pensar, desmembrar lo que sentía y encontrar algo, por más mínimo que sea, que me ayude a progresar. Tenía que salir a flote nuevamente y esta vez no contaba con la ayuda de mi pareja, ya que ni siquiera tenía una. Una vez allí, me senté en la reposera estirando las piernas y apoyándolas sobre una mesa. Mi mente volvía una y otra vez sobre Maxi, en todo lo que podía pensar era en él. Después de lo mucho que me dolió todo lo que me dijo, acepté la culpa porque la merecía, pero aquello no significaba que dejara de doler. Los recuerdos se agolparon en mí, tan vivos como deprimentes. Eran los pequeños recuerdos de cuán felices éramos juntos sin darnos cuenta, eran los pequeños detalles, aquellas palabras que quizás no decían mucho, pero que a nosotros nos llenaban y nos hacían sentir regocijados.

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora