93. Cosa de borrachos.

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Capítulo 93.

Narra Meza.

Me desperté de golpe y giré la cabeza.

Ey! Estás bien? Pesadilla? -preguntó Nico separándose del abrazo, tocándome el rostro-

Respiré agitado y negué.

Estoy bien, no sé qué me pasó... Sentí que me caía -reí- Dormí mucho? -pregunté encandilado por la luz-
Mmm -pensó- No, media hora maso -bostezó-
No dormiste? -consulté y negó- Vamos a la fiesta? -dije moviéndome-
Vos decís? Acá estamos bien, o no querés? -preguntó sonriendo de lado-

Comprendí el sentido y acaricié su mano.

Claro que quiero dormir con vos, pero la noche es joven... Vamos y volvemos, dale... No podemos ser tan abuelos -dije levantándome-

Bufó y me siguió. Salimos de la habitación y bajamos por el ascensor.

Narra Paulo.

Lea me miraba con asombro y los ojos entrecerrados.

Me vas a seguir acariciando o me lo vas a desprender? -susurró mirando hacia su parte baja-
Uf -escuché que rió Kichan del otro lado-

Lo tomé como un reto. Con ambas manos abrí el cierre y el botón, exponiendo su bóxer de color claro.

No veooooo -escuché desde la computadora-

Reí y ke levanté a acomodarla para darle un mejor enfoque.

Faltás vos Paulito, fuera pantalones -pidió-
Eso, igualdad de condiciones -aportó Lea bajando su jean hasta las rodillas-

Respiré agitado y me levanté. De costado a la cámara, lentamente descendí el jean por mis piernas y me lo saqué de encima.

Qué vista, por favor qué vista... Una obra de arte -aplaudió Kichan-
Cómo seguimos? -pregunté acariciando mi pecho-
Bésense -escuché-

Lentamente giré a mirar a Lea que se reía a más no poder.

Qué? -pregunté frunciendo el ceño-
Y eso, un beso... No es para tanto -insistió Kichan agitado-

Lo veía acariciandose la zona del cuello con una mano, pasándola lentamente por la zona. La luz tenue que lo iluminaba y sus ojos brillantes, mezclado con la tonalidad rojiza de su rostro cada vez me excitaba más y mi cuerpo pronto iba a empezar a demostrarlo.

Seguro? -pregunté divertido-
Muy -dijo-

Lea dejó de reírse y se sentó. Acerqué mi cuerpo al suyo y Kichan parecía darnos instrucciones de qué hacer y qué no hacer.

Apoyá una mano en su pecho, Paulo -pidió-

Lo hice.

Vos Lea, en la cintura de él -jadeó-

Podía escucharlo gemir y mi cabeza estaba a punto de explotar.

Cierren los ojos y acerquense... Pero no se toquen. Ni se rocen -exclamó-

Hice caso y podía sentir la respiración de mi compañero de habitación muy cerca mío. Por instinto abrí la boca y lentamente me acerqué. Retrocedí inmediatamente al escuchar como golpeaban la puerta con fuerza.

No! Qué pasó? Y eso? -preguntó Kichan quejándose-
Voy yo -dijo Lea nervioso-

Se vistió a las apuradas y salió de la habitación. Me apoyé contra la cama y puse la computadora sobre mis muslos.

Que cagón es Lea la puta madre! En el mejor momento se toma el palo -gruñó-
Parece que se fué, no lo escucho hablar -dije- Se me parte la cabeza -me quejé-
A mi también, estoy muy duro -susurró-
Duro? A ver, quiero ver eso -sonreí-
Duro de borracho, a eso voy tontito -dijo riéndose-

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora