15. La primera vez (Parte dos)

2.7K 143 89
                                    

CONTENIDO EXPLÍCITO. LEER BAJO RESPONSABILIDAD.

Capítulo 15.

Narra Paulo.

No es momento para psicoanalizarme, o ponerme a pensar sobre replantearme ciertas cosas de mi vida. Estoy a punto de chupar una japi por primera vez en mi vida y francamente no me importa. Porque es él. Siempre vi a Kichan como alguien muy reservado. Y vaya que lo es. Más lo conozco y más me lo demuestra. Dicen que los callados son los peores, y cómo me calienta pensar en que él es así.
No sé cómo hacer ésto, supongo que voy a intentar copiar lo que él me hizo a mi. Por favor, me acuerdo y mi amigo de abajo quiere volar a las nubes. Que bien me lo hizo, me animo a decir que fué la mejor experiencia. Acariciando sus piernas y besando su pecho, mientras su respiración se entrecorta, juego con mi lengua en su pezón. Parece gustarle, por cómo se muerde los labios. Sigo besando hacia abajo, mientras que con mi mano derecha subo y bajo la piel de su miembro.

Ah, duele -dice quejándose-
-miro hacia su rostro- Cerrá los ojos y disfrutá.

Pellizco con los dientes su abdomen, que sube y baja a ritmos descontrolados. Cuando llego a su vientre, me quedo jugando unos instantes ahí mientras lo masturbo lentamente. Su mano en mi nuca me indica que no da más, pero a mi me gusta previar mucho. Sigo bajando y paso de largo, beso sus muslos. Él me mira agitado.

Paulo... Por favor -gime-
Por favor qué? -muevo mi mano más fuerte-
Ahhhh! -se sienta- Vení acá.
No, no, no -lo empujo- Te dije que yo laburo, vos acostate y disfrutá.

Finalmente, ante su súplica, me llevo su miembro completamente a mi boca. Ser bastante activo mirando porno tiene que servir de algo, así que intento hacer una garganta profunda. Me sale. Punto para Paulo. Espero su reacción con ansias y ver su mano apretando con fuerza la colchoneta me deja satisfecho. Mientras juego con mi lengua, intento hacerlo hablar.

Te gusta? -lamo-
Me... Ah, me encanta -tira su cabeza hacia atrás-
Soy el mejor? -doy un beso suave-
Sos el mejor de los mejores, ay Dios.

Verlo en esa posición de vulnerabilidad, de que yo domino su placer, me pone a mil. Y si hago una cosa, por qué no puedo hacer dos de paso? Llevo mi mano izquierda hacia mi propio cuerpo, e intento hacer movimientos de arriba a abajo con las dos manos a la vez. Se siente tan bien. Ésto parece una competencia de gemidos, y me encanta que vaya ganando él. Unos minutos después, me levanto y voy a su boca.

Te toca -susurro a su oído-

Me mira nervioso mientras traga saliva. La puta madre Kichan, como me calentás.

No sabés cómo me pone que me mires así -beso su oreja-
Así cómo? -corre su rostro-
Con esa cara de boludo.

Nos reímos pero nuestra prioridad sigue siendo darnos placer el uno al otro. Aprovecho tener su mano en mi cintura y me giro para quedar de costado. Siento su hombría rozar mi parte trasera y aunque tengo nervios, sé que estoy en buenas manos.

Mándale mecha -sonrío-
El qué? -se asusta-
Que le des con todo -me río-
Estás seguro? -besa mi nuca-
Tan seguro como que la vamos a poner mil veces más.

Kichan más allá de su timidez, es muy atento. No deja de preguntarme si estoy bien, si quiero que pare, si no quiero suspender. A decir verdad me hace sentir mal, no recuerdo haber sido así de considerado con él hace un rato, y eso que también fue su primera vez por la retaguardia, pero bueno. Ya tendré tiempo de pedirle disculpas si así es necesario. Siento su mano húmeda bajar por mi espalda, y con suaves caricias introduce un dedo en mi. Pensé que me iba a sentir peor. Que el dolor no me iba a dejar disfrutar, pero me acostumbro rápido. No pienso lo mismo al tercer dedo, y menos que menos cuando me la manda. Una vez dentro completamente, se queda inmóvil, besando y lamiendo mi nuca mientras sus manos recorren mi pecho. Yo con la única mano capaz de mover, acaricio sus piernas. Finalmente los movimientos empiezan, y mierda que se siente bien. Ésta mezcla de dolor con placer se me vuelve irresistible, y quiero más. Necesito más.

Ahh, Kichan... La puta madre, así -muevo mis caderas hacia atrás-
Estás bien? -apoya su mano en mi hombro-
Estoy bien, más fuerte -suplico-

Descontrólate, Pavon. Yo sé que querés. Su respiración agitada en mi oído me hace querer más y más. Y para aumentar el placer, comprimo todos mis músculos haciendo los movimientos más lentos y pesados.

Dios Paulo, no... No, aaah -no puede terminar de hablar-

Yo sonrío disfrutando. Me muevo más fuerte, más duro. Y su estómago en mi espalda baja me hace saber que se acerca el momento final. Tomo su mano y la llevo a mi miembro, quiero que terminemos juntos si es posible.

Voy a... -dice con sus últimas fuerzas-
Yo también -gira mi cabeza-

Y nos besamos. Una vez más nos tapamos las bocas de un beso que quisiera que no tenga fin. Llego al climax y él tarda un poco más, pero finalmente lo hace. Nos quedamos en esa posición unos minutos más, intentando recuperarnos. Apoya su rostro en mi cabeza.

No doy más -dice exhausto-

Yo giro. Llevo mi brazo a su cintura, y lo dejo apoyado ahí.

Te amo, te amo más que ayer -digo acariciandolo-
-sonríe- Ah así que hacia falta ponerla para que me digas eso?
Si ya te lo dije antes... Ahora lo confirmé.
Y yo te amo a vos, negrito de ojos claros -me toca el rostro- Ozuna. -completa la frase riéndose-
Ahhhh bueno habló el gringo, boludo -saco mi mano de encima suyo-

Él se acerca y me besa. Nuestras piernas al descubierto se enredan y quedamos pegados el uno al otro. Ni siquiera el frío de la noche se llega a sentir. Pero por las dudas tengo un as bajo la manga.

Mirá -me muevo- Traje éstas remeras, ves lo considerado que soy? -le paso una-
Uuuh, me la tengo que poner? -se queja-
Y si! Hace frío boludo, cuídate -me siento-
Eso porque yo te dije que te podias resfriar -ríe-
También... Sigo tus consejos.

Nos ponemos las remeras blancas que conseguí sacar de mi habitación. Aprovecho y tiendo una sábana encima nuestro. Pronto el calor que tanto sentimos se va a ir y no podemos enfermarnos. Nos acostamos y me acomodo en su pecho. Seré sólo yo el que está sonriendo por dentro como un completo boludo? Espero que no.

Che... -siento su respiración en mi cabello-

Tengo un mal presentimiento. No sé por qué siento que lo que me va a decir no es nada bueno.

Que? -digo precavido-

Siento que su mano acaricia mi hombro.

Round tres te va? -dice nervioso-

Me vuelve loco que estamos semi desnudos, transpirados, ya nos vimos, lamimos y besamos cada parte del cuerpo y él todavía está nervioso. Yo también, pero ya lo disimulo bastante bien.

Eh? Ahhh mirá vos, y yo era el adicto... Así que te gustó?
A vos no? -retruca-
Vos sabes que a mi me encantó, y si es por mi vamos por el round diez, pero es tarde... -digo algo apenado-

Yo siendo responsable es algo muy raro. Quizás es la culpa. La culpa por hacer algo que no debía, pero no me arrepiento.

Para mí es temprano -me acaricia con más énfasis-
Esperá me fijo la hora -me muevo a un costado-

Mientras busco entre mis cosas, mi cuerpo sigue apoyado en la colchoneta. Siento una mano en mi muslo derecho.

Que hacemos? -lo miro riendo-
Lo que vos querés hacer, pero no decís -me mira cómplice-

Lo miró sorprendido hasta que desaparece por debajo de las sabanas. Mi cuerpo no tarda nada en reaccionar, como me puede que sea así de atrevido, por así decirlo.

Epa epa, ya... Ah! -grito-

Me dio una pequeña mordida ahí. En esa parte. La más sensible de todas. Me la vas a pagar hijo de puta. Lo qué pasó después es la mejor parte. Vamos por otra ronda más, Kichanchito.

Continuará.

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora