14. El plan imperfecto.

2.3K 159 119
                                    

Capítulo 14.

Narra Pavon.

Sin palabras. Alguna vez sintieron que el corazón se les sale del pecho? Bueno. Este momento lo grafica perfectamente. En la euforia del festejo, se acerca él. Con ese chaleco tan injustamente puesto. Juro por mi propia existencia que estuve a punto de besarlo. Estuve a punto de tirar todo a la mierda y hacer lo que mi cuerpo me pedía. Me conformé con abrazarlo tan fuerte que hasta sentí que dolió. Pero lo disfruté tanto. En medio de los gritos, alcancé a escucharlo. "Te dije" me susurró al oído.
Obviamente el camino al hotel fué una fiesta. Y cómo la disfrute. Casi que no me venia a la cabeza la "promesa" que pactamos.
Llegamos de tarde noche. Subo rápido, porque sino Ansa me gana el baño, y cuando entra no sale más. Pongo música para bañarme ya más relajado y me llega un mensaje.

"Tomamos mates?"

Sonrío como idiota a la pantalla. Una vez más y van...

"Dale, me baño y bajo"
"Ok, yo también aprovecho y me baño"

Vuelvo a lo mío. Recuerdo lo qué pasó hace unas horas y se me eriza la piel. Fue un día histórico. Lo voy a guardar para siempre en la memoria. Entre tantos pensamientos, se me viene a la cabeza el día que Paulo y yo estuvimos en su baño. Desnudos. Sin ningún tipo de pudor. Solo enfocados el uno en la mirada del otro. Ni me importaba que estuviera desnudo frente a mi, la vergüenza no existía. Y me anime a desvestirme frente a él. Muchas veces compartimos vestidores, mostramos el cuerpo, pero en esa situación si podía volverse algo bastante incómodo. De repente bajo la mirada y estoy... Contento. Quizás internamente yo tengo casi tantas o más ganas que él de dar el próximo paso, y mi cuerpo me lo hace saber. Aunque yo lo niegue. Pongo agua fría, pienso en otra cosa y se me pasa. Se me baja, por así decirlo.
Me alisto, y voy al playroom. Lo busco con la mirada y nada. Hasta que lo veo en una mesa de pool.

Cómo va muchachos -saludo en general-

Nico y el Kun me devuelven el saludo pero ni me miran. Concentradisimos en lo suyo. Excepto él, que me da una media sonrisa cómplice. Por supuesto que se la devuelvo.

Toma, es amargo -me pasa un mate-
Buenísimo -lo agarro-

Miro algo aburrido lo que hacen. Paulo también solo mira, no sé qué esperamos para rajar de ahí y ponernos al día. Bue, me desconozco, yo no soy así. Suena mi celular.

"Dios como chupas esa bombillaaaa kichanchitooo"

Lo fulmino con la mirada, intentando aguantar la risa.

"Andate a la mierda"

Respondo. Y el solo se ríe. Vuelvo a escribir un mensaje.

"Lo nuestro... A las 1 en el pasillo. Te va?"

Me gana la calentura que tengo. Ya fué. Será la alegria que cargo, serán las hormonas o que éste tipo me vuela la cabeza pero no aguanto más. Sea por la razón que sea, quiero dar el paso.

"Te amooo, 00.30 estoy ahí y te espero todo el tiempo que quieras"

Que comprador. Lo miro negando con la cabeza y él me guiña el ojo. Seguimos hablando boludeces con los chicos y el tiempo parece no pasar nunca. Ojo, no estoy desaprovechando estos pequeños momentos, soy un afortunado. Pero mi prioridad es otra. La cena transcurre tranquila, el ambiente es distinto. Hasta las caras cambiaron. Y me da cierta tranquilidad el que todos estén tan cansados por el partido, significa que van a dormir como troncos. Y la privacidad va a estar de mi lado. De nuestro lado.
Llega la hora. Al fin. Me estuvieron transpirando las manos inmediatamente al entrar a mi habitación. Sabía que era cuestión de esperar unos cuantos minutos más y listo. Miro la hora. Faltan 5 minutos. Miro a un costado para ver qué onda mi compañero de cuarto. Casi que ronca. Me levanto, me visto y perfumo. Que nervios. O quizás exagero, pero no importa. Salgo. Que frío hace, por favor. Me siento frente a su habitación y espero. Miro mi celular. En punto. Estoy orgulloso de mí mismo. Y espero. Nada.
Y sigo esperando. El tiempo parece nunca pasar y estar ahí, con ese frío se vuelve insostenible.
Miro mi reloj. 1.30. Lo llamo. Nada. Celular apagado. Qué pasó? Suspiro, y me levanto. Vuelvo a mi habitación. Entro en mi cama y hundo la cabeza en mi almohada. Me siento mal. Empiezo a sollozar. No voy a llorar. No quiero llorar. Lo peor de todo es no saber qué pasó, que no me haga un mensaje cancelando al menos. Toda la felicidad que tenia se fue al carajo. Inevitablemente unas lágrimas caen, y me juro a mí mismo que son de bronca, no de dolor. Pero no estoy tan seguro. Comienzo a dormitar hasta que al fin caigo en un sueño profundo.

Me despierto. Tengo unas manos en la boca.

Sh! Sh! -me sostiene-

Frunzo el ceño. Logro correrme.

Paulo qué haces en mi cama? -hablo bajo-
Vamos afuera, por favor... -se levanta-
Anda a tu habitación! No me rompas los huevos -me acomodo-
Si no venís lo despierto -apunta a Ansa-
Hacé lo que quieras -le doy la espalda-

No se va a animar.

Che, ey... Le podes decir a Kichan que me dé bola? Que me deje explicarle? -mueve las sábanas de la de al lado-

Me levanto ofuscado y camino hasta la puerta lo más rápido que puedo. Él sale detrás mío. Cierro.

Qué? -apoyo las manos en mi cintura-
Perdón, perdón... -se acerca para abrazarme-

Lo empujo.

No Paulo, perdón nada. Te parecerá una pelotudez, pero ya pasó. No hay segunda oportunidad.
Bueno pará-intenta calmarme- Vení, acompañame -me agarra la mano-

Lo suelto.

No! Vos sabes todo lo que me maquiné? Todo lo que dude? Y podía decirte si hagámoslo y después desaparecer, como hacés vos... Pero yo voy de frente, y te digo que no. Y si queres enojarte enojate.

No dice nada. Segundos después habla.

Te puedo pedir algo? -me mira triste- No va a pasar nada, pero me acompañas? Es solo un toque...

Dudo mucho. Porque sé en qué va a terminar. Miro mi reloj. 2.20.

Dos y media -le muestro el reloj- Cada uno tiene que estar en su cama durmiendo, estamos? -él solo asiente-

Lo sigo. Caminamos por un pasillo largo y llegamos a una puerta bastante amplia. Entramos y enciende una luz.

La pileta? -miro alrededor-
Piscina -me corrige-
Y qué? Qué tiene? -ingreso-
Vení -camina-

Llegamos a una habitación interna. Enciende la luz y mis ojos no creen lo que ven. Un lugar acondicionado para dos personas.

Y... Ésto? Y esa vela? -me agacho-
Acomodé esas colchonetas del gimnasio, esa vela se la robé al Pipa que es católico y reza antes de dormir... Traje algo para picar... -apunta a lo lejos-
Yo... No sé qué decirte -me giro para mirarlo-
Por eso tardé, me colgué buscando habitación... Sabías que le ponen seguro a todas las puertas? Menos mal vos te colgaste y no cerraste con llave porque te llamé y no...

Lo callo de un beso. Que por suerte me devuelve. Lo abrazo y lo acerco más a mi.

Perdón, perdóname Paulo... No hace falta todo ésto, ni nada... Soy un pelotudo dramático de mierda. Con que estemos vos y yo alcanza y sobra -lo abrazo-
O sea que arreglé todo esto al pedo? No sabes lo que me costó encontrar lugar -me separa- Mínimo un gracias, sos genial, que orig...

Lo vuelvo a callar de un beso. Pero esta vez no es un beso de agradecimiento. Es un beso de alivio. Y no busco que sea tierno. Nuestras bocas se descontrolan. Mis manos recorren su espalda, y más seguro que nunca las llevo más abajo. Toco suavemente su entrepierna, y puedo sentir como su respiración aumenta de ritmo.

Continuará.

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora