52. Hasta la próxima.

1K 89 106
                                    

Capítulo 52.

Narra Paulo.

Varado en Alemania. Hermoso todo. Y con los nervios de punta no solo por éstos dramas con la VISA, sino también porque todavía tengo en la cabeza esa conversación con Kichan que me dejó con más dudas que certezas.

Flashback.

"Si, si puedo" respondí casi al instante. Esperé unos minutos mientras me comía las uñas (costumbre que tengo que dejar) y recalculaba en mi cabeza una y otra vez. Después de un rato, suena el artefacto. Llamada entrante. Atiendo esperando que él hable. Después de todo, sigo enojado por su desaparición.

Hola -dice con la voz temblorosa-
Hola -expreso firme-
Cómo estás? -habla por lo bajo-
Estoy -respondo rápido-
Yo concentrando, me pegué una escapada para poder llamarte -escucho su caminar-

Y yo hago lo mismo. Ahora estoy nervioso. Escuchar su voz me trae una calma y a la vez me desparrama mil ideas.

Mirá vos, al fin te hiciste un tiempo -gruñí- Casi un mes, y al fin tenes un tiempo para tu nov -me interrumpe-
Si ma, está todo bien... Dale, después del partido te llamo. Cuidate -suena nervioso-

Retiro el celular de la oreja para mirar la pantalla y me cortó. Lo dejo en la mesa y golpeo la madera con toda la bronca el mundo.

De nuevo al presente.

Menos mal que después de eso me envió un mensaje diciéndome que casi lo descubren boludeando con el celular, cosa con la que son bastante pesados cuando un partido importante se acerca. Quedó en llamarme después del enfrentamiento y bueno, accedí.
Por suerte venir a un hotel mientras se soluciona el tema de los trámites me da más tranquilidad. Ya es domingo a la noche, no tengo nada que hacer y le prometí a Maxi contarle si tenía alguna novedad y todavía no le dije nada, así que me parece un buen momento para hablar con él.

Narra Meza.

Después de fijarme que estuviera solo, inicié una video llamada con Nico. Tan solo restaban dos días para volver a vernos, y parecía una eternidad. Necesitaba abrazarlo, acariciarlo y darle muchos besos. Necesitaba sus brazos protectores y sus muestras de cariño desinteresadas. Nico era una persona hermosa, y aún más como pareja. Cada vez que estábamos juntos sentía que éramos un dúo, un equipo, sentía que éramos imbatibles. Y aunque a él le costara demostrar amor con palabras, yo realmente sabía que él me amaba. No porque me lo dijera siempre, sino porque sus acciones me lo decían. Eran esos detalles que se pasan desapercibidos, pero que siempre valoré. Alcanzarme una campera cuando hace frío, abrigarme con gorro, bufanda y guantes él mismo, pedirme que le avise cuando llego a algún lugar y es de noche. Un mensaje de buen día y otro de buenas noches. Algunos regalos con la excusa de que los compró porque pensó en mi al verlos. Preguntarme qué tal mi día, cómo estoy... Esa era la esencia de Nico: preocuparse por las personas que ama. Y yo era una de ellas. Sonreí cuando atendió y saludé con la mano.

Amor, podes hablar yo te escucho –rió acomodándose en la cama- Cómo estás? –preguntó bebiendo un poco de agua de una botella que tenía junto a él-

Busqué mis anteojos dejando el celular apoyado en la cama y me los puse, puesto que no podía leer las opciones que ofrecía la aplicación para mejorar la video llamada.

Chuchi? -consultó al ver que no respondía-

Tomé el celular nuevamente y sonreí.

Hola bebé -saludé– Bien y vos? -respondí-
Bien, estoy solo... Vos estás con Stefano? -consultó haciendo algunas caras graciosas provocando mi risa- Extraño esa risa en vivo y en directo, mi amor -confesó con una sonrisa de oreja a oreja-

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora