Esa noche al llegar del trabajo le recibió un fuerte olor a comida. Extrañado se aproximó primeramente a la cocina, sin siquiera molestarse en dejar sus cosas, a fin de cuentas era harto sospechoso que tú metieras las manos en los fogones, no era lo tuyo y ambos lo sabíais.
Justo en ese momento tú te dirigías al comedor dispuesta a hacer algunos retoques a tu pomposa cena -o, al menos, así era en tu cabeza, la realidad era que no estaba muy allá-.
-Dios mío, Jin, ¿es que no puedes pegarme una voz cuando llegas como hace todo el mundo? Casi te rompo una fuente en la cabeza.
-No voy a arriesgar mis cuerdas vocales pudiendo hacer una entrada elegante. ¿A qué se debe todo esto? ¿Te han concedido el ascenso?
-Mejor cenemos primero, ¿te parece?
Y así lo hicisteis, aunque tú estabas visiblemente inquieta. Hacías inconscientemente cosas curiosas, de vez en cuando una sonrisa emocionada se te dibujaba mirando tu plato medio vacío, te revolvías en tu asiento como si te costara un mundo estar ahí sentada...
-Estoy embarazada.-Escupiste al cabo, no pudiendo aguantar más.
Jin dejó de comer -algo impensable para él- para mirarte de hito en hito. Sabías lo que estaba esperando, que todo fuera una de tus bromas para arruinarle la cena, pero por mucho tiempo que dejara transcurrir, tú no retirabas tu afirmación y tuvo que empezar a asumir que iba en serio.
-No puede ser...-Balbuceó llevándose las manos a la cara, tratando de contener las lágrimas, tú solo asentías, no tenías miedo a su reacción.-¿Desde cuándo lo sabes?
-Una semana, estaba buscando el momento...
-Cualquier momento es bueno para esto.
Se levantó y tú le imitaste, siempre encantada de que te abrazara, más aún si aquella era la razón.
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Min Yoongi
Cómo ibas a afrontarlo era algo que te carcomía a diario. Vosotros no erais así, vuestras prioridades distaban mucho de las socialmente impuestas como únicas aceptables. El matrimonio, formar una familia, eso no os interesaba. Cada uno se centraba en su carrera y en el otro, aquello era más que suficiente. Entonces, ¿cómo habíais permitido que ocurriera? Había sido, en definitiva, un error de cálculo, un desliz. Pero, por mucho que así fuera, resolviste que la decisión de seguir con ello o ponerle fin era de ambos y no solo tuya, al menos no mientras vuestra relación fuese tan bien.
