Kim Seokjin
Cualquier lugar era idóneo, incluso la tienda de conveniencia de su calle a las tres de la madrugada. Cuando el antojo de ramen fue demasiado para poder soportarlo rebuscó en todos los armarios de la cocina y descubrió que no quedaba, por lo que no dudó un instante en bajar a comprarlo.
Mientras pagaba notó por el rabillo del ojo que alguien más entraba en el local y se dirigía a las neveras. Para cuando se disponía a salir la chica pegaba saltitos tratando de alcanzar una de las bebidas de las baldas superiores y se acercó a ayudar. Alargó el brazo sin problema y le tendió la botella.
-Podía sola.
-Claro, pidiendo una escalera. De nada.-Sonrió ampliamente, pero ella solo pasó por su lado y abrió un congelador, sacando dos gigantescas tarrinas de helado.-Dulce y alcohol, ¿una mala noche?
-La peor.-Dio por toda respuesta.
-¿Qué te parece que nos tomemos esto ahí fuera y así me lo cuentas?-Probó.
Ella permaneció callada unos instantes, pensándoselo antes de aceptar, cohibida.
Min Yoongi
-¿Estás bien? ¿Necesitas algo?
Las preguntas le pillaron desprevenido. Claro que no estaba bien, pero lo que necesitaba era estar solo, precisamente ese era el motivo de que estuviera -¡vaya, qué inesperado!- solo.
-Ponme otra copa y ya está.-Bufó.
-Wow...quizá deberías decírselo a la camarera, yo no trabajo aquí, intentaba ser agradable. Siento haberte molestado.
-No, está bien. Acompáñame a la barra, yo invito.
-No sé...
-Vamos, tú has preguntado si necesitaba algo. Bien, pues necesito tomarme una copa contigo, así que no puedes negarte.
Echó a andar, convencido de que le seguiría, como no podía ser de otra manera y, en cuanto se acomodaron en los taburetes, empezó el interrogatorio.
-¿Qué hace una chica como tú en un barucho de tres al cuarto como este?
-Una amiga necesitaba ahogar las penas. ¿Y tú? No pareces la clase de hombre que se va solo a un bar.
-¿Y tú eres la clase de mujer que se acerca a hombres que van solos a los bares? ¿Intentabas seducirme? ¡Vaya, ya se me han vuelto a adelantar!