Pedido de KatherinMlpsherry
*N. del A.: basado en el caso de la Hyung Line en los elfos de la sangre y en el caso de la Maknae Line en los elfos de la noche, ambas razas pertenecientes al universo Warcraft*
Hyung line
Durante casi 7 mil años, la sociedad de los elfos nobles giraba en torno a la sagrada Fuente del Sol. Alimentado y fortalecido por las potentes energías de la Fuente del Sol, el encantado mundo de los elfos nobles, Quel'Thalas, prosperaba entre los verdes bosques al norte de Lordaeron. Sin embargo, durante la Tercera Guerra los elfos nobles fueron casi erradicados de Azeroth; el ejército de la Plaga atacó Quel'Thalas, asesinando casi al noventa por ciento de la población del reino. Tras utilizar la Fuente del Sol con fines relacionados con la nigromancia, esta quedó mancillada de forma irreversible. Temeroso de que la contaminada Fuente pudiera acabar con su cada vez más escasa raza, el príncipe reunió a un grupo de defensores de Quel'Thalas y destruyó la Fuente para impedir la catástrofe. El príncipe prometió regresar a su tierra y hallar la manera de devolver a su pueblo el esplendor de antaño, mas todas sus promesas fueron en vano al dejarse corromper por la esencia oscura.
Kim Seokjin
Durante milenios, los elfos de sangre han considerado al Bosque Canción Eterna como su verdadero hogar. Tras la corrupción de la Fuente del Sol, el ejército surcó un camino de destrucción a través del corazón de Quel'Thalas, dejando una impía cicatriz a través del Bosque. Hasta la fecha, los elfos han trabajado con ahínco para eliminar a los no-muertos restantes de sus tierras y para limpiar las heridas del ataque, pero aún queda mucho para acabar esta tarea. Mientras Quel'Thalas mira hacia un nuevo futuro, consolidar la seguridad y el bienestar de Canción Eterna es un punto crucial.
Seokjin había crecido a la sombra de su padre, quien había vuelto sin un rasguño de innumerables batallas, y de su hermano mayor, que seguía sus pasos. Quizá en ese aspecto la suerte le había sonreído, él tenía una relación mucho más estrecha con su madre, única elfa que había visto jamás. En su aldea todos eran varones y se les entrenaba con ahínco para la resistencia militar, tan solo ella permanecía al cuidado de los que aún eran demasiado pequeños o débiles como para partir en misiones de exterminio o reconocimiento.
Por eso fue tan sorprendente encontrarla. Se había alejado un poco más que de costumbre del perímetro seguro y se encontraba arrodillado observando su reflejo en el lago, cuando escuchó el crujido de unas ramas. Temiendo que un no-muerto le atacara por la espalda, se incorporó de un brinco y caminó hacia atrás, hundiéndose poco a poco en el agua. Entonces la vio, agazapada entre unos helechos cercanos, vigilándole.
-¿Quién eres?-Alzó la voz, había sido una temeridad adentrarse en el bosque desarmado.
Ella emergió de entre el follaje, mirándole con intensidad.
-Busco a Seokjin.
-Soy yo.
-Lo sé. Lord Lor'themar Theron me envía.