Love of my life, you've hurt me.
You've broken my heart and now you leave me.
Love of my life, can't you see?
Love of my life, don't leave me.
You've taken my love and now desert me.
Bring it back, don't take it away from me,
because you don't know what it means to me.
Al amor de mi existencia.
Cuesta admitir, tras todo este tiempo, que el rencor no se ha desvanecido.
Estás en lo cierto, te escribo para decirte todo lo que, en su momento, no fui capaz.
Me hiciste el hombre más feliz, debes saberlo, precisamente por eso has de saber también que me destrozaste.
Guardo todos tus regalos. La ropa, los juegos, los libros, las cartas, los álbumes de fotos, los peluches, incluso la vajilla de plástico con la que estrenamos el piso, pese a que aún sigo creyendo que fue una broma de mal gusto.
Recuerdo con cariño nuestras noches de fiesta, los bailes, cada Nochevieja, cada cumpleaños, cada broma que solo nosotros entendíamos, cada disco en el que grabábamos la banda sonora de nuestra vida, cada partida conjunta.
Las confidencias compartidas seguirán siendo nuestras para siempre, a nadie más que a nosotros le incumbirán jamás.
A veces, de forma espontánea, mi olfato me engaña y cree reconocer tu perfume dulzón de vainilla en el aire; entonces me giro, pero nunca estás. No voy a mentir, es un alivio no encontrarte aquí.
Volví a verte hace unas semanas, en nuestra cafetería favorita, en nuestro sofá favorito, ambos teníamos en nuestras respectivas bandejas la misma bebida, una vez más, nuestra favorita. Tú estabas con alguien más, desconozco si me reconociste a esa distancia, pero tú eras inconfundible, siempre lo has sido. Para serte sincero, estoy convencido de que me viste perfectamente, lo sé porque te quedaste mirando. No pensaba saludarte, no pensaba acercarme para darte pie a una nueva humillación. Ya no las necesito, te habrás quedado a gusto durante todos estos años. Me di media vuelta y fui a sentarme lo más lejos posible, a otra planta, donde no pudiéramos ni siquiera intuirnos.
Puede parecer un comportamiento infantil, pero espero no volver a cruzarme contigo jamás. No porque me duela, ya no dueles, simplemente eres una gran nada, un vacío enorme que presiento en el ambiente.
Eres algo nocivo, tóxico, capaz de anular a cualquiera.
Pero, joder, te quise tanto.
¿Cómo pudiste no apreciarlo?
Tu marcha me abrió los ojos, me quitó un gran peso de encima; simplemente me ayudó a soltar lastre.
Pero, pese a todo, nunca lo entenderé. Nada de lo que dijiste tiene sentido, ni siquiera analizándolo objetivamente y en perspectiva. Ni yo ni nadie que nos conociera juntos somos capaces de entender qué te movió. ¿De verdad te crees todas tus mentiras? Porque, de ser así, no engañas a nadie más que a ti.
¿Tienes la conciencia tranquila? ¿Puedes dormir por las noches sin que te consuma por dentro? Tu prepotencia y tu ego te impedirán eternamente reconocer que yo no fui el malo, que yo era tu perro fiel, que yo me desvivía por ti a cada segundo, que nuestro problema fue él y cómo te cambió. Necesitas entregarte a tu papel de mártir.
Supongo que ya sabes -pues siempre te has creído muy importante- las secuelas que has dejado. Soy incapaz de confiar en nadie, ¿para qué, si todos se van? Soy incapaz de mantener relaciones afectivas saludables porque solo he conocido la manipulación, el sufrimiento, la devoción por alguien para quien eres solo un medio. Cuando dejé de serte útil, cuando tu vida tomó un rumbo en el que yo ya no era necesario y no compartía tu autodestrucción, tus nuevos gustos por lo superficial, tu círculo monotemático, tedioso y problemático, no dudaste un momento en abandonarme.
Así de duro. Así de sencillo. Así de real.
Te juro que nunca dejaré de intentar comprenderte. Hacía mucho que lo nuestro había muerto, yo lo supe mucho antes que tú, recuerdo habértelo dicho claramente con anterioridad, pero tú te aferrabas, te aferrabas y yo sabía que aquello se moría.
¿Quién liberó a quién?No eres el amor de mi vida, porque ya no estás en ella; pero eres el amor de mi existencia.