Pedido de LuzlieUnknow
*continuación de la reacción Involuntario*
Kim Seokjin
Hace escasamente diez minutos estaba en una zona de bares con mis amigos, con la mejor música y con un cubata entre las manos. Ahora estoy en un camino de tierra que sale de la carretera, apoyado junto al coche esperando que ella vuelva por fin y podamos continuar el trayecto a casa.
En medio del jolgorio se me ocurrió decir que lo dejaba por hoy, que me iba de retirada, ya que mañana teníamos que madrugar. Entonces Jimin aprovechó a pedirme, por favor, que acompañase a su novia a casa, quien decía de pronto no encontrarse muy fina.
"Creo que le ha sentado mal la cena o le ha hecho una reacción extraña el alcohol con los medicamentos que toma, quién sabe".
Fue todo lo que dijo, y no hizo en ningún momento ademán de acompañarla o preocuparse por su estado.
Ella se sentó -más bien se dejó caer- en el asiento del acompañante y apoyó la frente contra la ventanilla. Ya que no me iba a dar conversación, puse música suave para relajarme.
Mientras conducía, repentinamente despertó de su sopor, se envaró y me pidió con insistencia que parase el vehículo. Encontré un camino lateral donde pude parar con un mínimo de seguridad. Nada más estacionar el coche, bajó de un salto y se perdió entre las sombras de la noche.
Me impacienté y preocupé al ver que tardaba demasiado. Di unos pasos en la semi oscuridad en dirección hacia donde ella había ido. Al fin la vi volver, sonriente, me tranquilizó verla, pero algo en su semblante me hizo dudar.
-No me mires así, solo me he quitado la ropa interior, no es para tanto.
Me llamó mucho la atención su desparpajo al comentarme una circunstancia tan personal y la miré de arriba a abajo tratando de encontrar una explicación. Al llegar a mi altura, se pegó a mí y me susurró, insinuante...
-No te irás a aprovechar de mí, ¿verdad? Sé que lo estás deseando, hace tiempo que lo noto.
Interpreté que, más que sentirse mal, había cogido un buen colocón, y Jimin no quería cargar con ella.
Se acomodó en el asiento juntando firmemente las piernas y fingiendo una postura lo más recatada posible, con intención de reírse de mí al verme alterado. Puse el coche en marcha y, antes de andar un metro, ella me detuvo.
-Para...para, no puedo.
Me esperaba una noche horrible, y eso que solo había quince kilómetros hasta la casa. Fui en su busca. Nos tropezamos al frenar ella en seco.
-Me da vueltas la cabeza y me dan unos pinchazos aquí.-Dijo llevándose las manos al bajo vientre.
Me acerqué para ayudarla a volver al coche y, al tiempo, dejó caer la mano justo entre mis piernas.
-Uy...-Fingió sorpresa.-¿Y eso?
-Sales con Jimin...pero...yo...-Traté en vano de justificar mi erección.
-Vaya con el amigo...¿no te da vergüenza tratarme así?-Pero lo decía mientras pegaba su cuerpo contra el mío, en claro desafío.
No lograba aclararme. No sabía si estaba jugando conmigo, si quería ver cómo reaccionaba y luego ir con el cuento a su novio, si todo esto era fruto de la pérdida de papeles por el efecto del alcohol o realmente le habían entrado muchas ganas de estar conmigo; pero me olvidé de amigos y de todo, dejándome llevar por mi instinto por fin.
-Ahora mismo no.-Le respondí al fin mientras mis dedos correteaban por la piel expuesta de sus muslos.
Ella se retiró de mi alcance en una reacción casi automática. Luego pareció pensarlo mejor, hizo un mohín con los labios y se acercó lentamente. Agarró mi muñeca y ella misma guio mi mano, más arriba del muslo esta vez. Apoyó su frente sobre mi hombro y se asió con firmeza a mi brazo. Al sentir el delicado roce de la yema de mis dedos se acomodó, separó un poco las piernas y se dejó hacer. Oía sus suspiros cerca de mi oído dándome la tranquilidad de que los roces eran bien aceptados. Durante unos instantes se mostró un tanto pasiva a mis caricias, pero enseguida reaccionó y se me ofreció ampliamente.
