Babe (Kim Seokjin)

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Babe I'm here again.
I tell you I'm here again.
Where have you been?
Babe, I'm back again.
I tell you I'm back again.
Where have you been?
Babe, please take me back.
Can't you see that I'm back again?
I'm here for you.
Babe, just me and you.

Había transcurrido demasiado tiempo. Cuando te abandoné, creí que no me arrepentiría jamás, pero me equivocaba.

Durante los últimos tres años había viajado por todo el mundo, había conocido muchos otros cuerpos y amores que nada tenían que ver con el tuyo. Se podría decir que, en fin, había madurado. Al ir abriéndome más y más a nuevas experiencias, iba sintiéndome más perdido. Claro, estaba acumulando bagaje, pero añoraba regresar a un abrazo cálido, al aroma reconfortante de tu perfume de coco, a la loción de frutos rojos que te impregnaba al salir de la ducha. Cuando entraba en la habitación de un nuevo hotel, permitía a mi vista vagar por cada rincón, analizando todo lo que me faltaba. Tu chaquetón favorito, aquel de color marrón militar que tanto te agobiaba pero del cual no te desprendías, no colgaba de la esquina de la puerta descuidadamente. No había un par de deportivas negras baratas junto a mis pulcros Oxford. No escuchaba tu estridente música que me sacaba de quicio con su pesada batería y sus guturales de personas poseídas para automáticamente cambiar completamente de estilo y cantar a todo pulmón el último éxito del verano mientras colocabas mi ropa en el armario sin percatarte de mi presencia. Ya nadie me preparaba zumo de pera casero, mi favorito, ni se reía de mis chistes con sinceridad.

Cada vez que esos pensamientos me sorprendían, me encontraba a mí mismo desamparado. ¿Por qué ahora? ¿Qué había cambiado? ¿No te estaría echando de menos? Y entonces me preguntaba cómo te encontrarías, si estarías comiendo bien, si te habrías casado, si tendrías éxito en tu trabajo, si serías feliz.

¿Cómo podías ser feliz si no era conmigo? Desde luego yo creí que estaría mejor sin ti, y no podía haber cometido un error de cálculo mayor.

Así pues, cuando regresé a la ciudad, lo hice con la determinación de encontrarte. En cuanto me instalé no perdí el tiempo y me dirigí a tu puerta. Un anciano desconocido me abrió, expectante.

-Buenos días.-Me incliné profundamente.-Antes esta era mi casa, vivía con una mujer llamada...

-La conozco. Se ha marchado. Sí, eso, se ha mudado, ya no vive aquí, ¿sabes?

-Pero...

-Solo tengo un número de teléfono. Mejor pregúntele a ella, no a mí.

En cuanto me hube despedido, agradeciéndole apropiadamente la información, saqué mi móvil y marqué tu número, dudando sobre lo que debía decir, si tal vez era mejor colgar y dejar las cosas como estaban ahora. Pero justo cuando me había convencido de que no responderías, una voz que algún día conocí habló al otro lado de la línea.

-¿Hola?

Sí, era tu voz, no la habría olvidado. Tan dulce en tonalidad como la recordaba. Comencé a hablar.

-Mi amor, he vuelto. ¿Dónde has estado?

Contuviste el habla. Podía afirmar sin lugar a dudas que estabas llorando, aunque claramente no querías que yo lo notara. ¿Pero dónde vivías ahora? ¿Ibas a decírmelo en algún momento?

-Solo dame una ciudad, una dirección, y estaré allí. Tengo tanto que contarte sobre dónde he estado todo este tiempo...

Y así me encontré bajando a trompicones por tu nueva calle. Había tardado poco tiempo en desplazarme hasta allí. No podía esperar más a estar junto a ti, a cada paso algo se me removía por dentro, las ganas de estrecharte de nuevo, sentía que volvía a casa. Ni podía ni quería contenerlo más.

Al abrirme la puerta, volví a escuchar la voz que me arrullaba cada noche en la cama.

-Hola...-Murmuraste.

-Cariño...-Empecé.-¿Dónde te habías metido? Te he estado buscando. Fui a nuestro antiguo apartamento y abrió un hombre y...me dio tu número, dijo que ya no vivías allí y...pensé que no te encontraría, ni siquiera me imaginé que responderías a mi llamada y ahora...estás aquí y yo...He vuelto, he vuelto para quedarme, por favor, tengo tanto que explicarte...

-Jin, no...

-¿Quién es?

Una voz melódica y aguda atravesó la nieve, a tus espaldas. Me incliné para ver mejor y me encontré con un niño pequeño, allí de pie, mirándome. Y al mirarle mejor observé cómo su rostro se iluminaba.

Tenía mis ojos. Tenía mi sonrisa.

BTS: one shots, imagines, reactionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora