Cuando te miró por primera vez lo supo. Atenazaba su corazón un sentimiento de conexión arrollador que no aceptaba otra explicación más que la evidente: estaba enamorado.
¿Era aquello el famoso "amor a primera vista" del que todo el mundo hablaba? El problema era que no se había enamorado de quien él esperaba, y eso podía causar problemas en su modelo de sociedad porque...bueno...eras un chico.
Kim Seokjin
En lo personal, aunque le pilló por sorpresa, no pensaba luchar contra ello. Si había ocurrido se debía a un motivo muy claro: estaba destinado a ser. Poco importaba que fueras un chico, con sus sentimientos no jugaba. Si a la gente le costaba aceptarlo no era su problema. Él no te conocía y ya te quería.
-Disculpa...tal vez esto te parezca extraño, estás en tu derecho de no responder, pero tenía que hacer esto.
Alzaste la cabeza confuso pero expectante. Lo primero que pensaste al ver a alguien con su porte delante de ti fue que tal vez hubieras ocupado un sitio que no te correspondía, a fin de cuentas no llevabas mucho tiempo en la ciudad y te costaba adaptarte a sus costumbres.
-Te he visto nada más entrar y me...me preguntaba...¿Puedo sentarme?
Abriste mucho los ojos y automáticamente te incorporaste y apartaste otra silla para que tomara asiento.
-Claro, por favor.-Te inclinaste levemente antes de volver a tu posición inicial. No ibas a desaprovechar la oportunidad de conocer a un hombre tan atractivo como él, fuera lo que fuera que tenía en mente.
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Min Yoongi
-Mierda.
Fue lo único que dijo. Tú dejaste de hablar; habías estado explicándole todo lo que necesitaba saber sobre el nuevo pedal de repetición que había comprado. Aquella tarde había coincidido con tu turno de encargado y había solicitado que le atendieras personalmente. Nunca lo diría en voz alta, pero llevaba mucho tiempo pasando por delante de la tienda de electrónica para observarte a través del cristal. La diferencia era que, al tenerte delante y poder al fin entablar una conversación contigo, algo dentro de él se encendió como un interruptor.
-¿Te encuentras bien?-Inquiriste ladeando la cabeza, te hubiera parecido que estaba pálido si aquel no fuera su tono habitual.
-Creo que voy a necesitar más explicaciones, ¿a qué hora terminas? ¿Salimos a cenar?
-Maravillosa jugada.-Sonreíste complacido.-Encantado, salgo a las ocho, ¿te apetece lamb stew? Conozco una taberna irlandesa donde lo preparan delicioso.
