Careless whisper (Kim Taehyung)

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I feel so unsure as I take your hand and lead you to the dance floor.
Tonight the music seems so loud,
I wish that we could lose this crowd.
Maybe it's better this way.
We'd hurt each other with the things we'd want to say.
We could have been so good together,
we could have lived this dance forever,
but no one's gonna dance with me.
Please stay.
So I'm never gonna dance again
the way I danced with you.


Me acerqué al reservado agotada por el baile, mis piernas y caderas exigían descanso y reposo, mis riñones repiqueteaban en mi espalda, clamando venganza. Ya había notado su ausencia nada más alzar la vista.

-¿Y este?

-Se ha ido.-Jin se encogió de hombros con gesto inocente.-Estaba cansado, hoy ha sido un día de muchas emociones y...

-¿Le habéis dejado irse solo? ¿Y si le ocurre algo? Voy a llamarle.

Saqué el teléfono del bolso, pero Yoongi se levantó y me sujetó del brazo. Después de más de un mes evitándome parecía disfrutar de la situación, le brillaban los ojos a pesar de lo vidriosos que se veían bajo los efectos del alcohol que tan mal le sentaba.

-Es que no está solo.

-Yoongi.-Le advirtió Jin, severo.

-Se ha ido con una chica que conoció antes.-Hizo una especie de mueca, como una sonrisa de medio lado, en demasía irónica.

-¡Yoongi, para!-Jin dio un puñetazo en la mesa, alzando la voz e incorporándose a su vez.

-Ahora estarán en el hotel f...-Jin le cubrió la boca y le empujó contra el asiento bruscamente.

-Te he dicho que te calles, has bebido demasiado. ¡Joder!-Le reprendió, ni siquiera pareció darse cuenta de que había blasfemado, algo impensable en él.

Yo había dejado de escuchar, me pitaban los oídos y empezaba a sentirme mareada. No había bebido más que un mojito, de modo que no tenía nada que ver con la ingesta de alcohol. No, aquello era un viejo amigo, un mal conocido. La angustia comenzaba a atenazarme el corazón y entendí que tenía que salir de allí como fuera si no quería asfixiarme.

-Necesito tomar el aire.

No esperé una respuesta, de ningún tipo. Solo me apresuré a la puerta y salí al exterior; busqué apoyo en una pared lateral del edificio, en una especie de callejón hediondo donde se hallaban los contenedores. Allí, desubicada en medio de Las Vegas, grité hasta que se me quebró la voz, y solo entonces me dejé caer, con la espalda aún contra el muro, hasta acuclillarme en el suelo. Quería controlar la respiración, pero mis pulmones rechazaban el aire, no era suficiente. Temblaba, la cabeza se me iba por momentos. Escuché cómo alguien se aproximaba y una voz que me llamaba, alterada. Sentí cómo me cubrían con lo que parecía una chaqueta y me ayudaban a ponerme en pie de nuevo. Dejé que me condujera por calles y calles hasta que finalmente me hizo pasar a otro local. La atmósfera era completamente diferente, aquel era un bar de jazz. Nada más entrar reconocí una melodía de Miles Davis exquisitamente interpretada, con muchísimos matices propios de la improvisación de esos músicos aún soñadores. Nos sentamos en una de las mesas más próximas al escenario, donde un solo de saxofón hacía el deleite de los comensales. Pidió un "vodka Martini, shaken, not stirred", referencia que consiguió sacarme una sonrisa y relajarme increíblemente, yo solo pedí un té con hielo. Una mujer ataviada con ropas propias de los años de oro de la música –años 30, año arriba año abajo- tomó el micrófono para interpretar una pieza de Ella FitzGerald. Junto con las bebidas nos sirvieron pan de ajo, que devoramos.

-¿Quieres hablarlo?-Dijo al cabo.

Necesitada de atención masculina como me encontraba, decidí que no tenía nada de malo rebajarme un poco más y me desahogué a gusto. Después le tocó el turno a él.

-Estamos bien jodidos.-Concluyó, proponiendo un brindis que le concedí.

La melodía dejó paso al In a sentimental mood de John Coltrane, que encajaba a la perfección con nuestra situación. Me tendió la mano, yo vacilé.

-No te atreverás.-Medio sonreí, creyendo que bromeaba, pero mantuvo la invitación y permaneció serio.

Reí expulsando el aire de golpe y acepté. La gente nos observaba, nadie más estaba bailando. La mayoría eran personas jóvenes que debían estar burlándose del par de idiotas chapados a la antigua que aún bailaba lentas. La canción terminó y comenzó la mítica Fly me to the moon, interpretada por el gran Tony Bennett. Debimos servir de ejemplo, pues a nuestro alrededor comenzaron a bailar algunas parejas. Me sentía tan relajada así, con uno de los géneros musicales más perfectos como telón de fondo, girando lentamente al compás, que podría haberme quedado dormida. Tenía la sien apoyada en su clavícula, y notaba su mejilla sobre mi cabeza, era como volver a ser dos bebés indefensos en su cuna, mecidos por una madre protectora.

Como invocada, Put your head on my shoulder de Paul Anka fue la elegida a continuación. Comandado por la letra, o eso parecía, se separó un poco para luego inclinarse hacia mí. Yo no fui capaz de apartarme, no hasta mucho tiempo después, cuando me di cuenta de que había demasiada dulzura y demasiadas esperanzas en aquel contacto, entonces giré la cara.

-Tae...-Suspiré.- ¿Qué haces? Esto no...No.

-Lo siento. Soy un experto en estropearlo todo.

-No, no lo has estropeado. Es solo que tú no quieres esto, estás deprimido, los dos lo estamos, pero no es motivo suficiente.

-Es que no te gusto, que soy feo, ya...

-¡Por supuesto que no! No es que no me gustes, te quiero, es evidente, pero es más complicado que eso. Y no eres feo, eres precioso.-Realmente se le veía afectado.-Si esta situación se diera en otras circunstancias sería diferente.

-Explícate, porque ahora mismo no te entiendo.

-Hay ciertas cosas que no puedo decirte...pero tú estás con alguien y yo quiero a otra persona. Tae, tú y yo ni siquiera nos llevamos bien, esta es la primera vez que pasamos tiempo juntos o que tenemos una conversación fluida. No es porque tú no me gustes, es solo que no es tan fácil, esto no es una novela, ni una película, es la vida real, ¿entiendes? Influyen muchos factores, muchas otras personas.

-¿Y si la dejara? Entonces habría un factor menos.

-Sí, uno menos y aun así cientos por resolver. No te ofendas, pero el motivo principal por el que esto no pasará no puedo decírtelo, aún no, no me corresponde a mí, pero lo sabrás, y entonces recordarás esta noche y no tendrás nada de lo que arrepentirte, y me lo agradecerás. Aun así, si yo fuera tú la dejaría, solo consigue hacerte daño, eres infeliz y odio verte así.

No añadió nada más, aún bailamos algunas canciones antes de concluir la velada. Volvimos al hotel caminando, hablando de todo y nada, y ya despuntaba el alba cuando cruzamos las puertas de la recepción. Subimos a nuestra planta y esperó conmigo en el pasillo mientras trataba de cazar la tarjeta de la habitación.

-Aquí está la condenada.-La saqué ceremoniosa.-Muchas gracias por todo, de verdad.

-A ti. Y lo siento por lo de antes, otra vez.

-Ni lo menciones, a mí ya se me ha olvidado. Puf.-Hice un gesto de explosión.-Anda, ven aquí, tonto.

Le di un abrazo de oso y le despedí. Entré en la habitación y ahogué un grito. Ya me estaba arrepintiendo de lo que le había hecho.


BTS: one shots, imagines, reactionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora