Si le ves [Kim Seokjin]

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Si le ves, dile que este corazón se muere poco a poco,
como la pasión de un triste y pobre amante loco.
Yo sigo a la orilla de este fuego
que nos vio desnudarnos sin miedo y arder.
Si le ves, dile que no existo si no tengo su ternura,
que la vida pasa rápida y hoy se hace dura.
Soy gota de agua entre la lluvia.
Soy el eco del viento, un rumor al amanecer.

Entré en el local que regentaba Byulyi. Era una tienda especializada en trajes para mujeres, algo que ella solía vestir con intimidante elegancia, más bien los ostentaba. Antes nunca me había impuesto, pero desde la ruptura no había sido capaz de ponerme en contacto con ella. Al final, no era amiga mía sino suya, desde hacía muchos años, mucho antes de conocerme a mí. Byulyi me observó con el ceño ligeramente fruncido, pero no parecía un gesto hostil, más bien denotaba perplejidad. No esperaba otro recibimiento. ¿Cuándo había sido la última vez que había pasado por allí? Tal vez en la inauguración, jamás había comprado nada. Únicamente había acompañado a Jin, nada más.
Byulyi, a medida que yo me aproximaba al mostrador, iba ralentizando sus movimientos hasta, finalmente, dejar su tarea completamente en pausa.
Me incliné en una ligera reverencia, sin olvidar que seguía siendo mayor que yo.

-Vaya...-Comenzó en tono apagado.-Ha pasado mucho tiempo.

-Ciertamente. ¿Cómo ha ido todo?

-No puedo quejarme, tampoco es que esto me aporte una gran riqueza, pero me da para vivir.

-Has hecho reforma.-Comenté haciendo un ademán con los brazos que abarcaba la extensión del establecimiento.

-He ampliado, sí. El negocio fue muy bien al principio, así que en un par de años, en cuanto el local de al lado estuvo disponible, hice una buena oferta.

-Está francamente bien.

Ella asintió con una sonrisa sincera que le duró apenas un par de segundos antes de volver a cerrarse en banda y devolverme el gesto de extrañeza previo.

-¿A qué has venido?-Preguntó de pronto, sin anestesia.

-Yo...es un poco violento, imagino, sí. Lo lamento, es solo que...necesitaba hablar con alguien que conociera bien a Jin, y tú eres su mejor amiga...

-No creo que esto sea apropiado.

-¡Por favor! Tan solo necesito a alguien que me escuche, no pretendo nada más, no interferiré en su vida, lo prometo.

-Estoy trabajando, no es el momento.

-No tiene por qué ser ahora, cuando te venga bien, puedo esperar, llevo mucho tiempo esperando de todos modos.

Byulyi pareció replanteárselo. Apresó el labio inferior con los dientes, dándole un par de vueltas a mi petición.

-Bueno...supongo que podemos comer juntas, no tengo nada mejor que hacer.-Encogió los hombros con desinterés.-Tengo tiempo a la una.

Faltaban aún dos horas, pero no me importaba. Le dije que volvería a presentarme en el local a esa hora exacta y me fui a deambular por los alrededores.
La realidad era que la relación con Jin había sido lo mejor que me había pasado. ¿Y por qué terminó? Tan simple como una tercera persona. ¿Fue culpa mía? En parte. Los dos actuamos mal en muchos aspectos, no podría cargarle con todo el peso a él, pero separarnos fue un error. Él ahora estaba con esa tercera persona, y tampoco le guardaba rencor a ninguno, no me sentía capaz, el único sentimiento que tenía cabida en mi corazón relacionado con él era pura y limpia nostalgia. La conversación con Byulyi no cambiaría nada, no me aportaría nada de paz ni me sanaría, las heridas seguirían abiertas, más aún por volver a removerlo todo, pero necesitaba desahogarme y solo podía acudir a ella, el resto de su círculo había sido mucho más radical con respecto a mí. Estaba sola.

Desconocía si seguir enamorada de él era normal o no, tal vez para muchos el tiempo debería haber borrado todo rastro de cariño, pero no era mi caso. Después de casi tres años, al saber por las redes sociales que iba a casarse con la otra, mi reacción me pilló desprevenida incluso a mí misma. Nunca conocería a alguien como él, y esa certeza me mataba.

-A veces desearía no haberle conocido nunca.-Comencé mi disertación cuando el camarero nos tomó nota.-Otras, en cambio, y estas predominan, doy gracias por que se cruzase en mi vida, las habría dado por cinco meros segundos, pero fueron siete años. Los mejores. Eso fue un regalo.

-¿Puedo serte sincera?-Inquirió Byulyi.

-Por supuesto.

-Yo creía que...todos lo creíamos, si te digo la verdad. Creía que le odiarías, ¿es que no estás enfadada? Lo que te hizo...quiero decir, Jin es mi amigo, uno de mis mejores amigos, y le quiero pero...nunca he aprobado lo que hizo. Quiero que entiendas que no intervine porque no me incumbía, no porque estuviera de su parte. Pero al final tenía que apoyarle si él creía que ella le haría feliz. En mi cabeza yo os veía casándoos y teniendo unos hijos monísimos con una educación impoluta, un futuro feliz y envidiable. Nunca lo vi venir. ¿Cuántos años fueron? ¿Has dicho siete, verdad?

-Bueno...sí, casi ocho, no llegamos a cumplirlos. Y...siento que no tengo derecho a decir esto, pero si en ocho años no fue capaz de decidirse a pedirme matrimonio, ni a tener hijos, quizá tomó la decisión correcta. Ahora va a casarse y formar una familia, lo que está claro es que el problema siempre fui yo, que no encajaba en sus planes.

-¿Crees que no te quería?

-No es tanto eso, es...claro que me quería, eso nunca lo he dudado, pero no era lo que quería tener a su lado eternamente...pudo cansarse de mí, o yo no proyectaba el ideal de familia que él necesitaba. Como te digo, no le odio, no le guardo rencor, tampoco a ella, pero sí me ha removido enterarme de la boda. No puedo evitar preguntarme por qué. ¿Eso me convierte en un monstruo?

-No, solo en humana.

-Eso es exactamente lo mismo.

Byulyi rio y eso me relajó. Quizá debería haberme esmerado más en construir una buena relación con el entorno de Jin, pero nunca se me pasó por la cabeza prestarles demasiada atención.

-Ella no me gusta. No es mala chica, pero...simplemente es un "no" para mí.-Confesó de repente.-Hay algo entre nosotras que nunca va a cuajar. No tiene por qué, ¿no? Pero nunca he dicho nada al respecto por eso mismo.

-Yo tampoco parecía de tu agrado.

-Te equivocas. Te equivocas totalmente. Me encantabais juntos. Es más, siempre pensé que eras tú quien no disfrutaba de mi compañía, como si te molestase nuestra amistad.

-¿En serio?-Ella asintió.-Byulyi, lo siento, esa jamás fue mi intención. Lamento que lo percibieras así, es solo que estaba muy centrada en la relación, yo nunca me acerqué a vosotros, pero no por celos, es que ni tan siquiera me lo planteé.

-¿Aún conservas los álbumes de fotos?

-Todos y cada uno. También los videos. Argh, sueno como una obsesa.

-Un poquito.-Después se carcajeó.-Es broma, suena a que sigues queriéndole.

-Y lo hago, nunca lo he escondido. Aún no me he acostumbrado a su ausencia. Llego a olvidarlo a veces, que no está. Cuando escucho algún ruido en casa aún me da un vuelco el corazón creyendo que ha sido él, o se me va la vista a la puerta, al teléfono...o me asusto cuando su lado de la cama está vacío y frío. Tardo unos segundos en procesarlo y recordarme la situación.

-Es increíble. Hasta ese punto...

-¿Qué quieres decir?

-Jin va a matarme por esto...

Byulyi me hizo un gesto con la mano para que no la parase. Marcó un número en su teléfono de memoria y esperó. Una más que conocida voz masculina respondió al otro lado y temblé como un flan, por mi mente revolotearon todos los recuerdos, algunos más tórridos de lo que pretendía.

-¡Byuuuuul, estás viva! ¿A qué debo el honor de tu llamada, reina?

-Me preocupas. ¿Aún tienes dudas?

Fue directa al grano, como siempre era esa mujer, tan fuerte como la recordaba. Pero, ¿de qué dudas hablaba? ¿No se estaría refiriendo a la boda? ¿Jin no quería casarse?

-Yo...-Profirió un sonoro suspiro que encerraba todo el cansancio del mundo.-Ya sabes que sí.

-¿Qué es lo que tanto miedo te da?

-Byul...¿en serio? ¿Hay que hablar de esto ahora? ¿Y qué es ese ruido?

-Es mi hora de comer, estoy muy ocupada, deberías sentirte agradecido por tener una amiga como yo, que se preocupa por ti. Así que, Jin, dime la verdad de una vez.

-Temo haber tomado la decisión equivocada. No sé en qué momento pensé que Yonhye era mejor candidata que T/N. Tuve un momento de debilidad, ni siquiera teníamos una mala racha, pero flaqueé igualmente, llevábamos tantos años que pensé que me estaba perdiendo algo mejor...fui un estúpido, sé que tú también lo piensas, pero no me lo dices.

-Correcto, señor Kim. ¿Y por qué sigues adelante con esto? ¿Por qué no rompes el compromiso antes de que las cosas se pongan aún más difíciles?

Yo escuchaba la conversación atónita. Que Byulyi hubiera puesto el altavoz me reconfortaba, escuchar todo aquello de boca de Jin era un milagro.

-Porque no sé si puedo permitirme volver a hacerle esto a alguien. Me merezco ser yo quien pague los platos rotos por una vez.

-¿La echas de menos?

-Cada maldito día. ¿A qué vienen tantas preguntas de repente, Byul? Llevas años evitando el tema. ¿Qué te ha dado?

-Hay alguien que quiere hablar contigo.

-¿Qué?

Byulyi me tendió el teléfono. Yo titubeé y mi mano se alargó temblorosamente hacia el dispositivo, no tenía nada claro.

-Seokjinnie...-Era consciente de que había tartamudeado al pronunciar su nombre.-Soy yo.

El silencio al otro lado de la línea me atravesó como un afilado témpano de hielo, desgarrador y helado. Esperé pacientemente una reacción por su parte, sabía que no se había cortado la comunicación porque escuchaba su respiración al otro lado del auricular.

-¿Podemos vernos? Estoy...estoy muy confuso. ¿No me odias?

Ahora fui yo quien tardó más de la cuenta en responder.

-¿Estás ahí?-Apuró nervioso.

-Siempre he estado aquí.

BTS: one shots, imagines, reactionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora