capitulo treinta y cinco

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La semana estaba acabando.

Pobre de George, que había estado toda la semana, haciendo tareas y trabajos de él y ______.

Pero era parte del trato ¿no?

Maldito trato pensaba en su interior, aún no averiguaba nada de lo que escondía Leah, lo que significaba que debían permanecer más tiempo ahí, y eso lleva a que debía estar más tiempo sometido a ______.

Sonrió al recordar como a veces _____ tenía momentos de debilidad como el de la noche anterior.

Aquella fortaleza de hierro que resguardaba su cuerpo podía ser demolida, y él deseaba ser la persona que lo lograra.

- No te he visto en casi toda la semana -su amigo lo sorprendió, mientras estaba sentado sobre el césped del campus- estás desaparecido -se sentó junto a él.

- Tú estás desaparecido -lo miró- andas de clase en clase con Nayla -hizo voz de chica chillona- ya ni me llamas, ni me buscas me siento… -no terminó la frase y lanzó un sollozo patético que causó que ambos estallaran en carcajadas- hablando enserio, tú estás desaparecido, parece que de verdad te trae loco la morena -rió y Josh sonrió.

- Es cierto -miró hacia al frente suspirando- me he acercado más a Nay y ya no peleamos por uñas -ambos rieron suavemente- es una chica genial, puede ser pesada y desagradable, pero tiene su lado tierno y bueno, realmente me tiene loco, es algo que nunca había sentido.

- ¿Y las otras chicas? -preguntó de repente.

- ¿Qué otras chicas? -su amigo frunció el ceño, ante la pregunta.

- Las demás -respondió, y su amigo lo miró con expresión confusa- todas, a ver cómo te explico -guardó silencio un momento- cuando tienes novia, nunca estás en serio, es como si siempre estuvieras soltero, ya ves a Marie -el ruloso lo interrumpió.

- Marie me salió loca.

- No importa como sean, Josh  -suspiró-. No digo que te vayas a poner de novio con Nay, porque serían lesbianas y sería raro, pero ¿estás seguro de que te gusta enserio Nay? -no permitió que respondiera y siguió hablando- te conozco demasiado y cualquier cosa que tenga un trasero redondo y piernas te atrae al punto de acostarte con esas cosas -rió un poco- quizás estés un poco confundido, por donde pasas más tiempo con una chica, te encariñas al punto de creer que te gusta en serio, pero en realidad cuando salgas de aquí, todo volverá a ser como antes, cada semana una chica distinta, Josh -suspiró- ¿me entiendes?

- Realmente me gusta Nay -dejó pasar la última pregunta del moreno- si, suelo ser encantador con las chicas, pero es un don natural y -George lo miró serio- ya bueno hablando en serio, me gusta mucho Nayla, es distinta a las demás, me trata distinto –suspiró.

- Te trata distinto, porque para ella eres chica -aquello era cierto- habrá que ver cómo trata a Josh -la última frase causó un extraño escalofrío en el cuerpo del oji azul .

- Eso es cierto -dijo simple- pero por ahora puedo decirte, que esa chica me gusta en serio.

- Bueno, tendré que creerte -suspiró nuevamente y miró como alrededor de ellos, un montón de chicas hacían sus rutinas diarias. Tan tranquilas, tan pasivas y amables todas, completamente distintas a los hombres.

- ¿Qué has averiguado de Leah? -preguntó de repente su amigo.

- Ni te imaginas cuantas cosas -murmuró mirándolo.

Más de media hora, contándole todo lo que había averiguado. Contándole todo lo distinta que era Leah Collins dentro del instituto y todo lo cínica que había podido llegar a ser. 

Enamorate < George Shelley Y Tu >Donde viven las historias. Descúbrelo ahora