Pasado-Presente-Futuro, todo es igual.
Recuerdos, sucesos y secretos, que te hacen ver la realidad de otra forma. Cuando todo está bien, significa que todo está mal, y viceversa, nunca se sabe cuando descubrirás algo nuevo y te irás a la misma mierda.
Una paralización recorrió su cuerpo, pareció pegado al piso, y en conjunto estaba su mandíbula. Miró fijamente a Leah, que se ponía una bata al igual que la otra chica, y las imágenes de ella besándose con otra mujer no dejaban de atormentarlo. Hubiera esperado cualquier cosa menos eso.
- ¡George! -exclamó Leah y se acercó a él, pero él se alejó.
- ¡George nada! -exclamó mientras la furia lo carcomía- ¿Qué significa esta mierda?
- No es lo que tú piensas -ella se acercó nuevamente a él, pero retrocedió aún más.
- ¡No me toques, Joder! -caminó un poco adentrándose en la habitación y miró a la otra chica, alta, delgada y de pelo corto, muy corto, la miró bien, reconoció su rostro.
(***)
¿Era un chico?
Sí, obvio que lo era.
¿Qué hacían abrazados?
No lo sabía, pero la sangre le hervía por dentro de las venas.
¿No se suponía que Leah estaría viajando?
Sí, así le había dicho ella, pero no, al parecer le había mentido, porque su novia Leah Collins estaba en una fiesta playera... y con ese chico.
Los observó fijamente, el chico la abrazaba por la cintura y Leah reía con él. Apretó los dientes en conjunto con la lata -que ni siquiera se había dado cuenta pero estaba vacía- que sostenía en su mano, siguió mirándolos, por unos minutos, ¿qué debía hacer?
(***)
Resulta que aquella chica, era la misma persona que había visto con Leah, en aquella fiesta playera... la primera vez que ella le mintió. Pero ¡él había visto un chico!, examinó su rostro nuevamente en segundos y claro, la muchacha con aquel cabello corto, pasaba desapercibida como hombre.
- Déjame que te explique -fijó su vista en Leah, y ésta la miraba suplicante- no es lo que tú piensas amor, yo te quiero.
- ¡Basta de mentiras! -exclamó- ¡Basta de tus putas mentiras! -la tomó por los hombros- tú no me quieres.
- Si te quiero -trató de abrazarlo, pero él no la dejó- George por favor.
- Sé todo sobre ti -murmuró, con la voz triste y acongojada- sé que eres una mentirosa, una embustera, una cínica, una falsa.
- ¡No me digas eso! -exclamó- mi amor, por favor.
- Deja de fingir, por favor -le pidió con un poco de calma. Aunque era muy difícil tenerla en aquel momento. La historia parecía, una película erótica, en donde dos mujeres hacen un trío con un hombre y terminan teniendo sexo descontrolado, pero esto no era así ¡Claro que no!, lo cierto era, que la mujer que había creído querer, lo había engañado, durante un año, con una mujer, a sus espaldas. ¡Ni siquiera con un hombre!, si no que con una chica, y eso era lo que agravaba las cosas- dime algo Leah Collins, y respóndeme con la verdad -la castaña lo miró, mientras la otra chica era testigo silencioso de todo- ¿Eres lesbiana? -Leah, aguantó el aliento, y George se cruzó de hombros.
- Yo… -comenzó a decir.
- ¡La verdad!
- ¡Sí, joder sí! -exclamó con algunas lágrimas en los ojos- soy lesbiana, desde hace cuatro años -murmuró esta vez y George cerró los ojos, sin poder creerlo.
La castaña ya era lesbiana, cuando la conoció ¡Le había mentido como querido! y se sentía un tonto. Hubiera preferido mil veces, oír la historia de que Leah, salía con otro chico, a sus espaldas porque no lo quería o algo así, pero ¡No!, su novia era lesbiana hace años y él había estado como idiota embobado tras ella.
- Eres una mentirosa -abrió los ojos, mientras sentía que se le aguaban los ojos, no por la mentira recién descubierta, si no por la tonta impotencia que sentía en ese momento- me has engañado durante más de un año, ¿Por qué Leah?, ¡Yo no te he hecho nada!
- ¡Tú no lo entiendes! -exclamó ella y se sentó en la cama- nunca quise hacerte daño, ni mentirte ni engañarte, pero necesitaba hacerlo.
- Lo hubieras hecho con otro idiota -murmuró y lanzó una mirada fugaz a la otra chica que miraba el suelo, confundida- pero no hubieras jugado conmigo, de aquella manera, ¡Te quería joder!, te quería mucho, llegué a creer que te amaba, y creí todas tus idiotas palabras -llevó sus manos hacia su pelo, y suspiró.
¿Cómo podría desconfiar de su novia, si lo miraba como si fuera el último chico en la tierra?
¿Cómo podía desconfiar de su chica, si lo besaba con tanto amor?
- Nunca hubiera pensado, que tú me engañarías -siguió hablando con amargura- al principio, te creí, te quise, te extrañaba, hasta que comenzaste a comportarte extraño.
- George-lo interrumpió ella.
- ¡No me interrumpas! -ella asintió y el siguió hablando- comencé a sospechar, y me aseguré que tú serías incapaz de engañarme, pero los celos y la inseguridad me invadieron, me hicieron cometer una locura muy grande -rió amargamente.- ¿sabes quién es Kate Benson? -literalmente se le desfiguró la cara a Leah y abrió los ojos sorprendida- soy yo.
- No –susurró.
- Sí -sonrió irónicamente-. Por eso no dudo al decir, que eres una mentirosa, me infiltré en tu instituto y conocí a la verdadera Leah -metió las manos en sus bolsillos, ¡Tenía tantas ganas de golpear a alguien!- hice el ridículo, para conocer a la que era mi novia y mira lo que me encontré.
- George, de verdad yo no quise hacerte daño -susurró- créeme.
- No puedo creerte nada, ya no -hubo un silencio, que sirvió para alivianar el ambiente.
- No me dejes -susurró ella y George se sorprendió ante tal petición- por favor, mis padres, los conoces, ellos no saben mi condición, no saben nada y si se enteraran, los defraudaría, necesito un novio, te necesito George.
- Tú, necesitas un muñeco Leah.
- ¡No!, ¡Te necesito a ti! y no quieres creerme, porque te aseguro ¡Que la tonta de ________ te ha metido cosas en la cabeza! -George la miró frunciendo el ceño, ¿Entonces la morena sabía que Leah era lesbiana?, con razón, llamaba tanto a Kate-
, habló irónicamente- pero ella dice mentiras, no le creas a ella, ¡Ella tiene la culpa de todo! ¡Siempre ha tenido la culpa! –exclamó.
- ¡No me metas en esto! -una voz los hizo sobresaltar a ambos, miraron hacia la puerta y la morena estaba ahí, con el entrecejo fruncido- ¡No de nuevo!
- ________ -susurró él.
- Alexa vete -se dirigió, hasta la chica- vete, por favor.
- Es Alex -por primera vez hablo ella- lo sabes.
- Lo sé, pero ¡Vete! -la chica de pelo corto, miró a Leah y George y desapareció tras la puerta.
Los tres se miraron, Leah con una furia por dentro, George con el rostro confundido y la morena, estaba seria.
Era recordar el pasado.
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