capitulo setenta y tres

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Sus manos comenzaron a sudarles y maldijo mentalmente. Recordó la última vez que habló con ella meses atrás. Cuando le había dicho que lo mejor era separarse, que no se vieran, que no quería verla...

Dudó por un segundo aquella decisión. Su vida estaría siendo muy distinta si hubiera decidido quedarse con ella. Pero como había tomado la otra opción todo había cambiado, y él ahora era diferente. Suspiró y llevó las manos a su cara, no debía preocuparle eso ahora, no justo cuando todo había cambiado. Además ella había aceptado aquello con el dolor en sus ojos, pero lo había hecho y todo ya no era igual. Sintió una molesta en su estomago, pero decidió al ignorarla al notar como Josh estaba a su lado conversando animadamente... lo extrañaba.

Recordó sus palabras, él no le hablaría hasta que él dejase de follarse a cuanta chica viera. Y eso aún no había sucedido, por lo que la relación con Josh era nula. Y era ahora que lo veía, tan animoso cuando se cuestionaba aquella decisión, ahora era cuando se daba cuenta que quizás no fue bueno dárselas de libertino andante. Había perdido a un gran hermano y de paso a _______.

¿Pero de qué servía arrepentirse ahora?, ya no servía de nada.

Nada volvería a ser como antes -o eso creía él- Su amigo se había enojado con él, _______ no lo vería jamás con los mismos ojos y ya estaba todo arruinado.

- ¡Carajo! -susurró al darse cuenta de todo. Las sonrisas de aquella morena que alguna vez fue suya, en conjunto a su amigo y Nay lo estaban matando. Él podría haber estado ahí también, disfrutando de un paseo, de una junta o algo así, pero en vez de eso se la pasaba de fiesta en fiesta.

¿Y ahora qué le quedaba?

Resignarse simplemente, recoger a Josh y a las chicas, y no abrir la bocota para causar problemas incómodos. No haría nada... no podía.

- ¿Te sucede algo? -preguntó Peter al verlo con las manos en la cara, maldiciendo.

- No -murmuró y levantó la cabeza- sólo ha sido una punzada en la cabeza, nada grave.

- Si tú lo dices -se encogió de hombros- ahora pon en marcha el auto, que ya casi veo a Josh

Suspiró y apretó el acelerador, a medida que avanzaba algunos metros pareció sentir como el volante del auto se le resbalaba entre sus manos y como su cabeza le daba mil vueltas, ¿sería el efecto de la fiesta?

Jaosh, Nay y _______ notaron el auto acercándose, el oji azul sonrió al ver como su amigo no le había fallado, agarró su mochila y lo mismo hicieron su novia y su amiga. Peter fue el primero en bajarse del auto y después George sintiéndose por primera vez un inútil con los pies.

- ¡Hey! -saludó Peter a Jjosh- ¿qué le ha sucedido a tu auto? -preguntó inmediatamente al ver el auto varado en medio de la nada.

- El motor ha muerto -aprovechó de abrazarlo en modo amistoso- después mandaré una grúa.

- Que pena -la mirada de Peter vagó por las dos chicas que tenía a su lado- ¿y estas señoritas quiénes son?

- Oh -murmuró Josh- ella es Nay mi novia -Peter la saludó con un amistoso beso en la mejilla- y ella es la preciosa ______ -Peter hizo lo mismo, mientras la morena le brindaba una sonrisa cálida.

Un silencio muy incomodo para  se hizo presente, y gracias a esto supo que debía saludar, debía ser cortés y amable, aunque sea...

- Hola -saludo en tono amable a Josh, éste lo miró y le estrechó la mano en un frío apretón que en otra circunstancia podía haber sido un efusivo abrazo acompañado de alguno que otro golpe. George miró a Nay y también hizo una sonrisa amable- Hola -Nayla lo miró y asintió fríamente con la cabeza. Se dirigió a la morena y la miró ella mantenía la mirada en el suelo- Hola -logró susurrar.

_______ recordó sus palabras, “no lo tomes en cuenta, has como si no existiese”. Pero no le resultó mucho al oír su voz dirigiéndose a ella. La tentación era más grande y en cuestiones de amor, había aprendido que el corazón era el órgano más porfiado de todos. Levantó su cabeza con cierta inseguridad, y se topó con aquellos ojos, que había evitado recordar durante los últimos meses. No pudo entender que lograba demostrar su mirada, había un poco de inseguridad, algo de amabilidad y cierta culpa. Dejó de lado aquello y con todo el valor reunido y además con todo el dolor de su alma, giró su cara ignorando su saludo, y su mirada. ¿Quién se creía que era? ¿Venir a saludar como si nada hubiese pasado?

George se quedó sin aire una vez más, al ver como ella giraba su cabeza desinteresada e ignorando su amable saludo, pero ¿qué esperaba? ¿Qué lo saludara con una sonrisa y un beso?

No, sabía que aquello no pasaría pero aún así sabiendo aquello, no podía evitar sentir el maldito dolor en su pecho al ser ignorado.

- Bien -suspiró unos segundos después- vamos al auto.

Todos caminaron hasta el auto de George, les abrió el maletero y pudieron meter sus mochilas ahí. Después se acomodó en el asiento del conductor y Peter a su lado. Sintió como los demás se subían por la puerta trasera y para su buena-mala suerte, la morena estaba justo unos centímetros atrás de él.

- ¿Estamos todos? -preguntó y se abrochó el cinturón de seguridad- ¿no se queda nada? -preguntó.

- No - le contestó Josh que iba sentado entre las dos chicas- nada se ha quedado -volvió a decirle, y George asintió apenado. De verdad le dolía que su amigo lo tratara así.

Prendió el auto, y comenzó a conducir por el sendero de arena-tierra por el que había atravesado anteriormente. Al salir de él y girar hacia la carretera suspiró otra vez.

- ¡Joder!, como se me parte la cabeza -se quejó otra vez Peter a su lado.

- Muchas fiestas amigo -bromeó Josh, pero George supo que en cierta parte lo que decía, lo decía, valga la redundancia, sumamente serio.

- ¿Qué…? –Peter lo miró hacia atrás- ni hablar, éste -apuntó a George- ¡Grandísimo idiota! que ha frenado brusco a mitad del camino, me he estrellado contra la guantera.

- Lo siento -susurró George- te lo había dicho.

- Si sé, pero eso no quita el dolor -se acomodó mejor en su asiento- supongo que me darás hielo en tu casa.

- Supones bien -asintió, mientras aumentaba la velocidad de su auto. La única manera de no estacionar el auto, abrir la puerta de atrás y...

- ¿Qué has hecho Pet? -preguntó Josh, para liberar el silencio tenso que se había formado.

- Nada -sonrió mirando la ventana- un poco de esto, un poco de lo otro, algunas fiestas nada fuera de lo común -se encogió de hombros. George esperó que Josh le preguntara lo mismo a él, pero eso no sucedió en los siguientes segundos, hasta que un celular sonó… el suyo.

- George tu celular está sonado -el castaño le asintió, dirigió la mirada hacia su celular y notó como el nombre de Kaley aparecía en el identificador. Decidió no contestarle, no podía... no frente a ello, además no le había contestado antes, no lo haría ahora- George está sonando.

- ¡Si sé! -exclamó- déjalo que suene.

- Oh no -Peter agarró su celular y vio el nombre de Kaley- es tu hermosa prima, ella no merece ser ignorada -George negó con la cabeza.

- ¡Peter No! -exclamó al ver como él iba a contestar, pero fue demasiado tarde, él ya había desbloqueado la pantalla.

- ¡Hola! -saludó él- Oh no, no soy George -rió- no te preocupes, él está a mi lado conduciendo no puede responderte -Peter hizo una pausa, por lo que supuso que su prima estaría hablando- ¿Que le digo qué? -preguntó- ah sí, yo le digo no te preocupes, y eso también, está bien Kaley -rió-. Adiós preciosa -colgó el celular y le brindó una sonrisa a George- tu prima es encantadora.

- Si claro -susurró él, pero sólo una persona logró escucharlo ________.

La morena iba sentada atrás, sumamente incómoda, el plan ignóralo, no le tomes en cuenta, o como fuera que fuese no estaba resultando. Quería levantar la cabeza, mirarlo por encima de la cabecera del asiento, acariciar su cabello y escuchar su risa y su voz por mucho tiempo. Pero no debía hacerlo y es por eso que miraba por la ventana como boba.

Se preguntó qué habría sucedido entre la rubia de su prima y él. ¿su prima, habría logrado el objetivo? <<Eso no importa _______>> le dijo una vocecita interior <<concéntrate y mira la ventana>>

El resto del camino, resultó igual de incomodo para George. Josh le hablaba a Peter y a él lo ignoraba completamente, ¿Podía dolerle más aquello?, no el dolor ya era suficiente.

Habían llegado a la ciudad, y el oji azul le dijo que los llevaran a su casa. Él asintió y siguió conduciendo. Una vez estacionado frente a aquella casa donde solía jugar antes todas las tardes, ayudó a sacar las mochilas del maletero. Peter permanecía en el auto y ya se había despedido de todos, ahora quedaba él nomás.

- Entonces adiós -se despidió con la misma amabilidad, Josh lo miró y volvió a estrechar su mano, Nay esta vez le sonrió sincera y ______... ella pasó de largo sin siquiera mirarle... joder aquello le estaba doliendo y eso no debía sucederle.

Los demás siguieron a la morena y él se quedó como bobo mirando su dirección, lo que más odiaba en la vida era ser ignorado, ¿Pero que se quejaba? Se lo merecía y sólo ahora se daba cuenta.

Enamorate &lt; George Shelley Y Tu &gt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora