capitulo veintinueve

509 20 1
                                    

A media noche, ningún paso ni ruido se oía en el instituto. La mayoría de las chicas se encontraba en alguna fiesta, otras en sus casas, y las demás haciendo cualquier cosa. Muy pocas solían quedarse el fin de semana encerradas en aquel edificio, por lo que podía decirse que ______ y george estaban casi solos.

La habitación, estaba en un completo silencio, dos siluetas se miraban fijamente. La luz de la luna, brindó su presencia nuevamente, sus ojos grises, se veían más brillantes, sus facciones estaban igual que hace algunas horas, se sentía confundida, y agradecida. 

Confundida, porque creía que su nueva compañera era mujer -que no tenía nada de raro, siendo un instituto de chicas- pero resultó ser, un hombre, y ese hombre a su vez resultó ser el novio, de su peor enemiga, de la chica que mas odiaba en toda su maldita vida. 

Agradecida, porque gracias a aquel individuo, ella lograría las cosas que se le habían sido quitadas injustamente, como su moto, su libertad, su independencia, entre otras.

- ¿Te piensas quedar toda la noche desnudo? -george se sobresaltó al escuchar su voz, estaba sumido en su mente, atrapado en sus sueños, y clavado en sus fantasías... literalmente.

- Yo ¿qué? –dijo. Analizó lentamente sus palabras, y ¡claro!, seguía sólo en toalla, mirándola fijamente como un idiota- eh… me vestiré -algo confundido se levantó, recogió la ropa que desgraciadamente había sido la culpable de que lo descubrieran y se encerró en el baño.

No estaba en sus planes ser descubierto, claramente no, y sinceramente el haberle dicho que si al vil chantaje de la morena, había sido un tonto error. Pero ¿qué más podía hacer?, decirle no y que lo deportara, ante la policía.

Conociendo como estaba la justicia hoy en día, lo acusarían, de pedófilo, de psicópata, lo mandarían a un psiquiatra y quizás que cosas más. No le había quedado de otra que aceptar el tonto trato, aún no descubría lo que ocultaba la sincera de su ex-novia -sarcasmo- y rogaba por que lo hiciera rápido, quería irse, quería liberarse y reflexionar, sobre lo idiota que había sido al caer y en creer el juego de Leah.

- ¡¿Te vas a quedar toda la noche ahí, chico?! -escuchó un grito de afuera, bufó en su interior, y tuvo que abrir la puerta, había retrasado todo el proceso de vestirse, sólo para no toparse con la morena, al salir, pero al parecer no había resultado mucho.

- Ya voy -sin ni siquiera mirarla, se dirigió a su cama, abrió sus sabanas y se metió bajo ellas, agradeciendo mentalmente el calor que extrañamente había sobre ella.

Primera vez en semanas, que dormía con su propio pijama y se sentía genial.

Cuando estuvo a punto de quedarse dormido, volvió a sentir, aquella molesta y dulce voz.

- ¿Qué se siente, usar falda? -muy molesto por aquel comentario, giró sobre su cama, para encontrarse muy de cerca a esos ojos grises, que lo trastornaban.

- ¿Qué te interesa? -preguntó molesto y firme.

- No seas así, george -notó el falso tono inocente de inmediato- sólo es una pregunta -se encogió de hombros, george la miró frunciendo el ceño, y en un rápido movimiento, notó como la morena estaba sentada sobre él, con las piernas, a sus costados.

Sintió, la piel desnuda de sus piernas, y comenzó a ponerse nervioso, mientras ella lo miraba pícaramente... ¿qué se traía entre manos?

- ¿Qué... haces? -le costó terminar la oración, debido a que la morena comenzó a moverse sobre él.

- Pues, nada -soltó una risa irónica- ahora, respóndeme ¿qué se siente usar falda?

- Yo -pensó un momento- no te contestaré, ahora si me permites -llevó sus manos, hacia los hombros de la morena, en un intento de alejarla, su cercanía... era peligrosa- ¿podrías irte a dormir? -preguntó, ante la negativa reacción de la chica.

- ¿Seguro que quieres que duerma? -preguntó con una voz que él la catalogó como muy sensual- porque puedo hacer otras cosas -rió, y antes que se diera cuenta, la morena acarició su pecho, y luego lo besó.

Quiso Negarse... en serio.

Quiso alejarse... en serio.

Pero teniendo a semejante chica sobre él, con una polera corta, y pantaletas... era imposible.

Gimió ante la caliente caricia de ____, sobre su abdomen. Sus manos parecían quemarse al encontrarse con su piel, ¿cuándo había cambiado la temperatura?, se preguntó.

_____ se movió gimiendo sobre él, al sentir lo duro que estaba george. El chico era guapo, muy guapo, muy sexy y hace mucho no tenía sexo...

<Contrólate>, le dijo por primera una voz, y se asustó levemente.

george la tomó por su trasero, acariciándolo como hace días antes lo había querido hacer, la dio vuelta, y quedó sobre ella.

Besó su cuello, desesperado embriagándose con su delicioso olor... ¡Dios hace tanto tiempo que no estaba tan excitado!

Bajó sus labios, hacia el valle de sus senos, los besó por encima de su polera y oyó un suspiro jadeante de parte de ella.

Como pudo le quitó la polera, y pudo fijarse que ella estaba... ¡Sin brazier! La miró sorprendido y excitado, mientras ella le devolvía una sonrisa pícara.

_____ se acercó y lo besó salvajemente, mientras sus senos, se apretaba en su pecho. En ese momento creyó morir.

La nube de excitación y lujuria, se agrandaba cada vez más, george se sentía tan deseoso y tan excitado teniendo su cuerpo entre sus brazos, pero no sabía si dar el paso siguiente o no...

Leah, nunca lo había besado de aquella manera.

Leah nunca lo había tocado de aquella manera.

Leah nunca le había hecho el amor...

Con _____ se sentía morir.

Teniéndola bajo su cuerpo, comenzó a bajar sus labios y llego hasta su vientre, la miró sonriendo y justo en ese momento sonó su celular, haciéndolo sobresaltar.

Volvió en sí, si así podría llamarse.

- No -murmuró ella, al ver como él se separaba de su cuerpo y miraba su celular.

Un mensaje de:

Leah

“Siento no haber estado contigo hoy, te quiero george.”

Hizo una mueca de enojo, al ver el mensaje de su novia, ¿tan cínica podía ser?

- Eh george, estábamos en… -la interrumpió.

- Vete a la cama _____ -murmuró- mañana hablamos.

- Pero que… -la miró a la altura de sus ojos, y ella comprendió todo- está bien -dijo al final- espero duermas bien, mañana será un día… -hizo una pausa, para acercarse a él y rozar sus labios- duro -dijo mirando su dura erección notoria bajo el pantalón de pijama.

Lo que menos hizo esa noche, fue dormir bien.

Enamorate &lt; George Shelley Y Tu &gt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora