capitulo nueve

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george miró alrededor de él, era una habitación normal, muy normal no había mucha decoración femenina, solo un par de maletas sobre una cama.

La habitación era espaciosa -por lo menos- era la última del piso. Estaba dividida en dos, por un lado habían dos camas en forma horizontal separadas por una mesa de noche, un metro más allá, sobre una especie de peldaño, se encontraban las otras dos camas con vista a la ventana, lugar donde anteriormente estaba la morena.

- Ehm -Josh miró a su amigo que inspeccionaba todo y decidió hablar él- ¡Hola! -exclamó alegre- somos nuevas -acomodó su cabello sutilmente, y la chica morena sólo lo miró mal.

- No pregunté quienes eran -aplastó el cigarro en un cenicero- dije ¿qué mierda hacen aquí? -sonrió sarcásticamente.

Y aunque no quisiese, el ruloso se le quedó mirando embobadamente, a pesar de la ropa negra y sin estilo que llevaba, se destacaba sobre todo su hermoso rostro, blanqueado con unos ojos color marrón que combinaban con su pelo.

- Nosotras -habló ahora george fijándose en la cara de bobo que tenía su amigo- somos nuevas y esta es nuestra habitación -habló suave- ¿debes ser nuestra compañera, no?

La morena, los miró extrañada ¿compañeras?

Hace mucho no llegaba nadie a esa habitación, por algo era una de las últimas y nadie se atrevía a si quiera entrar ahí.

- Creo -se acercó a una de las camas y bajó la maleta que estaba sobre ella- esto es raro -rió, y Jaosh al final había vuelto al planeta- no hemos tenido compañeras desde hace tres años, pero bueno -se encogió de hombros- esas son sus camas -apuntó a la camas que estaban horizontalmente- ahí está su armario, ordenen todo y no toquen nada ¿entendido? -habló seria esta ultima parte, los chicos asintieron extrañados- me iré a duchar, entramos… -miró la hora- en una hora, ordenen todo y si se pierden, pues espero las encuentren -rió para luego desaparecer en una puerta.

- Esa chica es hermosa, pero está loca -se adelantó a decir Josh, abriendo su maleta.

- A ti te gustan las locas -george imitó su acto.

- Claro -rió irónicamente- está mejor Camille, es guapísima -empezó a guardar la ropa de mujer en el armario.

- sí, es la mejor amiga de Leah -se sentó en la cama y suspiró- ¿dónde estará? ya quiero verla -obviamente sonó emocionado.

- Que novedad -rió Josh.

george tuvo mucho cuidado en guardar algunos de los boxers que había llevado, además de algunos pantalones y polerones, nunca sabría si algún día los ocuparía pero sería muy necesario en momentos de incomodidad.

Miró a Josh que ordenaba su ropa cantando una canción, se veía tan gay -rió para su interior- si los chicos del equipo de basketball los vieran no dudarían en reírse de ellos, por años.

Pero sería por un tiempo, y sólo por saber sobre Leah.

Leah...Leah...Leah

Tenía ansiedad y miedo de lo que vendría ahora, tendría que soportar a ser chica por unos meses, sólo por ella. La ansiedad le carcomía por dentro. Quería verla y quería saber la verdad sobre ella y miedo, simplemente miedo de saber lo que esconde su querida novia, no sabía que esperar y no quería pensar lo peor. Simplemente no quería.

- Creo que estamos listos -le habló Josh- ¿vamos?

- Eh, baja tú -miró su horario- tenemos casi las mismas clases, te veo un rato -el rizado asintió, mientras iba a la puerta la morena que aún no decía su nombre salió del baño, lista.

- Eh, fresita -le habló al oji azul- no cierres, igual bajo -agarró unos libros y lo siguió, mientras george los miraba raro- eh castaña, por si quieres saber, soy Nay -le guiñó un ojo y salió con Josh de la habitación.

Y se había quedado solo. Quiso sacarse la peluca que ya le estaba picando, pero no lo hizo, si alguien entraba, y lo descubría...

Se asomó a la ventana en la cual había encontrado a Nay anteriormente, desde ahí tenía vista a los otros tres edificios que rodeaban el campus, por lo que no tendría problema en ver a todas las chicas.

Si no tuviera novia, para él aquel instituto sería el paraíso, había chicas por todos lados y todas diferentes, altas bajas, delgadas, más macizas, había de todo tipo.

Con la mirada recorrió todo el campus, hasta que la vio.

Su castaña estaba sentada sonriendo a Camille sobre un banco, hablaban animadamente y george pudo jurar que le brillaron los ojos. ¡Por fin la veía!

La había extrañado tanto.

- Hey -llegó a saltar del susto, al oír una voz muy sensual, para su gusto de hombre, en su oído- eh guarra -nuevamente le habló pero george no quiso darse vuelta, sólo miró de reojo, unos labios gruesos y rojos estaban muy cerca de él, levantó un poco la mirada encontrándose con una hermosa chica de pelo negro.

El simple susurro de aquella chica, lo había puesto nervioso.

¿Ella era su otra compañera de cuarto?

Estaba buenísima....

Enamorate < George Shelley Y Tu >Donde viven las historias. Descúbrelo ahora