capitulo treinta y cuatro

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Largos minutos pasaron desde que había recogido su comida, estaba tan pensativo é ido, que ni siquiera se había fijado en el aspecto de su novia.

Ya no sentía aquel revoloteo en el estomago al sentirla cerca y entre todo sus pensamientos, sintió algo... miedo.

- ¿Por qué estás tan callada Kate? -le preguntó Camille.

- Por nada -hizo una mueca- tan sólo pensaba -se fijó en la mesa y se dio cuenta de que le habían servido su comida favorita, pero extrañamente no tenía el salvaje interés de comerla, como siempre que la tenía al frente.

- Estás igual que Leah -añadió Ashley bebiendo su vaso de jugo natural- ha estado toda la mañana como en blanco -dijo esto último en un susurro.

Por primera vez en el día se fijo en la castaña que meses antes lo tenía tan loco. Estaba algo pálida y con ojeras pero era el resultado de un fin de semana de fiesta ¿no?

- ¿Te sucede algo Leah? -se atrevió a preguntar.

- No nada -la castaña sacudió su cabeza, como volviendo a la realidad- tengo sueño.

- Eso es mentira -habló Camille, de inmediato- lo que sucede Kate, es que Leah está mal porque le mintió a su novio -rió en conjunto con Ashley, y George lo sintió como una ofensa terrible- pero no se acordó de él, en todo el fin de semana -volvió a reír.

- Cállate -murmuró ella- disculpa Kate, es que bueno… -acomodó su cabello de manera nerviosa- le envié un mensaje a George y no me respondió, estoy algo preocupada tan sólo eso -se encogió de hombros.

- ¿Merecías que te respondiera? -quiso decir, pero no podía teniendo aquella peluca. Por lo que respondió:

- No te preocupes, de seguro debe estar ocupado -le respondió y fijó su vista unos metros más allá, de la mesa en donde estaban comiendo.

La morena se acercaba con aquel movimiento de caderas.

- Ay Leah -dijo Ashley segundos después- adivina quién viene ahí, la oveja negra -todas rieron a carcajadas, mientras él. Se preguntaba si aquel sobrenombre sería un chiste interno.

- ¿Me he perdido algún chiste? -habló ____ en cuanto llegó a la mesa- digo como para que se rieran a boca suelta -George se puso bastante tenso, aunque estuviera escondido dentro de la apariencia de Kate, se sentía como si estuviera al descubierto. No se fiaba mucho de la morena, cualquier palabra, cualquier acción por parte de ella, era muy peligroso.

- No te has perdido de nada querida -respondió Leah, que sorpresivamente el color le había vuelto al rostro- nos reíamos de un chiste entre nosotras, si quieres podrías sentarte aquí -apuntó a su lado- y podríamos contártelo -sonrió falsamente- ¿quieres?

- ¿Que si quiero? -respondió ella burlona- claro que no, ya te he dicho, yo no soy como ustedes, o mejor dicho como tú -George trató de analizar bien estas últimas palabras, ¿a qué se refería con aquello?- sentándome con ustedes quizás qué cosas, me pase y no querida, no me expondré a ello.

- ¿Entonces a que debemos tu… -pensó un poco- encantadora visita? -Leah la miró seria

- Pues vengo a buscar Kate -sonrió y todos fijaron su vista en él, que hasta ahora había pasado desapercibido- ¿podrías acompañarme? -él se estaba parando de la silla, pero la voz de su novia lo detuvo.

- Ella no irá a ningún lado -la encaró- está comiendo, espera unos minutos después la buscas.

- Tú no eres nadie para mandarme -respondió la morena- Kate acompáñame ¿sí? -lo miró con aquellos ojos grises y entonces, pareció volver aquel hechizo.

- He dicho que… -Leah fue interrumpida por Ashley.

- ¡Ya basta! -exclamó la otra rubia- Dios, quiero comer tranquila, así que -fijó su vista en George- ¿quieres ir con ella Kate?

- Si Kate -habló la morena- ¿quieres venir conmigo?

Nunca antes se había sentido tan aprisionado y nervioso la mirada que le brindaban cada una de las presentes le causaba escalofrío. La mirada de Leah le decía, 'Kate no vayas porque te mato', la de la morena era 'o vienes ó vienes' la de Ashley era 'Vete Kate quiero comer'

- Yo -acomodó el pelo falso de la peluca, miró nuevamente a todas y se fijo más detalladamente en _____, una sonrisa torcida lo estremeció- lo siento chicas, en un momento vengo -se paró de la mesa, mientras Leah lo miraba ofendida.

Prácticamente la había humillado.

Siguió sus rápidos pasos, hasta uno de los corredores, en donde se encontraban los salones.

- ¿Para que querías que viniera? -le preguntó con voz normal, al ver que el pasillo estaba solitario.

- Para molestar a Leah -rió- ¿viste su cara? -siguió riendo y George quiso taparle aquella boca, aunque la causo un poco de gracia la risa de la morena, no pudo evitar sentar cabeza y pensar que la actitud de ella era muy infantil.

- ¿Es enserio? -la miró en lo que podía decirse 'serio'- Dios eres muy infantil _____.

- Bueno ya, cálmate George -paró de reír- no sólo te llamaba por eso -abrió un casillero; que parecía ser el suyo, ¿por qué él no tenía uno?- tengo tarea de Matemáticas -sacó un cuaderno, y George abrió los ojos sorprendido, ¿ella no podía...?- soy un cero a la izquierda en funciones cuadráticas, así que toma -puso el cuaderno en sus manos- la necesito para mañana, es algo larga así que pues empieza -se dio media vuelta- Adiós, guapo -caminó perdiéndose en el pasillo, George no tuvo tiempo de reclamarle pues ella ya había desaparecido.

Tres días después, tenía doble tarea de Biología, doble tarea de Química, doble de Historia y doble de todo.

Parecía un esclavo, se dijo mientras escribía en los cuadernos.

Los días habían pasado en vano, no había descubierto nada y es que al parecer Leah, tenía muchísimo cuidado ahora en mantener su secreto. Nunca mencionaba nada, respecto a ello, delante de él.

Pensaba que teniendo conversaciones entre chicas, iba a poder sacar algo de información, pero al contrario, Leah no soltaba nada y es más estaba muy callada y casi ni conversaba. Tendría que seguir intentándolo.

Se rascó la nuca, mientras movía la mano que a estas alturas estaba acalambrada. Suspiró mirando alrededor de la habitación estaba solo, Nayla y Josh casi nunca pasaban en la habitación y comenzaba a pensar que algo había ocurrido ahí.

_____ estaría a punto de llegar por lo que decidió seguir copiando, la maldita tarea.

Se concentró en ella y no se fijó que la morena había entrado a la habitación que por precaución ahora siempre la mantenía con seguro.

- Te ves muy bien sin esa peluca horrible -escuchó un susurró que le erizó la piel- tienes el cabello, muy lindo no te lo cortes.

Giró su cabeza encontrándose con la morena muy de cerca.

Suspiró y la miró fijamente.

Y de nuevo el hechizo.

Y de nuevo se perdió.

Y de nuevo no se arrepintió.

Enamorate < George Shelley Y Tu >Donde viven las historias. Descúbrelo ahora