capitulo setenta y uno

395 16 0
                                    

Observó el cielo que estaba recién amanecido y fue para ella la mejor vista de su vida. Ver el sol recién saliendo en todo su esplendor era casi tan maravilloso como ver el atardecer. 

Suspiró mirando esta vez las olas un momento más, hasta que sintió la presión de una frazada sobre su espalda, giró un poco la cabeza y pudo ver la cabellera negra de Mike, le sonrió en forma de agradecimiento, y éste inesperadamente la abrazó por el costado. _____ se sintió nerviosa e incomoda a la vez, últimamente en temas de hombres era una gran inútil, no sabía cómo reaccionar, temblaba ante todo, y a veces huía de situaciones peligrosas. Ni luces había de la _______ segura que no le importaba los hombres, ni sus palabras cariñosas, ni nada eso. Ella antes tomaba a los hombres, solía usarlos y luego los olvidaba, pero ahora su imagen y su personalidad eran totalmente distintas. Se maldecía cada vez que sentía sus mejillas sonrojadas, o cuando las manos le sudaban por el nerviosismo o cuando sólo quería agachar la cabeza para liberarse de alguna situación. Y el causante de todo esto, era Mike el chico que en ese momento la estaba abrazando y poniéndole los pelos de punta.

Desde que lo había conocido semanas atrás, se había podido dar cuenta de que Mike era un buen chico, sensible, cariñoso y gracioso, no tenía ningún defecto o eso quería creer por lo menos, porque todos los hombres debían tener uno, y el pelinegro no sería la excepción. 

Mike había estado demasiado cariñoso -para su gusto- con ella, brindándole demasiada atención. Encontraba lindo y tierno sus gestos amorosos, pero no sabía si confiar en él, o mantener aquella desconfianza que últimamente tenía con todos los del sexo masculino.

Si das mucho, puedes caerte, si das poco, no puede pasarte nada y era ahí la pregunta que se formulaba ¿Dar o no dar?

Ella conocía los gestos del hombre, eran tan predecibles como básicos, podía percibir y notar la cierta atracción que sentía Mike hacia ella, y eso la ponía sumamente nerviosa. La habían pasado de maravilla estas últimas semanas, saliendo juntos y conociéndose, era un chico genial con el que cualquier chica con un cerebro querría salir, pero ¿ella tendría ese “cerebro”?... ella no estaba preparada para ese algo mas o al menos eso pensaba.

- ¿Por qué tiemblas? -le preguntó Mike, a su lado.

- No lo sé -murmuró y le sonrió- supongo que es el frío o algo así -apartó la mirada intranquila, rogando para que Mike no le preguntara nada mas sobre aquellos temblores patéticos que le daban cada vez que se le acercaba. Y pareció entenderle el mensaje subliminal, porque no dijo nada más hasta que sorpresivamente la abrazó con más efusión.

- Ahora no tendrás frío -pasó sus manos alrededor de su cintura y la estrechó contra su cuerpo- ¿mejor?

- Si… si -tartamudeó ante la cercanía con su cuerpo. ¿Quería matarla de un ataque de los nervios? Al parecer sí.

Se quedó unos segundos más ahí, abrazada al cuerpo de Mike, al chico que últimamente le regalaba hermosas sonrisas, y luego de unos minutos después logró tranquilizarse y disfrutar del paisaje playero de un día sábado. Todos estaban en tiendas de campaña desde la noche anterior, en una playa muy alejada de Long Beach, donde no había ninguna persona y como no era época de vacaciones casi nunca era visitada. Los gemelos habían tenido la idea, y ella después de tener una semana muy agitada por los exámenes, había aceptado gustosa con tal de liberar la tensión que tenía. Nay también se había apuntado y con ella también Josh. Por eso el día anterior después de clases en el instituto habían partido rumbo a sus casas a recoger sus bolsos y todos habían ido a la playa para armar las tiendas, bañarse un poco, hacer fogata y comer malvaviscos. ______ la había pasado de maravilla con sus amigos, había dormido apenas tres horas y ahora se encontraba ahí en los brazos de Mike viendo como amanecía. Le hubiera gustado quedarse ahí en la playa todo el día, pero lastimosamente debían irse esa misma tarde después de la hora del almuerzo. Los gemelos tenían cosas que hacer, Mike también y bueno ella no podía quedarse sola con Nay y Josh ¿cierto?

Enamorate < George Shelley Y Tu >Donde viven las historias. Descúbrelo ahora