capitulo siete

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george estacionó su negro auto en el último espacio que quedaba disponible en el estacionamiento del instituto de mujeres de California, miró de un lado a otro.

- Vaya -murmuró.

Aquel instituto era más grande de lo que recordaba, sólo había estado una vez allí y fue para ir a buscar a Leah en uno de sus fin de semanas libres, pero en aquella ocasión había esperado en la calle de en frente y no había podido apreciar la magnitud del gran edificio.

- Es gigante -oyó decir a Josh en el asiento del copiloto.

- Claro que lo es -asintió- ¡Hey!, practica tu voz, no puedes entrar hablando con voz de chico -le reclamó.

Y El Lunes había llegado claramente.

El fin de semana se le había hecho extremadamente corto, arreglando sus maletas y retocando los últimos detalles y es que todo debía salir perfecto, pensaba george, si los descubrían eran hombres muertos, y todo el maldito esfuerzo se iría al tacho de la basura.

- ¿Así? -dijo con voz aguda, Josh.

- No, no -negó- no tan forzada.

- ¿Así? -dijo nuevamente, esta vez no era tan forzada, pero seguía siendo rara.

- Eres muy chillón –rió- inténtalo otra vez.

- Hola, soy Marie Johnson -dijo esta vez, con una voz muy bien fingida, de chica.

- ¡Perfecto! -sonrió- ahora me toca a mí -aclaró su garganta- Hola, soy Kate Benson y no, no soy familiar de la joven actriz -rió.

- Parece que estuviste practicando bastante -dijo Josh- te sale perfecto.

- Es que quiero ser actor -george movió su cuello simulando una cara triunfante- o bueno quiero estudiar teatro.

- Bien, si tú lo dices -suspiró- creo que llegó la hora -dijo al ver como varias chicas afuera se despedían de sus padres, entrando al gran edificio con sus maletas- a todo eso ¿qué le dijiste a tu madre?

(***)

george bajó las escaleras con cuidado, mientras respondía el mensaje que le había enviado Leah, hace unos minutos, al principio se había emocionado al ver un mensaje de su novia, ya que él, bueno, había prometido no enviarle nada, por ahora, pero al leer lo que decía el mensaje le cambió el estado de ánimo radicalmente, queriendo irse ya a aquel instituto para descubrir lo que ocultaba su castaña.

“george, no podré verte, llegaré el domingo en la noche a mi casa y el lunes entro al instituto. De seguro el próximo fin de semana te veré, no olvides que te amo. Besos”

O de verdad iba a llegar el domingo muy tarde, o nuevamente le había mentido y ya había llegado.

Esta última opción la consideraba más que la primera, con todo lo sucedido ya no creía mucho en Leah.

“No te preocupes Leah, pronto nos veremos”.

Y Ese pronto era la palabra clave

- ¡george! -exclamó su madre al verlo parado mirando fijamente el celular- ¿qué haces?

- Nada -guardó su celular- ¿cenamos? -era importante la cena de hoy, por que george le diría que se iría.

- ¿Te ha gustado? -preguntó Clare, al ver como devoraba su lasaña.

- Sí, mucho -sonrió- mamá… -llamó su atención- debo decirte algo -era la hora.

- Dime cariño -sonrió.

- Bien -suspiró- ¿recuerdas que te dije que conseguiría un trabajo? -mintió.

- Sí, george -lo miró raro.

- Bueno, lo conseguí -Clare lo interrumpió.

- Eso es muy bueno cariño -se alegró ella- así serás más independiente, y podrás salir a donde quieras.

- Sí, eso es bueno -murmuró pensando en que le estaba mintiendo a su madre, ¡a su propia madre!- pero hay un problema… -su madre lo miró para que siguiera hablando- es un trabajo fuera de la ciudad -trató de sonar real- el lunes temprano me voy y no sé cuando vuelva -dijo tristemente esta ultima parte.

- Oh -logró decir a su madre- me apena que te vayas hijo, pero el deber es el deber, es hora de madurar completamente, me sentiré muy orgullosa cuando vuelvas, porque ya no tendré a un niño, ahora tendré todo un hombre trabajador -lo abrazó con fuerza, mientras george pensaba.

<<Hombre era lo menos que iba a ser, literalmente>>

- Creo que es hora de bajar -dijo george- ¿tengo bien puesta la peluca? -george asintió- ¿Y mi uniforme está bien? -miró hacia su cuerpo, una falda algo corta adornaba a las anteriores piernas velludas de george, además llevaba una polera blanca con cuello rojo, se había puesto un brazier con algo de relleno que lo hacía sentirse incomodo y un maquillaje que le favorecía bastante.

- Todo bien ¿como estoy yo? -george miró a su amigo y quiso reír, de Josh cuthbert no quedaba ningún rastro, el pelo rubio combinaba con su cara y maquillaje no tan excesivo que llevaba, al fin y al cabo parecían chicas, algo macizas y grandes para su edad, pero chicas.

- Genial -sonrió- Gracias por esto Josh -se abrazaron para luego salir del auto con rumbo a la entrada del instituto

Enamorate &lt; George Shelley Y Tu &gt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora