Unos segundos después, él miro hacia al frente desconcertado.
¿Había visto una lágrima salir de su ojo? ¿La había hecho llorar?
Joder, aquello era lo que menos quería provocar, hacerla llorar, por eso había cortado todo. Se sintió demasiado culpable, de haber terminado con alguna esperanza que ella tuviera, pero _______ debía entender más que nadie su situación.
Quizás había sido cruel, o poco sensible o muy brusco, pero a ella no podía ni debía mentirle. Y eso era lo que sentía en ese momento, quería mucho a su morena, le encantaba le gustaba, pero sabía que _______ podía confundir los sentimientos, y él no estaría dispuesto a involucrarse en otra relación ahora.
¿Por qué las mujeres debían siempre confundir todo?
Encendió el auto y salió del barrio de _______ rápidamente, trató de tranquilizarse a medida que avanzaba por las calles y al parecer logró conseguirlo en cuanto llegó a su casa.
Para ese entonces, era de noche, había ido a casa de Josh, aunque fuese muy tonto ya que apenas se había visto hacia unas horas, pero necesitaba contarle lo que le había dicho a ______.
- Eres un tonto -lo miró serio- sé que estás, un poco sensible -George había fruncido el ceño ante esta palabra- pero fuiste muy cruel -hizo una pausa- pero son tus decisiones y te apoyaré supongo -se encogió de hombros- espero no te arrepientas.
- Eso espero -había susurrado.
Todo resultaría bien, sabía que si _______ hubiera quedado dolida, se le pasaría luego, ella era una persona fuerte y no se dejaba amargar por cosas vagas, todo lo superaba con fuerzas y con el carácter que poseía. Su madre debía estar dormida, o leyendo algún libro en su habitación, ya que todo estaba apagado en el primer piso, subió hasta su habitación, que también estaba con la luz apagada, y sin siquiera hacer el esfuerzo de prenderla, entró en ella y se comenzó a desvestir, necesitaba recostarse y tener la típica charla con su almohada. Acomodó su ropa por ahí, y sólo quedó en boxer. Se lanzó a su cama con bastante fuerza, y escuchó un chillido.
- ¿Qué diablos? -se paró de la cama y encendió su lámpara de noche, en la cama pudo ver a su prima acostada, con una mano en su cabeza- ¿Ka? -preguntó extrañado- ¿Qué haces aquí?
- ¡Auch! -exclamó- duele -dijo sobándose la cabeza, George se acercó algo preocupado y tomó su mano- que tapaba su cabeza y vio si tenía algo, más que mal se había lanzado con mucha fuerza.
- Lo siento, no te vi -se separó un poco y la miró.
- Debí haber avisado que estaba aquí -sonrió un poco y acomodó su cabello mejor, sintió el olor a vainilla proveniente de Kaley.
- ¿Cómo estás? -preguntó con voz sensual.
- Bien -la miró raro, Kaley se estaba comportando raro, llevaba nuevamente ese pijama diminuto, su pelo suelto y salvaje, estaba esperándolo en la cama y además le hablaba de manera sensual- no me dijiste ¿qué haces aquí?
- Ah, eso -ella se paró de la cama, para quedar a la misma altura de George- bueno, estaba aburrida, y dije a lo mejor mi primo lindo me entretiene en algo, pero no estabas así que estaba esperándote -se acercó a él lentamente.
- Así que es eso -murmuró alejándose un poco de ella- pero sabes estoy un poco cansado, la playa, tú sabes quiero dormir -se dio media vuelta, para abrirle la puerta de la habitación, pero ella lo tomó del brazo fuertemente y lo hizo girar, quedando así ellos dos a unos pocos centímetros de distancia- Kaley -murmuró, mirando los brazos unidos- quiero dormir -susurró.
- ¿Seguro? -también susurró en tono bajo- podríamos hacer otras cosas -George aguantó la respiración al notar como su prima tomaba sus manos y las ponía sobre su trasero, sobre su perfecto y redondo trasero que apenas lograba taparse con el pequeño short que tenía por pijama.