Estrellas verdes.
Estrellas verdes era lo que podía ver frente a mis ojos.
Me encontraba acostado en mi cama, ya entrada la noche, sin poder dormir. Así que me encontraba observando las estrellas fluorescentes pegadas al techo de mi habitación. Ya era la madrugada del lunes y en unas horas me tendría que levantar para ir a clases.
Después de la cena del sábado caí en algo parecido a un shock producido por la incredibilidad ¿yo en serio me bese con Nathaniel? ¿Yo le gusto? ¿¡Le dije que me gustaba!? , y preguntas así rondaban por mi cabeza, y pase la noche igual a esta, sin poder dormir.
Yo nunca he tenido prejuicios sobre la homosexualidad, siempre lo vi como un hecho natural y correcto pero ajeno a mí, ya que no tenía contacto con personas que lo fueran, al menos que yo supiera. Nunca me imaginé en alguna situación de esas con un chico, y siendo sincero me asustaba un poco. Además... ¿siquiera somos pareja?
Rodé sobre mi espalda y presione mi rostro contra la almohada, mientras mascullaba bajito. En unas horas lo vería otra vez desde la cena en su casa, si habíamos hablado algunas veces 'por teléfono, pero el verlo era distinto. Sus ojos, su aroma, su voz...
Presione con más fuerza mi rostro y grite, dejando que la mullida almohada amortiguara el ruido. Quería verlo, pero ¿y si los chicos llegaban a sospechar algo? ¿Y si a Nate le daba por besarme frente a ellos?, él podía ser muy capaz. No se veía como el tipo de personas que ocultaran este tipo de cosas.
"No tienes que complicarte demasiado"
Recordé las palabras que me dijo Nathaniel y me intente relajar.
"Solo debes enfocarte en mi"
Solo debo pensar en él, sin sobre pensar las cosas. Ya veríamos con el tiempo hacia donde se dirigía esto. Pensando en su rostro, y en las distintas maneras que podría dibujarlo, detuve las películas de mi cabeza y me quede por fin dormido.
***
-¿Podrías parar con el bailecito de tu pierna? Me estas poniendo nerviosa.
Sentí un golpe en mi pierna izquierda, haciéndome reaccionar y quitar los ojos de la ventana. Nos encontrábamos, mi gemela y yo, en el autobús hacia el instituto. No me había dado cuenta del movimiento de mi pierna, me encontraba algo ansioso.
-Sabes, hay otras maneras de tratar a la gente, además de los golpes -me queje.
-¿En serio? No las conozco -el sarcasmo desbordaba en su voz mientras me miraba de manera inocente.
Le rodé los ojos y volví otra vez mi mirada hacia la ventana. Era la mañana del lunes y, aun si no había dormido mucho durante el fin de semana, me había levantado con bastante energía. Aunque seguía algo nervioso, decidí dejarme llevar por los acontecimientos.
Llegamos al instituto y el jeep de los gemelos ya se encontraba ahí, con sus pasajeros fuera de este mientras chalaban. Mis ojos fueron atraídos por el mayor de ellos inmediatamente, hoy llevaba unos jeans ajustados, una camisa gris simple y una chaqueta de cuero marrón claro. Su cabello, como era usual en él, lo traía recogido en un descuidado moño. Se veía muy sexy. El calor en mis mejillas se hizo presente gracias a mis pensamientos. Me estoy convirtiendo en un pervertido.
-Hola chicos -nos saludó Aless, al vernos acercarnos.
-Hey -salude yo intentando ser casual, aunque mi corazón latía a mil por segundo.
-Hey -repitió Nathaniel con una sonrisa divertida.
El mayor paso su brazo alrededor de mis hombros y me estrecho a su costado. Se me tranco algo la respiración y mire rápidamente hacia los demás chicos, nervioso por si notaban algo extraño en nuestra cercanía. Los tres estaban conversando con normalidad, ajenos a nosotros.
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La Sorpresa Dell'amore
RandomThomas Collins, amante de los videojuegos, el chocolate, el anime y del dibujo. Está a punto de comenzar su último año en el instituto. Con una familia genial y buenos amigos, todo se desarrollaba de manera cordial para él... o eso pensaba. Pero cua...