Capítulo 15

17.2K 1.1K 349
                                    

Miraba el cuaderno de dibujo en mis manos con insatisfacción, tomando la hoja y el dibujo en ella, tire de él y lo hice bolita. Ya llevaba varios intentos de crear el diseño que pintaría en el consultorio de Nathaniel y mi idea de un dibujo abstracto con muchos colores no me estaba saliendo bien. Así que me decante por el negro y líneas. Algo más moderno pero elegante, para lo que sería su elegante consultorio... y me gusta más dibujar en negro.

La idea de un cuerpo fuerte de hombre, expresado en líneas definidas y contorneadas que dejen fruir energía.

Con ideas vibrantes en mi cabeza, comencé a realizar el primer trazo.

***

Octubre ya estaba a mitad de camino y yo me encontraba contento. El dibujo para el mural estaba listo y me gustan mucho el resultado. Solo esperaba que a Nathaniel también le gustara.

Le había preguntado a Nate si quería salir hoy, ya que era viernes y además de poder enseñarle el dibujo podríamos salir hasta más tarde... pero no había sido posible ya que él se encontraba ocupado. Me había dicho que estaría ayudando a su padre en algunos papeleos y que no se desocuparía hasta tarde en la noche.

La familia D'angelo era dueña de una cadena hotelera llamada "Angel's Hotel". Esto lo había comenzado el abuelo de Nate en Italia, y su padre, que era ahora el jefe, la expandido a Norte América. Aunque Nathaniel no tenía intención de volverse el sucesor de todo eso, si ayudaba con bastante frecuencia a su padre. Aless tampoco tenía demasiado interés, para él el futbol americano era su pasión y su visión en el futuro. La que sería la próxima jefa seria Alessia, que tiene una mente muy audaz para el negocio, y de hecho ya se estaba preparando para algún día tomar el puesto.

Asique contento y aburrido en casa, un viernes por la tarde fui por mi opción más obvia... Ir a molestar a mi hermana gemela. Porque ¿Qué beneficio más grande puede obsequiar el tener una hermana gemela?

Me dirigí hacia la habitación de Hanna y toque muy fuerte la puerta.

–Hermanita, hermanita, hermanita ¿Estas así? No me hagas tirar la puerta con la intensidad de mi mirada.

Se escuchó una risa desde el otro lado de la puerta.

–Quiero ver tal poder en acción –dijo en voz alta.

–Me has retado. Sera el fin de tu puerta –dije con vos solemne.

Comencé hacer un sonido de vibración muy fuerte y después de cinco segundos me rendí y abrí la puerta girando la perilla. Entre dramáticamente y señale a mi hermana.

–Me has vencido esta vez, pero yo y mis súper poderes mentales latentes, pero tímidos, nos vengaremos.

Hanna se encontraba en el piso de la habitación, con las piernas extendidas a los lados, haciendo un Split perfecto, y con el pecho el suelo. Tenía ambas manos haciéndole soporte a su barbilla mientras me miraba con diversión.

–Creo que sobreviviré.

Sonreí y cerré la puerta. La habitación de Hanna era, según me descripción, lo suficientemente femenina. Hanna no era una chica de color rosado, Hanna era una chica que a veces le gustaba mucho todos los colores y a veces no le gustaba ninguno. Su cama se encontraba a un extremo pegada a la pared, que dejaba un amplio espacio para realizar sus estiramientos, y tenía una colcha de muchos colores. La pared era de una suave crema y en la pared más dominante estaba una sombra pintada, color acuarela verde azulado, de una bailarina de ballet (mi regalo de cumpleaños para ella).

Me quede de pie frente a ella con rostro inocente. Ella me miro y lo dedujo.

–Estas aburrido.

La Sorpresa Dell'amoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora