–Apresúrense, apresúrense, apresúrense... –repetía Robert con voz lastimosa.
Yo estaba colocando las dos llaves que me había dado Nate, pero Rose aun no aparecía.
–¿Se habrá perdido? –pregunte de manera general.
Robert se llevó las manos a la cabeza mientras repetía palabras para sí y se apoyó contra la pared. Se veía bastante desesperado por salir de ahí.
–La iré a buscar –me participo Nathaniel y se encamino hacia el otro pasillo por donde no habíamos llegado nosotros.
Aunque Nate había hablado en inglés, el castaño no pareció notarlo por lo desencajado que estaba. No sabía si reírme o consolarlo. Ver a alguien tan grande y musculoso como Robert tan asustado despertaba mi humor negro, pero no quería ser malo así que hice lo segundo.
–Oye, tranquilo. Nate ya fue a buscar a Rose.
–¿Te encontraste algún monstruo o asesino?
–¿Eh? No...
–¿En serio?
–¿Por qué mejor no piensas en los arcoíris?
–Arcoíris.
–Arcoíris.
Me puse a recordar con Robert los colores del arcoíris, sentados en el piso aun lado de la puesta. Era increíble como algunos miedos podían calar tan hondo en las personas. Los terrores podían llegar a romper lo lógico, no importa la edad o el sexo. Yo no podía recordar si le tenía miedo a algo exactamente, además de perder a mi familia, pero supongo que ese miedo lo tenemos todos.
Escuche unos pasos acercándose y se pudieron divisar, gracias a la iluminación de la puerta, a Nathaniel y a Rose, la cual venia apretujando sus pechos fuertemente en el brazo de rubio y soltaba exagerados agradecimientos.
–Oh, muchísimas gracias por ir a buscarme. Estaba totalmente perdida. Eres como un héroe, eres Thor.
Nathaniel parecía estar bastante divertido por las cosas que le decía la pelirroja y no parecía incomodo por cómo se le estaba restregando. Una molestia increíblemente grande me invadió. Cuando llegaron a nuestra posición y Rose aun sin soltarse del brazo del mayor me hablo.
–Por favor ¿podrías decirle que le agradezco mucho por salvarme?
Mire a Nathaniel y este me devolvió la mirada aun divertido, y cuando vio mi ceño fruncido levanto una ceja interrogante.
–Creo que te entendió perfectamente –dije entre dientes– Dame la llave.
La pelirroja ni siquiera me miro y extendió la llave rosa fluorescente, pero antes de que yo la pudiera tomar Robert se la arrebato, abrió la puerta, el pasillo se llenó de luz y el castaño salió presurosamente por esta. Cuando todos salimos, un empleado que nos estaba esperando. Nos felicitó y entrego una gorra morada con el logo del lugar como obsequio a cada uno, y nos animó a volver otra vez a completar los demás recorridos.
Yo seguía algo ofuscado mientras caminaba hacia la puerta que daba al lobby, vi de reojo como Nate se soltó de Rose para colocarse la gorra, le sonrió amistosamente a la chica y le dijo algo que no alcance a escuchar, luego su mirada se alzó y choco contra la mía, la desvíe rápidamente y me cruce de brazos, yo no estaba feliz. Salimos al lobby donde aún había filas de personas para los recorridos, me gire y los encare.
–Bueno, fue un placer conocerlos Robert y Rose –me despedí cordialmente.
Rose le quito la mirada a Nate brindándome una sonrisa falsa y Robert, que parecía estar saliendo de un largo trance, parpadeo y asintió en mi dirección. Me iba a poner en marcha hacia la puerta principal cuando sentí una mano tomar mi brazo.
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La Sorpresa Dell'amore
DiversosThomas Collins, amante de los videojuegos, el chocolate, el anime y del dibujo. Está a punto de comenzar su último año en el instituto. Con una familia genial y buenos amigos, todo se desarrollaba de manera cordial para él... o eso pensaba. Pero cua...