Se detuvo jadeando, apoyo sus manos en sus rodillas, su madre hablaba por celular con Mitsuki, la rubia había salido junto a su hijo, aunque ambos habían tomado rutas distintas. Su madre parecía igual de cansada que él, bajo sus ojos presentaba pequeñas bolsas negras, primero era su abuela, luego su relación con Shouto y ahora esto.
Reviso su celular dentro de su bolsillo, la lista de contactos abierta, el nombre de Fuyumi brillando en la pantalla. Trago saliva nervioso, su dedo jugaba en el icono verde, listo para bajar y presionarlo para llamar a la albina eh informarle sobre esto.
El sol ya había salido hace un rato y la gente pasaba a su lado viéndolos de reojo, probablemente ni él ni su madre se ven apropiadamente. Deben ser un asco, pero no importa, lo más importante es encontrar a Shouto.
Se volvió a incorporar tomando una bocanada de aire, su garganta ardía, pero no importa. Su madre le vio cansada, el trato de sonreírle de forma reconfortante, pero era incapaz de siquiera mostrar una leve sonrisa.
—Yo... —Su madre murmuro bajando la vista —Lo siento...siento haber dicho todo eso ayer, es solo, fue una sorpresa... no debí reaccionar así...no debía haber hablado así...
—N-No, no es tú culpa mamá...es complicado, pero no es tú culpa. —trato de consolar a su madre, pero su estado mental era deplorable —Mejor continuemos —recibiendo un asentimiento ambos continuaron en su búsqueda.
Continuaron su caminata, iban peinando los pasajes, pasando cuidadosamente en cada uno de ellos. Aunque solo eran dos y no era algo tan efectivo, pero no tenían mucho. El sol cada vez comenzaba a posarse sobre ellos, burlándose de su desgracia cruelmente.
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—Lo siento, no conozco esa dirección —Murmuro evitando mirar al hombre, este solo le dio una leve sonrisa tranquilizándolo.
—No te preocupes muchacho, es mi culpa, creo que anote la dirección equivocada, en fin, ten un buen día chico —Se despidió volviendo a poner en marcha su vehículo.
Cuando esta echo a andar vio el logo de lo que cree es una panadería. Vio la camioneta desaparecer en la siguiente esquina. Después de un rato retomo su caminata constante, pronto se sintió cada vez más incómodo, una leve capa de sudor se comenzaba a formar por debajo de la camiseta, sus orejas se sentían demasiado calientes bajo la lana del gorro y el pelaje de su cola cada vez se volvía más incómodo. No estaba acostumbrado a estar tanto tiempo afuera, recuerda claramente que en el cuarto de Izuku había aire acondicionado, en la sala igualmente y esta seguro que en el cuarto de Inko-san también había un aire acondicionado.
Hasta el momento no había sentido calor, tampoco frio, así que debe asumir que normalmente regulaban el aire acondicionado para que él no tuviera problemas. Ahora, en el exterior se sentía abrumado, a pesar de que sabe que no hay una temperatura tan calurosa se siente abrumado.
Continúo caminando hasta que su sombra quedaba debajo de sus pies. El sudor escurría por su frente, su cabello pegándose incómodamente. Camino hasta sentirse en un deja vu, su vista viajo por el parque que había visitado esa mañana.
Aún se encontraba vacío, pero la sombra que desprendían los arboles era tentadora. Se acerco hasta uno de los más frondosos, el césped bajo este se veía tan refrescante, le encantaría tumbarse junto a Izuku, pero no; estaba solo, agotado, acalorado. Se dejo caer apoyándose en la corteza, desfrutando de la leve calma que le proporcionaba la sombre del follaje.
Podía escuchar un par de vehículos, pero no les dio importancia, quería descansar, reponerse. Había un camino de cemento atravesando el parque que conectaba las entradas y llevaban al centro, donde estaban los juegos. De ese camino escucho unos pasos acercarse.
Frunció el ceño molesto al sentir a alguien parándose frente suyo.
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Terminaron por salir en una de las tantas calles principales, su madre paseaba ociosamente su mano por sus desordenados cabellos en un intento de arreglarlos, quizás para no llamar tanto la atención. Aunque no servía de mucho cuando el llevaba unos pantalones cortos y un suéter que no combinaban, sus calcetas eran impares pero cortas así que se ocultaban por el borde de sus zapatillas rojas; su madre no esta mejor, la blusa no esta bien abrochada, el borde se encontraba fuera de la falda tubo, la cual tenia el cierre de su costado abierto, siendo sujeta solo por el botón.
La multitud cada vez menos densa les daba miradas extrañadas. Terminaron entrando por uno de los tantos pasajes que conectaban con la calle principal, ambos continuaron caminando. Terminaron a casi diez cuadras lejos de su apartamento, sin señales de Shouto.
Quería volver a llorar, ambos retomaron un camino con dirección opuesta, debían volver tras sus pasos, su móvil comenzaba a pesar en su bolsillo y el nombre de Fuyumi se hacia cada vez más presente en su mente.
Fue cuando el sol estaba en la cúspide, el chirrido de unos neumáticos llamo la atención de ambos. La ya reconocida camioneta que tanto temor le causaba a Izuku atravesó la calle apresuradamente, casi como si estuviera escapando.
Un frio recorrió su columna, sus ojos buscaron a los de su madre, ella pestañeo igualmente preocupada, ambos vieron temerosos la camioneta dar la vuelta. Su mano viajo hasta su bolsillo, su móvil quemaba, pero no tenía opción.
Debía llamar a Fuyumi, debía hacerlo y decirle, debía permitir que la mujer se enfureciera y se llevara a Shouto.
—Continuara—
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Hybrid Pet -Tododeku-
FanfictionUna caja sospechosamente grande fuera de su puerta fue el comienzo de toda la calvario. Izuku, un estudiante en tercer año de preparatoria, a solo días de graduarse se encuentra una caja a las afuera de la puerta del departamento que comparte con su...