Se acurruco entre las mantas desordenadas, si bien la mujer de cabellos verdes que le cuidaba había hecho la desecha cama él se había encargado de desordenarla y arroparse en el calor y olor de Izuku.
Aquella prenda que le había dado la mujer tenia un leve olor a menta, el cítrico prácticamente no existía en esa prenda, pero el olor a menta continuaba ahí. Era una playera o así la había llamado la mujer, era bastante grande para su tamaño, al parecer era de cuando Izuku era mucho más grande que él, pero seguía siendo un niño ¿había dicho siete años u ocho? era de manga corta pero al ser tan grande le llegaba por lo menos hasta los codos y el cuello era bastante abierto, era agradable de usar; era de un color amarillo pastel con una "M" en el centro de color blanco y líneas alrededor del cuello y mangas del mismo tono.
—Shouto-Kun ¿quieres almorzar?
Escucho atrás de la puerta, no respondió, solo se acurruco más entre las sabanas dejándose llevar por el sueño, dando un leve ronroneo a lo cálido que se sentía.
El pitido, ese molesto pitido, el olor a antiséptico, odiaba ese olor más que cualquier cosa, siempre frio, todo frio, agujas y bisturís, la mesa de pruebas, las rejas de su "cama" odiaba ese lugar.
Esa mirada fría, la odiaba, la odiaba con todo su ser, quería arrancarle los ojos celestes, los odiaba aún más cuando le veían, quería rasguñar su cara, quería hacerlo, pero no podía, no podía, sentía la impotencia recorrer su pequeño cuerpo.
Gris y luz fluorescente, baldosas demasiado limpias y frías, todo frio.
Ella tenia esos colores fríos, pero era tan cálida, tan acogedora, le miraba con cariño, la extraña ¿Qué le ocurrió? Ella lo durmió, sí, lo durmió, estaba asustada, muy asustada.
Ojos asustados, un grito desesperado, un calor en su rostro, luego un dolor punzante, vendas alrededor de su rostro picando y molestando, dolor en su rostro.
Ella lo durmió, mirándole con miedo, tristeza, le dijo que estaría todo bien, que cuando despertara estaría en un mejor lugar, cálido y acogedor, la caja era algo cálida o lo era más que la jaula.
Olor a lavanda y mezclado con el olor a cuero, el rugido de un motor, el chirrido de los neumáticos, una voz sonaba constantemente, no veía de donde venia, era algo distante; por los agujeros solo podía ver el color negro y gris y un poco de la cabellera plateada de ella.
"Mamá..."
"Todo estará Bien Shouto, todo estará bien, todo estará bien..."
Sonaba extraña, se acomodó más cerca de una de las esquinas de aquella caja. Cerro los ojos esperando que todo acabara.
Se despertó de un sobresalto, vio a su alrededor notándose en el cálido cuarto, arropado entre las sabanas y edredón. Bajo la mirada sintiendo un vacío en su pecho, quería llorar, paso su diestra por su rostro secando las escasas lagrimas que habían escapado, quería a Izuku de vuelta, quería ese sentimiento acogedor, ese calor, no quería perderlo de nuevo como lo hizo antes, no quiere volver al frio, no quiere volver a ese olor a antiséptico, no quiere escuchar ese pitido ni ver esa jaula.
—Shouto-kun
Escucho nuevamente por fuera, la puerta se abrió levemente por donde se asomaba la regordeta mujer de mirada tranquila. Le dedico una sonrisa mientras entraba al cuarto con una bandeja en su mano.
—Ten, tienes que comer —Le entrego la bandeja en la cama, algo de salmón a la parilla o eso cree, arroz y algo de sopa.
Dudoso dio una mirada asía arriba, esperando la aprobación para poder comer, la mujer le vio extrañada ante su actitud, bajo la mirada con miedo ¿si se acercaba a la comida sin permiso, recibiría un golpe?
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Hybrid Pet -Tododeku-
FanfictionUna caja sospechosamente grande fuera de su puerta fue el comienzo de toda la calvario. Izuku, un estudiante en tercer año de preparatoria, a solo días de graduarse se encuentra una caja a las afuera de la puerta del departamento que comparte con su...