-Capítulo 22- Graves problemas.

7.5K 951 784
                                    


Desde ya hace un buen tiempo su vida se había dado un giro de 120° dejándolo patas arriba, desde que decidió entrar esa caja húmeda a su apartamento las cosas no volvieron a ser lo mismo.

Y por eso se encontraba aquí, sentado en la silla de su escritorio, con la mirada fija en la persona en su cama, una toalla descansaba sobre sus hombros.

Han pasado exactamente tres semanas desde que sus exámenes terminaron, de que Shouto le llegaba hasta un poco más arriba de su cintura, donde supo que su amigo de la infancia gustaba de él, y del ataque de fiebre de Shouto.

Dos semanas atrás Shouto comenzó a comportarse extraño, distante, lejano, apegado al conejo entre sus brazos, comenzó a crecer, demasiado, termino los últimos exámenes de materias complementarias, ahora Shouto le llegaba hasta el pecho y quizás un poco por debajo de su clavícula, Fuyumi le dijo que era normal.

Hace una semana atrás, el aislamiento de Shouto empeoro, el conejo seguía en su regazo, podía ver que el otro lo olfateaba constantemente, ocultándose de su vista cada que podía, algunas veces lo pillaba en la computadora, Shouto había llegado a crecer hasta su nariz, quizás un poco más pero no podía verlo, el otro se escapaba de su vista cada que podía; Recordó a Mitsuki-san mencionando que Shouto parecía ya no necesitar cuidados, el otro prácticamente hacia todo solo, desde hace una semana atrás, Shouto se quedaba solo en casa.

Cada que volvía encontraba rasguños en los muebles y su armario desordenado.

Y ahora, Shouto yacía en su cama, siendo un viernes tenía un fin de semana para ellos, la razón, su madre había ido a ver a su abuela, ya que esta había caído enferma y su madre había tomado el primer tren para verla, tendrían la casa para ambos durante un par de días, entre ellos este fin de semana.

El otro, quien ya simplemente no catalogaba como menor, ya que había sobrepasado su altura por unos dos o tres centímetros sin mencionar que había ganado masa, sus hombros eran anchos, o al menos más que los suyos, y sus brazos si bien no tenían una masa gigantesca podía notar el musculo a la vista, las orejas puntiagudas ahora eran mucho más pequeñas, fáciles de ocultar, en cambio su cola había crecido, pero Shouto podía enrollarla con facilidad.

Shouto continuaba en su mundo, con un libro entre manos, con ropa suya que le quedaba un tanto ajustada, el precisamente no le había dado las prendas, el otro había llegado, trajinado su armario y se las había puesto como si nada.

—bueno, yo, iré a dormir afuera ¿Qué descanses? —murmuro levantándose con dirección a la sala ¿por qué? Porque ahora era casi imposible dormir con alguien mucho más alto que tú en una cama sin sentirse incómodo.

—¿por qué? Quédate —dijo el otro dejando el libro a su lado y tomando asiento, los ojos bicolores fijos en su persona.

—Shouchan, ya hemos hablado, no caemos los dos —murmuro avergonzado.

—si caemos, lo sabes —incisito levantándose, con pasos cautelosos se acercó a su persona.

—Basta, es suficiente Shouto, me voy a la sala —afirmo, pero simplemente fue jalado al cuerpo más grande, aprisionado entre los brazos del otro —Shouto, enserio, es suficien... —Pero sus palabras murieron ahí, el nombrado le había callado en un beso agresivo.

Y es que, entre todos los cambios, entre lo silencioso que se había vuelto Shouto, su altura, o su olfato mucho más agudo y su actitud recelosa a olores que no le agradaban, se encontraba su violencia en actos simples, ese era el principal, los abrazos que le daba el pequeño minino ahora eran fuerte estrujadas donde las garras del otro se clavaban en su piel, mordiéndole de vez en cuando mientras se encontraba despistado, los besos antes castos y dulces ahora eran mucho más violentos, agresivos con mordidas donde terminaba con los labios adoloridos sin mencionar la insistencia que el otro a tenido en introducir su lengua entre los besos.

Hybrid Pet -Tododeku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora